“Las vidas de Grace”, una cinta “indie” contra la maldad adulta

“Las vidas de Grace”, del director Destin Daniel Cretton, retrata parte de la experiencia personal de este joven cineasta, que fue, como su protagonista, cuidador de jóvenes en situación vulnerabilidad. “Allí lloré mucho, me reí mucho y estuve realmente frustrado”, “todo en el mismo día”, rememora.

En una conversación telefónica con Efe desde Los Ángeles, donde tiene su residencia, Cretton ha explicado que siempre le interesó este tema, sobre todo después de haber sido monitor en un centro de acogida para críos que han sufrido todo tipo de abusos y malos tratos, casi siempre, de sus propias familias.

“Es un tema muy personal para mí porque trabajé en un lugar como este durante dos años al terminar la universidad y siempre ha sido un asunto recurrente desde que estuve allí. Es un sitio donde me reí mucho, donde lloré mucho y donde estuve realmente muy frustrado, pero también fue inspirador. A veces, experimentaba todas esas emociones en el mismo día”, explica el también escritor y guionista.

De esas emociones, dice, es de donde surge el tono de la película, que el define como “muy emocional, con mucha mezcla de emociones, provocadas por el entorno que tratamos de reflejar”.

La acción ocurre en Short Term 12, un hogar de acogida donde trabaja Grace, una joven que se acaba de quedar embarazada de su novio, también trabajador del centro, que comienza a abrirse a su propio pasado cuando llega al lugar una chica de apenas 16 años que le recuerda dolorosamente a si misma.

El director cuenta esta historia, y las de los chicos que conviven en el centro, con naturalidad y ternura, en una mezcla de drama y humor que Cretton necesita usar “para quitarle peso a las situaciones más fuertes”.

“Creo que estos sitios solo son útiles si la gente que hay ahí es buena”, comenta Cretton. “Típicamente -añade- es mejor que sean familias, pero en mi opinión, mi experiencia, es que es mejor que sean grupos pequeños, más fácil de ser dirigidos”.

Cretton ya investigó este tema en su primer corto, “Short Term 12” (2008), aunque ha sido esta conversión en largometraje la que le ha dado reconocimiento: “Las vidas de Grace” ha cosechado una veintena de premios, entre ellos, mejor director en la Seminci de Valladolid 2013, y el del jurado, en Sundance

Para el realizador, es “maravilloso ganar estos premios, por toda la gente implicada en la película, y que todos hablen de la película... pero las pelis y los premios no parecen muy independientes”, bromea.

“Incluso aunque no hubiera ganado un premio, me habría llevado la experiencia de ir a un festival, hablar con la gente, eso era un premio real que ocurrió antes de todo lo que ha venido después. No creo que ganar en Sundance fuera suficiente para mi carrera, no creo que los premios sean eso, pero ayuda a que la gente vea el trabajo. Creo que por eso, ahora, estoy trabajando en otros proyectos, porque la gente conectó con la película: ese es el premio”, reflexiona.

En su primer largometraje, “I'm not a hipster”, Cretton ya introducía los conceptos de “comunidad y de lo que le pasa a una persona cuando decide aislarse”, y de cómo hacer frente a situaciones traumáticas, si bien, explica, “en esta, con emociones felices y desde un punto de vista más simpático”.

Para “Las vidas de Grace”, que se estrena el viernes 25 de julio, Cretton ha repetido al equipo de actores, con una destacable Brie Larson, como Grace, y su pareja, Mason (John Gallagher Jr.), así como Keith Stanfield, en el papel de Marcus.

Por Alicia G. Arribas.