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Theresa May destituye a su número dos, investigado por un escándalo de pornografía y acoso sexual

La primera ministra británica, Theresa May, en una imagen de archivo

EFE

Londres —

Inmersa en una ola de disidencia en su partido por el camino que están tomando las negociaciones del Reino Unido con la Unión Europea sobre el Brexit, la primera ministra Theresa May ha tenido que hacer frente a un nuevo escándalo. La premier británica se ha visto obligada a cesar a su número dos, Damian Green, sacudido por un escándalo de posesión de pornografía y acoso sexual a una activista. 

May ha apartado a su primer secretario de Estado por violar el código de conducta ministerial a raíz del hallazgo de material pornográfico en su ordenador en el año 2008 y por las investigaciones en curso sobre un caso de acoso sexual en el año 2015.

Según el Gobierno británico, se pidió a Green que dimitiera después de que una investigación interna concluyera que hizo declaraciones “inexactas y engañosas” al ser acusado de acceder a imágenes de contenido pornográfico desde su ordenador en la Cámara de los Comunes. 

En las últimas semanas, el que fuera la persona de mayor confianza de May había negado las acusaciones en declaraciones a la prensa, pero la investigación del Gobierno apuntó que Green no había sido lo suficientemente claro en su declaración.

La credibilidad del exsecretario de Estado quedó destruida cuando un exdetective de Scotland Yard que participó en el registro del ordenador de Green, aseguró a la cadena BBC que el historial de Internet indicaba que el secretario había consumido pornografía “extensamente” en su despacho.

Tras presentar su dimisión, Green ha asegurado que podría haber sido “más claro” en sus declaraciones públicas sobre las imágenes y a pedido públicamente disculpas a la activista Kate Maltby por haberla hecho sentir “incómoda” en 2015 tras un incidente de acoso.

La activista denunció que Green le tocó “fugazmente” la rodilla durante un encuentro en un pub londinense y que, un año después, le envió un mensaje “sugerente” después de que el diario The Times publicase una imagen de la activista vestida con un corsé.

En una declaración, May ha expresado su “profundo pesar” por la salida de Green, pero ha puntualizado que sus acciones no estuvieron a la altura de la conducta esperada de un miembro del Gobierno.

El caso Green es el segundo escándalo sexual al que se ha visto obligada a enfrentarse la primera ministra después de que el ministro de Defensa, Michael Fallon, dimitiera después de que una periodista revelase que el político se le había echado encima y había intentado besarla durante un almuerzo de trabajo en 2003.

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