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El 1º de Mayo, en la memoria

1º de Mayo de 1936. Zafra / ARMHEx

Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura

El 1° de mayo de 1886, una huelga por la jornada de ocho horas estalló de costa a costa de los Estados Unidos. Más de cinco mil fábricas fueron paralizadas y 340.000 obreros salieron a las calles en defensa de sus derechos.

En Chicago las movilizaciones duraron varios días, y culminaron en la masacre de la plaza Haymarket, el 4 de mayo y en el posterior juicio amañado contra los dirigentes anarquistas y socialistas de esa ciudad, cuatro de los cuales fueron ahorcados, un año y medio después.

Cuando los mártires de Chicago subían al cadalso, concluía la fase más dramática de la presión de las masas asalariadas (en Europa y América), en su lucha por limitar la jornada de trabajo. Fue una lucha que duró décadas, que suele ser olvidada, ocultada o limpiada de todo contenido social y reivindicativo, hasta el punto de transformar el Primero de mayo, en un mero día “festivo” más.

Precisamente ahora se cumplen 80 años del último Primero de Mayo de 1936, celebrado en Extremadura antes del golpe militar fascista contra la II República. El golpe de Estado tuvo una primera funcionalidad en Extremadura, la de abrir paso a la contrarrevolución agraria y desatar una brutal represión para acabar de una vez por todas con aquel sueño de unos modelos sociales más libres y justos.

El golpe de muerte, el que derribó por las armas aquellas esperanzas, nació, como sabemos, desde arriba, desde los poderosos grupos oligárquicos que nunca toleraron lo mucho que la República tenía de democracia social y de soberanía popular.

Badajoz pagó con una masacre el haber sido la provincia de vanguardia de la reforma agraria. Las pacíficas ocupaciones de fincas de marzo del 36, tuvieron su contrapunto, meses más tarde, cuando el paso de la denominada “Columna de la muerte” sembró de terror y desolación nuestra tierra.

Como ha sido puesto de manifiesto por el historiador Francisco Espinosa, existió una relación causa-efecto entre la participación activa en aquellas movilizaciones primaverales y la posterior represión del verano de 1936. Miles de aquellos campesinos desheredados que tuvieron la osadía de cuestionar el sistema de propiedad y las relaciones sociales vigentes, y que se rebelaron contra las injusticias seculares, hubieron de pagar un alto precio por ello. Muchos lo hicieron con su vida, otros con el exilio. La brutalidad de la represión fascista, buscaba acabar con el sueño de una sociedad más igualitaria.

Las ejecuciones llevadas a cabo, en Badajoz y en tantos pueblos de nuestra comunidad, fueron una de las primeras evidencias ante el mundo del programa de exterminio que el fascismo había emprendido, mayoritariamente materializado sobre la población obrera y campesina, muy concienciada y luchadora de nuestra tierra.

Muchos de los que aparecen en las viejas fotografías de aquellas esperanzadas y reivindicativas manifestaciones del 1º Mayo de 1936, fueron asesinados. Reseñemos pues, la carga emotiva de aquellas fotos, en contraste con la brutal represión posterior que se llevó por delante sus sueños y esperanzas. Vieron frustrada su lucha y su destino, enterrados junto a la II República, en fosas y cunetas, en las que algunos aún se encuentran.

Badajoz y su provincia, fueron y es preciso recordarlo, durante el primer tercio del siglo XX, en especial durante la II República, un importante foco de ideas políticas, con importante presencia de los mayores sindicatos del momento.

Casi nadie recuerda hoy en día, a sus dirigentes, muertos la mayoría de ellos por la represión y otros olvidados en el exilio. Y sin embargo, todavía permanecen en muchos de nuestros pueblos y ciudades, algunos nombres de calles, monumentos, símbolos y ritos del franquismo.

Es el momento de cambiar eso, y de devolver la dignidad a quienes defendieron la libertad con la palabra hasta que un golpe de Estado les obligó a hacerlo por las armas.

Queremos por último, a título de ejemplo, hacer un modesto recuerdo a Francisco Sobrado Cossio unos de los fundadores de la Confederación Nacional del Trabajo en Badajoz, trabajador de Correos en 1936, que durante la defensa de la ciudad había estado en el gabinete de Correos y telégrafos de Badajoz, y que fue condenado a muerte por un Consejo de Guerra sumarísimo franquista, siendo ejecutado el 7 de Mayo de 1937, acusado de formar parte del “comité revolucionario de telégrafos”.

Sólo teniendo presente lo que ocurrió, adquiere total significación la fecha como la de hoy, “Día Internacional de los Trabajadores”. IN MEMORIAM. Para todos los asesinados y desaparecidos en Badajoz y Extremadura. Verdad, justicia y reparación.

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