García-Page pide hacer autocrítica tras 30 años de autonomía y ve conveniente “podar” el árbol para que siga creciendo

En un artículo de opinión con motivo de la celebración del Día de Castilla-La Mancha, que se conmemora este viernes, el dirigente socialista ha destacado que “ése, precisamente, es el objetivo que deberíamos plantearnos de manera colectiva todas las autonomías y de manera particular nuestra tierra, Castilla-La Mancha, para los próximos 30 años: seguir creciendo juntos en el mismo árbol”.

“Si hay algo que han hecho las autonomías en estos treinta años, ha sido acercar la gestión, las necedades y los servicios, en definitiva, acercar la política a los ciudadanos. Eso es coser España y no romperla”, ha recalcado García-Page.

El líder socialista ha indicado que este viernes los castellano-manchegos no celebran “una efeméride más” sino treinta años de su andadura parlamentaria autonómica, de su propia historia. “Una historia que, como nuestro futuro seguirá dependiendo en una gran parte de nuestras manos, de nosotros mismos”, ha dicho.

A su juicio, en este 31 de mayo y después de treinta años de autonomía, “la pregunta que hay que hacerse es en qué condiciones estaríamos o qué habría pasado en Albacete, en Cuenca, en Ciudad Real, en Guadalajara, en Toledo, en todos los pueblos y ciudades de nuestra tierra, de no haber tenido nuestra propia Comunidad”.

LAS COSAS QUE NOS FALTARÍAN

Según ha manifestado García-Page, “nos faltarían muchos centros educativos, sanitarios, servicios asistenciales, carreteras y todo tipo de infraestructuras”. “Echaríamos de menos mucho todo lo que con tanto esfuerzo y empeño hemos logrado juntos en décadas, pero también nos faltaría un intenso relato de convivencia sin exclusión de España”, ha añadido.

“Y, sobre todo --ha apuntado-- nos faltaría la autoestima colectiva que nos ha permitido todos estos años no ser más que nadie en España, pero sí podernos tratar de igual a igual con el resto de las regiones del país. Con aquellas comunidades que tienen identidad propia y su singularidad, pero también con todas las demás”.

A renglón seguido, García-Page ha advertido de que “no se puede gobernar bien una tierra si no se la quiere, si no se siente a su gente”. “La base del esfuerzo de toda una región y de su sociedad es la voluntad del acuerdo, del pacto, en definitiva del entendimiento”, ha advertido.

Dicho esto, ha destacado que “Castilla-La Mancha, de una tierra atrasada y olvidada históricamente, pasó a ser una Comunidad Autónoma avanzada, desarrollada y que cree en sí misma precisamente por esa voluntad, su propio origen”. Un origen, ha aseverado, “que no debemos olvidar ni desviar de nuestro rumbo, no sólo en los momentos difíciles como ahora”.