El Supremo indio rechazó de madrugada el perdón al ejecutado por los atentados de 1993

El Tribunal Supremo indio rechazó hoy de madrugada una última petición de Yakub Memon para no ser ejecutado en una insólita sesión, horas antes de que el reo fuera ahorcado por su implicación en los atentados en 1993 que causaron 257 muertos en Bombay (oeste).

Poco después de la medianoche abogados de Memon acudieron a la residencia en Delhi del presidente del Tribunal Supremo, H.L. Dattu, para pedir una sesión de urgencia en su último intento para evitar la inminente ejecución del reo, informó la agencia local PTI y otros medios locales.

La defensa de Memom se basaba en que el reglamento judicial indio estipula que como la máxima instancia judicial india había rechazado ayer su apelación, la pena máxima debía ser pospuesta durante al menos “14 días”.

El presidente del Tribunal Supremo aceptó convocar la sesión, que comenzó a las 3.20 de la madrugada (21.50 GMT del miércoles) y se prolongó durante una hora y media, cuando los tres jueces que escucharon los argumentos de los abogados rechazaron la petición y prosiguieron con la orden de ejecución.

“Paralizar la orden de ejecución sería una farsa para la justicia. La apelación es denegada”, aseguró el juez Dipak Misra, al considerar que ya habían proporcionado a los abogados “numerosas oportunidades” para defender al acusado.

Según uno de los abogados de Memom, Anand Grover, esa decisión supuso un “trágico error”.

Memom, que hoy cumplía 54 años, fue ejecutado a las 6.35 de la mañana (1.05 GMT) en una prisión de Nagpur, en el occidental estado de Maharashtra, a pesar de que en las últimas horas se habían multiplicado las peticiones de suspensión de la pena por parte incluso de exmagistrados de la Corte Suprema.

El Supremo indio ya negó el 21 de julio otra apelación del preso.

Memon, condenado a muerte por los ataques, también había visto rechazada anteriormente una súplica al gobernador de Maharastra, C. Vidyasagar Rao, y la petición de indulto al presidente indio, Pranab Mukherjee.

El 12 de marzo de 1993, 257 personas murieron y 713 resultaron heridas en 13 explosiones en cadena que golpearon puntos estratégicos de Bombay, capital financiera de la India, como la Bolsa, mercados populosos y cines.

Los ataques se consideraron una venganza de los musulmanes por las más de 3.000 personas que fallecieron en enfrentamientos con hindúes tras la destrucción de la mezquita Babri en 1992, en el occidental estado de Gujarat.