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Análisis. The Elder Scrolls Online: Tamriel Unlimited. Comienza la aventura en consolas

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Álvaro Alonso

El universo de Tamriel cuenta con todos los elementos con los que un amante de la fantasía épica sueña. Se trata de un vasto universo, con una orografía tan variada como evocadora, en el que conviven varias razas semihumanas, todas con sus habilidades, pasado y apariencias únicas: los Orcos, los Nórdicos de pelo claro de Skyrim, los felinos Khajiitta, los Guardias Rojos, y mucho más.

Durante las cinco entregas de The Elder Scrolls que han salido a la luz durante los últimos veinte años, sin contar las expansiones y DLCs, hemos conocido este universo, nos hemos enfrentado a temibles dragones, señores daedra y peligros inimaginables que amenazaban con acabar con todo rastro de vida. Muchos fans han llegado a conocer Tamriel como la palma de su mano, cada vez convertida en un mundo más abierto, más espectacular y más plagado de posibilidades.

Por ello, antes o después tenía que llegar The Elder Scrolls Online, la entrega enfocada exclusivamente al multijugador, donde los usuarios de todo el mundo podían vivir sus aventuras, ya sea en solitario o acompañados, pero rodeados de todos los seguidores de esta mítica franquicia.

Bethesda nos trajo un MMO muy decente, que se hizo con su propia legión de seguidores y nos permitía vivir la clase de aventura que deseáramos, sin restricciones. Por desgracia, recibió alguna que otra crítica referente a su escasa variedad de mazmorras, las misiones algo repetitivas y el sistema de combate excesivamente simple.

Un año después del lanzamiento de la versión de PC, Bethesda nos trae The Elder Scrolls Online: Tamriel Unlimited, la nueva versión del juego para PS4 y Xbox One, que viene cargada de novedades. Por ejemplo, la eliminación de las cuotas mensuales que hasta ahora habían caracterizado al MMO.

Sin pagos extra y con todo un mundo por descubrir, es hora de probar Tamriel Unlimited. ¡Empezamos con nuestras impresiones!

Creando nuestro héroe

Creando nuestro héroeAntes de nada, aclarar que nos encontramos ante el mismo juego, por lo tanto no es recomendable imaginar una aventura totalmente nueva y rompedora. Comenzamos en el mismo punto, en la tétricas mazmorras del señor daédrico Molag Bal, donde tendremos que crear al personaje que controlaremos a partir de ahora.

Como ya es tradición en un Elder Scrolls, podemos elegir entre las nueve razas que pueblan Tamriel, cada una con sus habilidades únicas, y personalizar al máximo su apariencia. Pero eso no es todo, ya que también debemos elegir a cuál de las tres grandes alianzas nos unimos. Después de eso tendremos que dar forma a las habilidades de nuestro héroe, pero eso no será en el básico creador de personajes. Como en todos los juegos de la saga, iremos ganando nuestras habilidades de forma progresiva, y en función de qué tareas realicemos.

Por ejemplo, si durante la aventura nos acostumbramos a luchar con nuestra gigantesca espada a dos manos, iremos ganando puntos dentro de esta habilidad, haciendo nuestros golpes cada vez más letales. Si optamos por dejar a un lado el hierro y volvernos un experto en artes mágicas, lo mismo. Cuanto más tiempo llevemos armaduras pesadas que nos protejan de los golpes, más resistencia ganaremos al usarlas.

Eso sí, como ya es costumbre en esta clase de juegos, no todas las razas son igual de buenas en todo. Aunque podemos convertir a nuestro personaje en lo que deseemos (mago, sanador, guerrero, etc.), algunas razas están predispuesta a un rol concreto. Es, por ejemplo, el caso de los orcos, grandes y pesados, especialistas en el cuerpo a cuerpo y la armadura pesada, o los pequeños bretones con gran habilidad para la magia. Podemos intercambiar sus roles sin problemas, pero no alcanzarán todo su potencial.

Salvar el mundo de Molag Bal

Salvar el mundo de Molag BalUna vez hemos dado forma a nuestro personaje, los primeros minutos de juego nos servirán como tutorial. Despertamos en las mazmorras del señor daédrico Molag Bal, tan sólo para descubrir que hemos muerto y que debemos regresar a la superficie, a Tamriel. Con unos harapos y un arma poco resistente nos abrimos camino hasta el final de la prisión, donde logramos recuperar nuestro cuerpo mortal y regresar al mundo de los vivos. Y ahí es donde comienza la verdadera aventura.

