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El mito de la caverna o el peligro del control social: lo que ya no aprenden los estudiantes sin Filosofía

Alumnas de Bachillerato en un examen de selectividad. /EFE

Sofía Pérez Mendoza

Desde que entró en vigor la Lomce los estudiantes pueden terminar la educación obligatoria sin trabajar ni estimular el pensamiento crítico. Ni una hora, ni una asignatura. El PP, que ahora dice que se arrepiente, se las cargó todas con su reforma educativa: eliminó Historia de la Filosofía –antes troncal y ahora optativa en 2º de Bachillerato– e hizo desaparecer Ética y Educación para la Ciudadanía en la ESO. Solo concedió mantener una materia general (Filosofía) en 1º de Bachillerato.

Tampoco puso ninguna asignatura obligatoria para cubrir el vacío de conocimiento, aunque sí introdujo una nueva materia optativa en Secundaria: Valores Éticos. Esta solo pueden cursarla los estudiantes que no eligen Religión y ha sido leída por los profesores más críticos como “un parche”.

“El currículo marca temas amplísimos. Parece que no se tomaron mucha molestia porque los contenidos se repiten”, señala Esperanza Rodríguez, jefa del Departamento de Filosofía en un instituto y presidenta de la comisión de Educación de la Red Española de Filosofía (REF).

La Lomce también incluye dentro de un cajón heterogéneo una asignatura de Filosofía en el último curso de ESO pero, según los docentes, en pocos centros sale un grupo porque no hay alumnos. Algunas comunidades han utilizado, además, el margen de actuación que les da la ley para arañar horas para estos contenidos, cuya supresión sacó a la calle a filósofos, docentes, estudiantes y asociaciones. Cuatro años después, el PP ha abierto la puerta a que la Filosofía recupere el estatus de materia vertebral que un día tuvo.

Pero ¿qué es lo que han dejado de dar los estudiantes estos años y los que quedan hasta que el pacto se traduzca en una nueva ley? Echamos mano de los currículos de la LOE y preguntamos a profesores especialistas.

Sin debate sobre la duda o la existencia de Dios

Historia de la Filosofía era una asignatura troncal y común a todas las ramas de Bachillerato centrada en estudiar en profundidad el pensamiento de una decena de autores. Algunos de ellos, como Aristóteles o Kant, se ven por encima en el currículo de la asignatura que se ha mantenido en 1º de Bachillerato. La única de Filosofía tras la reforma del PP y una materia en la que “se han metido a capón muchísimos contenidos generales que son imposibles de abordar en un curso”, dice Enrique P. Mesa, docente de Filosofía y presidente de la Asociación de Profesores de Filosofía de Madrid.

¿Y qué se pierde dejando dos asignaturas en una? “Estudiar durante un curso los autores enseña que las opiniones deben ser fundadas y que con las teorías no se pretende encontrar la verdad (ha habido muchas) sino problematizar la realidad”, argumenta el profesor. Y pone estos ejemplos:

  • Platón: “Enseña que existe una diferencia entre lo que se nos presenta directamente y lo que es verdad, lo que se muestra con el mito de la caverna”.
  • San Agustín y Santo Tomás: “Los estudiantes aprenden que las creencias deben ser razonadas más allá de su certeza subjetiva” (la existencia de Dios).
  • Descartes: “Muestra cómo la duda es un inicio pero no puede ser una meta”
  • Marx: “Con él planteamos cómo la felicidad personal puede ser una tapadera para el control social”.

“Los alumnos no saben hacerse preguntas”

Solo los estudiantes que cogen voluntariamente Valores Éticos tocan algunos de los contenidos que se impartían en Ética y Educación para la Ciudadanía con la LOE. Uno de los objetivos de ambas era “adquirir un pensamiento crítico, desarrollar un criterio propio y habilidades para defender posiciones en debates”.

Ahora es posible que un estudiante llegue a 1º de Bachillerato y abra el libro de Filosofía sin haber tenido un espacio en el aula para trabajar el pensamiento crítico. “Nos encontramos con chicos y chicas que no tienen ni idea, que no se hacen preguntas porque no les hemos enseñado”, dicen desde la Red de Profesores de Filosofía.

Esperanza Rodríguez insiste en que “no es posible que los que eligen Religión en la ESO ya vayan servidos solo con el dogma hasta Bachillerato, si es que lo hacen”. Ahí, argumenta, “se nota mucha diferencia dentro de una misma clase”.

El currículo de Ética incluía objetivos como:

  • “Identificar la pluralidad de las sociedad actuales reconociendo la diversidad como enriquecedora de la convivencia [...], rechazando las situaciones de injusticia y las discriminaciones por razón de sexo, origen, creencias, diferencias sociales u orientación afectivo-sexual”
  • “Reconocer los derechos de las mujeres, valorar la diferencia de sexos y la igualdad de derechos entre ellos y rechazar los estereotipos y prejuicios que supongan discriminación”

“Era una asignatura que daba espacio para reflexionar sobre temas que nos tocan a todos, como la sociedad consumista, la discriminación de las mujeres, los fascismos...”, afirma Mesa, que repasa lo que abordaba entonces en sus clases.

Mirando el currículo, la sustituta Valores Éticos –solo para los no religiosos– está más centrada en contenidos relacionados con la Constitución Española y la democracia y la participación, e incide menos en cuestiones de convivencia que eran vertebrales en Educación para la Ciudadanía, otra materia eliminada por el PP con el argumento de que “adoctrinaba”.

Algunos objetivos curriculares de Valores Éticos, como el estudio de “la importancia de la misión de las Fuerzas Armadas en materia de defensa, de derechos humano y de promoción de la paz”, no convencieron a un sector de profesores, familias y sindicatos. Tampoco seducen algunas píldoras que, según los docentes consultados, se han introducido en Filosofía de 1º de Bachillerato:

  • “La filosofía y la empresa como proyecto racional. El modo metafísico de preguntar para diseñar un proyecto vital y de empresa”

Del “no es útil” a la disculpa

El Gobierno ha pasado en solo unos años de menoscabar la Filosofía borrándola del currículo a asumir su error y querer recuperarla. O eso desprende la REF de las últimas reuniones que ha mantenido con el Ministerio de Educación, en las que perciben “un cambio de posición” en este tema.

“En la etapa de Wert y Gomendio hubo personas que no quisieron ver en la Filosofía nada útil. No se les ocurrió pensar en que si un alumno no entiende una pregunta en un texto científico tal vez es porque no han trabajado otras cosas previamente. Sin Filosofía perdemos todos”, concluye Rodríguez.

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