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Cinco días de trabajo anuales por empleado de tierra separan a Iberia de su gran pacto laboral

Iberia llega a un principio de acuerdo con los tripulantes de cabina.

Antonio Ruiz del Árbol

Los astros se alinean y parece que en el plazo de pocos días podrá convertirse en realidad el gran pacto laboral que permita recuperar a Iberia la senda del crecimiento.

Tras los dos preacuerdos alcanzados en las últimas dos semanas entre la dirección y el sindicato de pilotos Sepla, por un lado, y con la mayoría de las centrales de los tripulantes de cabina de pasajeros (TCP), por otro, “se visualiza en los próximos días un pacto completo para los 7.076 empleados de handling y los 800 de mantenimiento”, según reconocen tanto fuentes de la dirección de la aerolínea como de la representación de sus empleados.

La zona caliente que entorpece todavía el acuerdo completo se ha centrado en las últimas semanas en la actividad de handling (servicios aeroportuarios de facturación de pasajeros y maletas). La barrera era la fijación del número de días y los horarios durante los que los trabajadores tienen que mantener presencia en el aeropuerto donde prestan sus servicios.

En el punto de partida, la dirección exigía 236 días de presencia al año, además de un horario discontinuo; los sindicatos ofrecían 214. Las posturas se han acercado y ahora Iberia se conforma con 233 días de presencia por año y la parte laboral se resigna a ofrecer 228.

El punto de encuentro puede situarse, según fuentes solventes, muy poco por encima de esos 228 días, pero con dos condiciones: una, que la parte laboral asuma una reducción de las vacaciones del 2% en los meses de temporada alta; y por parte de la empresa, que se acepte que el aumento del calendario de presencia pueda producirse a lo largo de los cuatro años que durará el pacto: de 2017.

Mantenimiento

MantenimientoLa negociación de la dirección con el colectivo de los aproximadamente 8.000 trabajadores de tierra de la aerolínea esta segregada en dos mesas distintas: por un lado, la de los ya mencionados trabajadores de servicios de handling y, por otro, la de los empleados que se dedican a la actividad de mantenimiento. Aunque las conversaciones son independientes, resulta imprescindible que el acuerdo final sea total y único.

Ahora, según las fuentes citadas anteriormente, las mayores dificultades han derivado hacia la mesa de negociación de mantenimiento. El elemento de disputa se centra en las garantías de empleo y de no segregación de las actividades (tanto del mantenimiento como del handling) que exige la parte social.

Fuentes de los sindicatos mayoritarios en estos colectivos, UGT y CCOO, aseguran que “a día de hoy es posible llevar hasta el final de 2017 las garantías de estabilidad laboral que tenemos acordadas hasta 2015, incluida la de atención a Iberia Express. Sin embargo, si no hay un pacto sobre la no segregación de los negocios, esta sola discordancia sería suficiente para provocar una ruptura del proceso”.

Excedente laboral

Excedente laboralDe manera discreta, las partes también negocian una significativa reducción de la plantilla de Iberia en estas actividades. Dirección y sindicatos coinciden en que tal amputación se encauce con la negociación de un nuevo ERE “que se hará sobre la base de la voluntariedad y con medidas similares al actual: es decir, prejubilaciones, bajas incentivadas y recolocaciones diferidas”. Este consenso, no obstante, tiene también que concretarse, ya que la dirección de Iberia considerará inviable cualquier plan de reducción de plantilla que “tenga costes elevados, hoy inasumibles para la compañía”.

Otro cambio significativo en el escenario de las negociaciones es el reconocimiento por parte de las principales centrales de que pudiera llegarse a una situación en la que los TCP y los pilotos consolidaran como definitivos sendos preacuerdos logrados estos últimos días, aunque los colectivos de tierra no alcanzaran un pacto con Iberia.

Aunque las fuentes mencionadas, tanto de la parte social como de la dirección de Iberia, afirman que esta posibilidad es “totalmente indeseable”, las presiones desde IAG para alcanzar una pronta solución a la inestabilidad laboral en la aerolínea hacen que tal escenario no sea descartable.

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