Los Elder Scrolls se han caracterizado siempre por su profundo argumento, y Tamriel Unlimited no es una excepción. Nada más comenzar podemos seguir la “trama central” del juego, algo con lo que no cuentan la mayoría de los MMO, o investigar por nuestra cuenta y empezar a realizar misiones secundarias. Escojamos la opción que escojamos, nos toparemos con personajes de todo tipo, cada uno con sus propias historias, que nos mostrarán poco a poco todos los secretos que oculta este universo.

Eso sí, el argumento es lo más importante de estas misiones, ya que los objetivos a cumplir para resolverlas no brillan por su originalidad. Tendremos que encontrar a algún personaje que se oculta, acabar con varios enemigos, recuperar objetos y tesoros de distintas mazmorras... Nada fuera de lo ordinario. Esta era una de las quejas de la versión de PC, y como era de esperar, siguen lastrando en consolas.

Tanto en las misiones como fuera de ellas nos toparemos con NPCs de toda clase con los que podremos hablar, y que nos contarán detalles sobre las distintas ciudades, regiones, gobernantes, etc. La mayoría son diálogos amplios y profundos, cargados de valiosa información, y he aquí un problema. Concretamente, para los jugadores que no sepan inglés. Y es que el juego, de nuevo, nos llega sin doblaje (algo que no le echamos en cara, ya que es común en estos juegos tan monstruosamente grandes) y sin subtítulos en castellano (algo, que por el contrario, sí es imperdonable).

Para avanzar en la trama central tendremos que ir cumpliendo las misiones principales, que al igual que las secundarias, no brillan por su originalidad. El objetivo último es derrotar a Molag Bal, y para ello tendremos que acabar primero con sus secuaces, normalmente criaturas descomunales y muy peligrosas que nos estarán esperando en toda clase de mazmorras. No son fáciles de vencer, así que para poder encararlas debemos entrenar primero, y mucho.

Eso sí, hay que resaltar que no estamos ante un título para un solo jugador. Recordemos que esto es un MMO, y eso se nota.

Colaborar para sobrevivir, enfrentarse para gobernar

Colaborar para sobrevivir, enfrentarse para gobernarComo en todo buen multijugador masivo online, la colaboración con otros usuarios y formar alianzas con ellos será vital para avanzar. En la mayoría de los casos, las grandes mazmorras donde nos topamos con jefes finales son demasiado peligrosas para un único jugador, así que tendremos que encontrar tres compañeros para adentrarnos en ellas.

Como siempre, lo mejor sería formar un grupo equilibrado, con su correspondiente guerrero-tanque, un mago, un sanador, etc. Pero la libertad es una de las claves de esta clase de juegos, y en Tamriel Unlimited pasa lo mismo, así que podremos juntarnos con quienes deseemos, sin restricciones. Que deseamos formar una cuadrilla de guerreros cuerpo a cuerpo, adelante, que optamos por formar una pequeña hermandad de magos, es nuestra decisión.

Cuando cooperamos, los combates se volverán auténticas batallas campales en las que tendremos que enfrentarnos a decenas de enemigos. Un auténtico caos que disparará nuestra adrenalina. Podemos enfrentarnos individualmente a cada enemigo, o combinar nuestros ataques con los otros jugadores de nuestro equipo para realizar combos cada vez más poderosos. Sin duda, todas estas características convierten este modo cooperativo en el más atractivo del juego. ¿El problema? Que hay poco.

Aparte de las mazmorras de la trama principal o algún que otro portal daédrico que nos obligará a luchar contra rivales de élite, el resto del juego está pensado para un único jugador. Las misiones secundarias y la exploración es muy individualista, y aunque está bien, después de probar las posibilidades del modo cooperativo resulta un poco decepcionante.

Lo bueno es que si no somos mucho de colaborar y preferimos competir con el resto de usuarios, Tamriel Unlimited también nos da esa posibilidad, y lo hace a través de su modo PvP. En este nos trasladamos a la región central de Tamriel, Cyrodiil, donde las tres facciones del juego se enfrentan por conseguir el control del mayor número de fortificaciones. Allí, decenas de NPCs controlados por la inteligencia artificial del juego y decenas de usuarios se enfrentan en constantes batallas campales, en las que nos encontramos con catapultas, magos, arietes, caballeros y toda clase de soldados.

El objetivo es conseguir el mayor número de fortificaciones y recursos para la alianza a la que pertenecemos, y eso lo haremos a través de pequeñas misiones en las que tendremos que matar a un número determinado de enemigos, escuchar rumores, recibir información, etc.

Al final, si destacamos lo suficiente, podemos sentarse en el Trono Rubí del Imperio, desde donde podremos regir Tamriel y decidir el destino del resto de usuarios. Eso sí, este puesto sólo pueden alcanzarlo unos pocos, los mejores de cada casa, y no es un trabajo libre de peligros. Cientos de usuarios querrán arrebatárnoslo, y estará en nuestra mano conservar las posaderas sobre el lustroso asiento.

