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Ciudademos

Edu Galán

Prólogo

“Puedes hacerte dos mitines en una mañana”. “Puedes hacerte dos mitines en una mañana”. “Puedes hacerte dos mitines en una mañana”, me repito al despertarme. ¿Me dará tiempo? El primero, a las once, Rivera y su personal en Vistalegre, después, a las doce, Iglesias y su tribu en La Caja Mágica, ambos en Madrid. ¿Podré? Metro, primero, taxi, luego, metro, final.

¡Sí se puede!

Acto uno: Ciudadanos en Vistalegre

Me enjuago con Listerine, me visto y corro al principal mitin del partido de Rivera en Vistalegre y fuera del recinto una masa de chicas adolescentes espera a la apertura de puertas, siete horas más tarde, del concierto de una 'boy-band' surcoreana, B1A4. Dan chilliditos, mueven el cucú o se disfrazan con el 'merchandising' de sus ídolos. Vamos, como los asistentes al mitin de Ciudadanos. Calientan motores, casi lleno, con vídeos donde se ponen de manifiesto los principales valores de la formación: Unidad de España y liberalismo. En un 'spot' Juan Marín, candidato en Andalucía, afirma que “no son políticos al uso”. Remata Rivera: “La gente pide cambio, no le pide a la Junta de Andalucía que le dé un trabajo”. Eso, hostia, queremos esforzarnos. Entrevistan a varios miembros del partido en las pantallas y siempre la misma cantinela, ¿tú antes a qué te dedicabas? ¿Por qué te metiste a la política? Que se vea que ellos son emprendedores políticos, de los que curraron de verdad, y no “políticos al uso”, que roban y se rascan los cojones. Mientras tanto, Toni Cantó presenta el acto como si pidiese perdón por Rosa Diez. Perfil bajo, Toni, que se te note. Se refieren al comunismo de Podemos y me doy cuenta de que igual no llego al mitin de Pablo.

De pronto, lo que llevaba esperando toda la mañana. Comienzan a cantar “Yo soy español, español, español”. La puta que me parió. Rápidamente agarro una bandera de Ciudadanos y noto como se me pone el corazón rojigualdo. Más, dadme más España, joder. Me la dan, Murcia incluida: entonan “España unida/ Jamás será vencida”. No les quiero joder la mañana pero recuerdo, por ejemplo, el desastre del 98 o Eurovisión y se me viene el sentimiento abajo.

- Ya está, ¡ya viene!

Dice una chica pija muy mona del 'staff' de Ciudadanos, en un tono similar a que fuese Jesucristo quien llega. Toni Cantó anima a seguir cantando “Yo soy español” con el mismo entusiasmo que cuando interpretó a un comatoso en Siete vidas. El 'hashtag', el 'hashtag', poned el 'hashtag', que se vea en Twitter que #SomosLaPollaConCorchete. Ochenterada: vídeo trucado de El equipo A, renombrado aquí El equipo C y con más miembros que el Consorcio. Corro a ver si puedo acercarme a la entrada de Albert de camuflaje con mi bandera y me fijo: Vistalegre, donde antes llenaba el PSOE, ahora llena Ciudadanos, sin tanta calva como leo que se dice por Twitter. Unos ocho mil naranjitos.

- Si alguien pasa esta línea, va a la puta calle.

Avisa uno de seguridad y señala una línea imaginaria. Aquí sí que hay pacto en Ciudadanos, como con el PP en Madrid: todos se ponen para atrás. Pero yo veo a Albert y paso de consenso, me salto al de seguridad, que trata de placarme. Ya es tarde: la marea ciudadana compuesta por Rivera, De la Cruz, Villacís, Prendes o Arrimadas me arrastra como emprendedor fascinado por su liberalismo y su defensa del jamón español. Albert se siente presidente, mucho, le sale el presidente por los poros y su público le vitorea hasta que parece que se lo exprimen. No, aún le queda. Se sube a una silla y rápidamente un pobre la sujeta desde abajo, atención a su cara en la foto de abajo, justo lo que van a tener que hacer después de las elecciones: pactar para no caerse. Aparezco a lo Zelig en las todas las fotos de los medios al lado de Arrimadas y llama mi madre “¿Te has hecho de Ciudadanos, hijo?”. Me tengo que ir a ver el mitin de Podemos. Corro hacia la calle y la gente aplaude y aplaude y aplaude. ¡Taxi!

