Rita Maestre, gozosa e impoluta

-¿Queda bonito?

La auxiliar judicial, con jersey color café con leche y un discreto collar dorado pregunta a su alrededor por el tapizado verde de una de las sillas de la sala del Juzgado de lo penal número 6. Ante el estupor de sus compañeros, prosigue:

-Oye, que habrá que darle un toque de alegría también.

-Pues ponle un geranio.

La sala está preparada, el público también. Éste, variado. “Venimos con una magistrada”, explica una muchacha. “Nos quedaremos por aquí porque atrás no se ve nada”, comenta un miembro del equipo del Ayuntamiento de Madrid. Tras la entrada de magistrados, jueces y los acusados, Rita Maestre y Héctor Meleiro, el abogado defensor de Maestre Gonzalo Martínez Fresneda rechaza a un experto de la acusación que quiere realizar un mapeo psicológico de los acusados. “Es la primera vez que oigo eso en la vida”, comienza. “Me recuerda a los juicios de la Stasi”.

De las respuestas de Maestre: “No estábamos hablando de la libertad religiosa sino de que una facultad pública, con una histórica carencia de espacio, dedicara uno a una capilla católica o de cualquier otra confesión”.

Entre el público, una mujer de alrededor de cuarenta años, tuitea: “No ataques a mi fe, Rita Maestre. Eres penosa”.

Rita Maestre sigue respondiendo, con voz queda y semblante grave: “Las protestas, mientras sean pacíficas, siempre serán legítimas”.

La mujer que tuitea sigue frente a su móvil: “No tienes valor de contestar, pero sí de ofender”. Se da la vuelta a hablar con un compañero:

-¿Vuestra protesta será pacífica?

Ambos ríen, con guasa.

Rita Maestre y Héctor Meleiro responden alternativamente a las preguntas. Durante un instante Meleiro parece contemplar el retrato del rey, que preside la sala. “Era una marcha en defensa de la laicidad y las instituciones públicas”.

La señora que tuitea susurra: “Tengo confianza porque para ello somos hermanos y hermanas en Cristo”.

Hay dos tipos de testigo en el juicio. Algunos parece que entran al matadero. Otros no.

Testigo 1: “Ha pasado tanto tiempo que ya no lo recuerdo”

Testigo 2: “Apenas recuerdo nada”.

Testigo 3:

- ¿Presenció usted actos subversivos corporales?

- ¿Cómo? ¡Ah, usted se refiere a las jornadas feministas!

Testigo 4: “No estaba allí, no tuve noticia previa. Creo recordar que me enteré por los medios de comunicación.”

Testigo 5:

-Eran muchos, con pañuelos en la cabeza, entonaban cantos que no son religiosos. Rita actuaba como la líder que iba primero. Sí, tenían intención de ofender.

-¿Diría usted que las personas en la capilla estaban profundamente ofendidas en sus sentimientos religiosos?

-Sí, diría que sí.

Testigo 6:

-Se pusieron en círculo en torno al altar a hacer cada una su parte e hicieron declaraciones sobre la iglesia católica sacadas de contexto. La capilla tronaba.

-¿Qué quiere decir con eso?

-Pues que no parecía muy respetuoso. Lo que más me sorprendió es que proferían insultos y blasfemias, incluso contra sí mismas. Hablaron de la virginidad de María, de la madre de Dios. Para los que tenemos fe, probablemente ese es el mayor dolor.

-¿Era todo en plan feminista?

-Sí, hablaban del yugo de la mujer.

Testigo 7: “Se estuvieron riendo del Sagrario”.

Testigo 8: “Yo iba a la eucaristía, me encontré a gente llorando, bastante mal. Los que salían llevaban pantalones amplios, palestinas...”

Testigo 9:

-Oí a las chicas y después las vi frente al altar. Se leyó un manifiesto contra el patriarcado y dos chicas se besaron. Después se quitaron las pashminas. Llevaban las típicas consignas pintadas en el cuerpo: aborto libre.

-¿Usted entiende que el Santísimo está presente por lo que es una grave ofensa para los católicos?

-Sí.

Testigo 11: “Recuerdo que leyeron cosas sobre la homosexualidad”.

Testigo 12:

-Nos preocupamos por nuestros amigos, por si habían detenido a alguien. Nada más.

-En los escritos encontrados se habla de que se “está redefiniendo el feminismo” y que es una “deconstrucción”.

-Bueno, son ciencias sociales, se usan esas palabras: “deconstrucción”, “redefiniendo”.

Testigo 13: “Decidíamos de manera asamblearia y democrática. No me enteré de mucho hasta que se hizo una rueda de prensa por la presión mediática”.

Testigo 14: “Les conozco, sí. No recuerdo nada”:

Testigo 15: “Había unas jornadas feministas, no había nada convocado en la capilla”.

Testigo 16: “Iban cantando cosas que no recuerdo. Sí me acuerdo de lo de 'menos rosarios y más bolas chinas'. Al principio pensé que era un grupo grande que iban a celebrar la cuaresma.”

Testigo 17: “Entonaron un canto y parecía gregoriano. Dijeron 'sólo vamos a leer un comunicado' y un chico gritó 'me cago en Dios, me cago en Dios'. Leyeron textos de todo tipo, algunos de la sección femenina. Llevaban escrito en sus cuerpos 'puta y libre', 'bisexual', 'bollera'. Alrededor del altar, dispuestas en círculo. Fue una violación de un templo sagrado, era una mofa, una burla. Empezaron a aplaudir y a besarse. Estaban exultantes de gozo”.

Afuera, comienza a llover. Concluyen los testimonios y comienzan con las pruebas documentales. Dos funcionarias fuman y una comenta: “Ya ves, hoy no podremos currar, con este gentío”. La tuitera escribe: “Todo pecador tiene un futuro”. Se abre un claro entre la lluvia y Rita Maestre, con el rostro grave y pálido, de repente parece tocada por un haz de luz. Pura, casi impoluta.