El salto a las consolas y la continuación de los problemas

El salto a las consolas y la continuación de los problemasPodríamos pasarnos horas escribiendo sobre las infinitas posibilidades de The Elder Scrolls Online: Tamriel Unlimited, pero como ya hemos dicho al principio de estas reflexiones, nos encontramos ante el mismo juego, que ya desgranamos a conciencia en nuestro primer análisis, por lo que repetirnos más sería improductivo.

Lo que sí podemos hablar es del salto que ha dado el juego de PC a consolas, y cómo le ha sentado. En general, se trata de un gran port a PlayStation 4 y Xbox One, ya que conserva todos los puntos fuertes del juego original y no ha reducido su calidad. Por supuesto, no es perfecto, ya que nos topamos con toda clase de ralentizaciones y bugs que nos cortan un poco el rollo, pero globalmente el rendimiento es bastante bueno.

Técnica y gráficamente nos encontramos con un juego bonito, variado y colorido, pero que por supuesto no puede competir con The Elder Scrolls: Skyrim. En primer lugar por el amplio tamaño de las regiones, y en segundo a la infinidad de jugadores que se encuentran entre los distintos servidores. Nos encontramos con muchos fallos gráficos, pero son fácilmente olvidables si nos ponemos a pensar en lo impresionante que resulta el juego a nivel general.

Por desgracia, algunos problemas de planteamiento siguen presentes, como era de esperar. Por ejemplo la artificialidad de algunas partes del juego, como cuando, como objetivo de una misión, nos ordenan acabar con un enemigo especial. Cuando lo encontramos y acabamos con él nuestra satisfacción es inmensa, pero todo cambia cuando unos segundos después de haberlo decapitado reaparece por arte de magia, esperando con los brazos abiertos al siguiente jugador que venga a luchar contra él.

Otro problema, los atascos que pueden formarse en algunas zonas del juego, especialmente las que tienen un mayor peso en la trama. Nos encontramos ante auténticas caravanas de jugadores que esperan su turno para avanzar, eso por no hablar de la multitud de personajes que corretean de un lado a otro como locos, o que se quedan parados mirando al infinito.

Repetimos, son pequeños problemas de concepto que nos sacan un poco del juego, haciendo que nuestra partida se sienta muy artificial y evitando que nos sumerjamos de lleno en Tamriel.

Lo mejor:

  • La inmensa variedad de opciones, escenarios, misiones, personajes, personalización...
  • A nivel narrativo es un juego sublime, con multitud de historias que contar. Además, está lleno de detalles e información sobre el universo de Tamriel.
  • El modo cooperativo y el modo PvP, sin duda las dos vertientes más excitantes y divertidas.

Lo peor:

  • Es demasiado individualista. Para ser un MMO cuenta con muy pocas mazmorras y misiones cooperativas, haciendo que nos sintamos como en un Skyrim de peor calidad.

Conclusiones

ConclusionesAnálisis. The Elder Scrolls Online: Tamriel Unlimited. Comienza la aventura en consolas

Una vez desgranados los puntos fuertes y los fallos en los que recae el juego, tan sólo nos queda decir que The Elder Scrolls Online: Tamriel Unlimited es un gran MMO en la teoría, pero pincha en la práctica. No nos encontramos ante un mal juego, ni muchísimo menos. Es más, cuenta con todo los ingredientes para que cientos de usuarios se enganchen y se nieguen a soltar los mandos durante meses.

Narrativamente es un juego muy correcto, capaz de engancharnos y sorprendernos. Las mazmorras también suelen ser muy entretenidas, especialmente cuando las afrontamos en cooperativo, y el PvP de Cyrodiil es simplemente brillante. Eso por no hablar de su natural sistema de progresión, que alabaremos ahora y siempre. Pero eso no quita que sea un juego excesivamente individualista para tratarse de un MMO, que nos obligue a pasar gran parte de la aventura solos, buscándonos la vida.

En definitiva, el gran fallo de Tamriel Unlimited es a la vez su gran acierto: no se ha alejado mucho de la esencia de los Elder Scrolls tradicionales. Eso es bueno para los fans de la saga, que quieren vivir aventuras en ese mágico universo que tantos corazones se ha ganado, pero malo para los amantes de los MMO, ya que algunos elementos de la saga no casan con ese género de juego.

Por: Álvaro Alonso

Análisis. The Elder Scrolls Online: Tamriel Unlimited. Comienza la aventura en consolas

05/21/2015

7 / 10 estrellas

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