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Más hogares monoparentales y niños cayeron en la pobreza en 2014 en España

La tasa de pobreza sigue creciendo. EUROPA PRESS

Ana Requena Aguilar

El año 2014 fue el quinto año consecutivo en el que los ingresos de los hogares cayeron y el riesgo de pobreza subió. En 2013 (el resultado de 2014 se obtiene con los ingresos del año anterior), el ingreso medio anual neto por hogar fue de 26.154 euros, un 2,3% menos que en 2012. El 29,2% de la población vive en riesgo de exclusión social.

Esta cifra procede de un indicador llamado Arope que combina tres factores: el riesgo de pobreza, la carencia material y la baja intensidad en el empleo (es decir, la precariedad o el subempleo). Los tres indicadores han aumentado su incidencia durante 2014, según muestra la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística. 

Por sexos, peor evolución para los hombres. Hombres y mujeres tienen tasas de pobreza similares, aunque la de ellos es medio punto superior: el 29,4% de los hombres está en riesgo de exclusión frente al 28,9% de las mujeres. Los indicadores que componen la tasa Arope muestran diferencias entre sexos. Por ejemplo, hay más hombres bajo el umbral de la pobreza (un 22,4% frente al 22,1% de mujeres), pero la carencia material severa y la baja intensidad en el empleo son más elevados entre las mujeres.

Lo que puede observarse si se comparan estos datos con los de los años anteriores es que durante la crisis la evolución de la pobreza ha sido peor en hombres que en mujeres. Es decir, las mujeres partían ya en 2009 de peores condiciones así que sus indicadores han empeorado pero no tanto como lo han hecho entre los hombres.

Los hogares monoparentales, los más precarios. Son, sin embargo, los hogares monoparentales (que en más del 90% de los casos están encabezados por mujeres) los que viven en peores condiciones. Más de la mitad, el 53,3%, de estos hogares están en riesgo de pobreza. Es más del doble que los hogares formados por dos adultos sin niños dependientes (el 22,5%). La presencia de menores es claramente un factor de vulnerabilidad, porque la siguiente tasa de exclusión más elevada es la de otro tipo de hogares donde hay niños (un 38,6%).

Brecha entre territorios. Las diferencias entre comunidades autónomas son notables. El ingreso medio anual neto por persona es de 10.391 euros. País Vasco está muy por encima de la media, en 14.281 euros anuales, y también Navarra, con 13.221 euros. Estas cifras prácticamente doblan las rentas medias de Extremadura (7.729 euros por persona) y Murcia (7.767 euros). Esta brecha de ingresos entre norte y sur se refleja también en las tasas de pobreza: las regiones con el indicador Arope más elevado son Murcia (37,2%), Andalucía (33,3%) y Extremadura (un 33,1%), mientras que en País Vasco y Navarra las tasas son del 10,2% y el 11,9%, respectivamente.

Los niños, en peor situación que los mayores. Las tasas de pobreza son más elevadas entre los menores de 16 años (un 35,4%) y entre las personas jóvenes de entre 16 y 29 años (un 36,4%). Su situación contrasta con la de los mayores de 65 años, que tienen el riesgo de pobreza más bajo, solo el 12,9% de los mayores viven en el umbral de la exclusión. Hay dos factores que influyen en esta circunstancia: que la mayoría de la población que está por encima de los 65 es propietaria de su vivienda (y ya está pagada) y que las pensiones han funcionado como un colchón que ha resultado más estable que los ingresos que procedían del empleo.

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