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Oscar 2016: sobre egos, justicia y alegatos

Spotlight

Belén Remacha

Los Oscar de 2016 tienen protagonista antes de ser celebrados. El mundo -o Internet- entero lo está esperando. Aún frescos los memes que ilustraron la decepción que supuso El Lobo de Wall Street, los Bafta, los Globos de Oro, el Sindicato de Actores y hasta el equilibrio cósmico anuncian que, cinco intentonas después, este es el año en el que en el Dolby Theatre retumbará el nombre de Leonardo Dicaprio.

La tabla que le hundió con el Titanic (recordemos: en 1998 fue prácticamente el único de todo el equipo que no obtuvo ni siquiera una nominación) es la misma que le salva en una película, The Revenant, que bien podría llamarse Cosas que está dispuesto a hacer Dicaprio por un Oscar. El jolgorio se ha suspendido (al menos oficialmente) de manera preventiva víctima de la Ley Mordaza, pero en Madrid había más de 12.000 personas dispuestas a festejar el momento en la Plaza de Colón como si de una final de Champions se tratase.

En cualquier caso. Si una nueva e improbable decepción llega (¿Fassbender mediante?), siempre nos quedarán los gifs.

El duelo por el combo

La situación tiene un punto de romanticismo. Retomando las referencias a la tragedia del iceberg, también es probable que veamos a Rose y Jack, o mejor dicho, a Kate (Winslet, como secundaria por Steve Jobs) y Leonardo recoger juntos la estatuilla más preciada. Otra estructura circular, otro sueño americano cumplido que, cuidado, puede enmarañar Alicia Vikander (La chica danesa). Para Mejor Actriz Principal las casas de apuestas echan humo por Brie Larson (Room). Como Mejor Actor Secundario tampoco parece haber duda. La ovación será para un Sylvester Stallone (Creed) que, aunque no es novato en esto de las candidaturas, difícilmente se había visto a sí mismo en una así.

Lo que no está tan claro es quién se llevará el triunfo absoluto, el premio a la Mejor Película. O mejor todavía, el combo de película y director. En el ambiente de Twitter planea otra duda: ¿está el universo preparado para acoger el ego de un Iñárritu que lograra dos Oscar seguidos? Porque la cosa no se queda ahí. Con esa hazaña, el realizador mexicano se pondría a la altura de John Ford y Joseph L. Mankiewicz , los dos únicos directores que han sido premiados en ese campo dos veces consecutivas. Y si The Revenant fuese elegida como Mejor Película, el cineasta que peor cae a las redes se convertiría en el primero de la historia en colocar su cinta en esa posición en dos ocasiones seguidas.

Porque para la Academia de Hollywood, sin descartar posibles sorpresas, parece haber dos senderos abiertos. Coronar a The Revenant, un filme de guion simple pero factura impecable de principio a fin que sin duda habrá hecho las delicias por esos lares; o erigir como triunfadora a Spotlight, una historia real, impactante y comprometida de esas a las que, por otra parte, los académicos también suelen hacer ojitos.

Según los Globos de Oro (que a efectos prácticos cada vez ejercen menos de 'antesala'), el duelo lo gana The Revenant. Si hacemos caso a Rotten Tomatoes y a los Critic Choice, Spotlight. El sindicato de directores ha premiado a la primera; el de guionistas, a la segunda. Quizá se opte, aunque no sea lo más usual, por un reparto equitativo entre categorías: reconocer el indiscutible talento para la dirección del mexicano, y a su vez la trama periodística que desveló un caso de pederastia magistralmente contada por Tom McCarthy, otorgándole guion y película. Veremos.

El black power de la noche

black power Lo único claro es que los Oscar, como sí es habitual, serán por y para los hombres blancos. El boicot de la comunidad negra que han liderado Will Smith y Jada Pinket ha provocado cambios estructurales entre unos académicos hasta ahora demasiado blindados. El objetivo de un proceso que anunciaron tras desatarse la polémica, y que pasa por eliminar el derecho a voto vitalicio, es que en 2020 se haya duplicado el número de mujeres y de representantes de minorías entre sus miembros.

Porque la edición de 2016 ha sido la de la reivindicación antirracista, pero en la anterior Patricia Arquette aprovechó el discurso con (probablemente) más audiencia de su vida para hacer un alegato por la igualdad salarial entre géneros. Confiamos en que también este 28 de febrero alguien haga llegar el feminismo a las entrañas de la industria de los sueños y del dinero.

En medio de tanto preparativo, el presentador Chris Rock ya ha desvelado uno de los outfits más esperados: el traje de astronauta que dice que lucirá sobre la alfombra roja. En una noche que ya es costumbre que protagonicen los selfies y las caídas de Jennifer Lawrence, ¿será este el año en el que la atención generalizada sobre las estrellas femeninas se centre en algo más que en sus vestidos? Permitiéndonos la duda, un brindis por lo bonito que sería que el amanecer de Los Ángeles nos pillase en Colón.

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