Acto dos: Podemos en La Caja Mágica

En el taxi ya veo la gran cola que se forma fuera de La Caja Mágica para ver a los de Podemos. Creo que llego y el taxista flipa cuando le digo que vengo de un mitin y voy a otro, se nota que él ya tiene el voto decidido. Cuando entro, descubro mi hazaña: estoy a tiempo porque el mitin se retrasa.

Esto cantan donde van a actuar Pablo Iglesias, Ada Colau o Errejón.

- A por ellos, oe, a por ellos, oé.

La hostia, ¿llevo la mañana de mitines o partidos de fútbol? Siento a Tania Sánchez muy nerviosa, como si fuese a participar en Lluvia de estrellas. Ternurilla: yo también lo estaría si tuviese que pasar de Tania, de IU, a Tania, de Podemos. Antes de que salgan y con un petazo de “unas 10.000 personas”, como calculo con Juan Diego Botto, en las pantallas entrevistan a una chica.

- ¿Cómo contaremos esto en los libros de Historia?

- Como un momento histórico.

Y se pone a cantar un villancico: “Dale a la zambomba y a la pandereta/que yo estas elecciones voto al coleta”. Madre de Dios. El 'hashtag', el 'hashtag', poned el 'hashtag', que se vea en Twitter que #SomosLaPollaConCorchete, más que Ciudadanos. En la espera nos entretienen con un Trivial sobre política, porque somos intelectuales de izquierdas, como Monedero, que sale saludando en un vídeo. Pide que tengamos “la boca en el corazón y el corazón en la boca”. Hostia, qué imagen, Juan Carlos. En Podemos hay mucho corazón, y mucha ilusión, y mucha alegría, y muchos sueños, y mucho todo. Me abrumo con tanto sentimiento y decido ondear mi bandera de Ciudadanos a ver si saco algo de mala leche de semejante carrada de buen rollo. Respeto, gente de izquierdas, ¡respeto! Solo una señora me dice “¡eso aquí no!”. Silbidos. “Es el de Mongolia”, tranquiliza uno: sinónimo de “es el anormal del frenopático”.

El mensaje de Podemos es “remontada” que a mi, como sustantivo, siempre me ha sonado a follar dos veces. Se lleva lo ochentero: ahora 'Cazafantasmas' a todo tren y aparecen Pablo, Ada, Íñigo, Tania… así los llama una señora voluntaria. Corro como con Rivera a por mi photobomb y la señora, no como el de seguridad de Ciudadanos, sí consigue placarme. Realmente me abraza y un domingo por la mañana, casi sin dormir, con resaca, después de dos mitines, quiero quedarme allí, juntico a ella, prendado en sus brazos, podemitas la señora y yo de por vida.

Siguen con la alegría, y la sonrisa, y eso, y se me va un poco todo, me mareo y veo a mi querido Víctor García León, que está rodando su nueva película dentro el mitin para ahorrar en extras y producción. Víctor, aparte de uno de los mejores cineastas de este país, se da cuenta de lo que yo llevo viviendo toda la mañana y trata de llevarlo a la pantalla: ficciones dentro de ficciones. Todos aplauden y aplauden y aplauden.

Epílogo

A mi me pide el cuerpo una cerveza, un cigarrillo y un Ibuprofeno. Me he recorrido medio Madrid y casi me echan de dos mitines.

¿Que cómo contaré esto en los libros de Historia? Como un momento histórico.

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