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La ciudad de Sevilla en un mundo cada vez más urbano

Jorge Díaz Lanchas

Profesor asociado de economía en la Universidad Loyola Andalucía —

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Es sin duda una dinámica global. Según las Naciones Unidas la población mundial cada vez se concentra en mayor proporción en las ciudades.

Esto supone una reducción de costes de transporte y de transacción ocasionada por las nuevas tecnologías de la información. Se esperaba que éstas impulsasen la deslocalización de los individuos, favoreciendo una especie de vuelta a lo rural, pero existen sinergias en el intercambio que apuntan a una mayor generación de ideas cuando los individuos interactúan casi a diario y con otros individuos diferentes a los que están acostumbrados.

En este marco, las ciudades son los nuevos polos de generación y captación de talento e ideas. Las dos materias primas de las que se nutre la economía del conocimiento, y que impulsan el crecimiento económico en el largo plazo. Por así decirlo, las nuevas grandes ciudades del siglo XXI se caracterizarán por disponer de una ventaja competitiva sobre otros territorios.

Sevilla en el mundo

Por supuesto, Sevilla no se escapa a estas dinámicas. Conformándose como la cuarta ciudad en población dentro de España y una de las más relevantes dentro de las regiones geográficamente al sur de Europa. En esta situación, cabe preguntarse cómo está siendo el desempeño reciente de Sevilla y los retos económicos que enfrenta en los próximos años.

Para analizar estas cuestiones es importante tener en cuenta que la aglomeración de empresas y viviendas, en el caso de Sevilla, incorporaría a buena parte de los municipios de El Aljarafe, y aquellos municipios donde en los que una parte importante de su población se desplaza a diario para desarrollar sus tares laborales. Y no sólo esto, sino que podremos entender fenómenos tales como bajo qué preferencias los individuos tienden a localizarse en unas zonas u otras de la ciudad; qué factores llevan a que unas zonas de las ciudades sean más inclusivas e innovadoras; qué elementos determinan el precio de la vivienda entre zonas de la ciudad; o cuáles parámetros hay que tener en cuenta para la provisión de servicios públicos y de transporte entre ciudades y dentro de ellas.

La ciudad de Sevilla no solo se encuentra muy alejada de sus referentes, sino que además esta distancia se ha incrementado con los años en muchos sentidos. Si bien esto pudiese ser esperable al tratarse de ciudades que partían con niveles históricamente inferiores, cabe preguntarse si Sevilla ha ido mostrando mejoras en productividad.

Con este objetivo, la siguiente Figura 1 muestra el PIB per cápita de las principales ciudades españolas.

Tal y como puede observarse, Sevilla se encuentra todavía alejada del resto de ciudades españolas.

Siguiendo con esto, si analizamos la productividad por trabajador, Sevilla sigue mostrando niveles todavía muy alejados. Con este fin la Figura 2 presenta la productividad por trabajador medida como el PIB por trabajador en activo.

Vemos que las ciudades andaluzas seguían rezagadas en su desempeño económico, lo que podría apuntar a que estas ciudades no están sabiendo adaptarse correctamente a las dinámicas urbanizadoras del siglo XXI.

Sevilla necesita aumentar su productividad

A la vista de estos resultados, podemos concluir que Sevilla aún tiene un largo recorrido para seguir mejorando su productividad. Esto indica que Sevilla aún padece de grandes problemas estructurales. La ciudad no consigue explotar y aprovechar de un modo eficiente todos sus factores internos.

Estas conclusiones abren la puerta a una serie de recomendaciones. En primer lugar, el gran problema del mercado laboral en Sevilla. Desde el Ayuntamiento y en estrecha relación con las agencias públicas y privadas de empleo, tendrían que diseñar mejores sistemas de macheo entre trabajadores disponibles y plazas laborales vacantes, complementado con mejores mecanismos de supervisión laboral.

Indubablemente tambien debería diversificar en fuentes de ingresos, innovación y talento, saliendo del monocultivo del turismo de masas. Además, se tendría que potenciar las colaboraciones público-privadas entre las universidades sevillanas y las empresas en crecimiento. En este sentido, el parque tecnológico de La Cartuja parece estar mostrando buenos resultados, pero serían deseables nuevos núcleos emprendedores de modo que se evite la salida de jóvenes hacia otras regiones.

Por otro lado, haría falta una mayor colaboración institucional y empresarial entre aquellos municipios que pertenecen a la misma área urbana para así poder aprovechar sinergias.

La necesaria cooperación entre las ciudades andaluzas

Este último punto nos lleva directamente a otro fundamental: las relaciones entre ciudades andaluzas. En el caso andaluz, sus ciudades no disponen de la suficiente densidad urbana, pero la conjunción mutua entre estas ciudades andaluzas sí pueda alcanzar esos umbrales. Sería deseable que se fomentasen las relaciones entre sus ayuntamientos, entes públicos, universidad y, especialmente, sus empresas.

Estas medidas no garantizarían el crecimiento económico urbano, pero no quiere decir que éste no se pueda hacer más accesible a las ciudades andaluzas y a Sevilla en particular, pues este crecimiento no es sino un medio para conseguir un mayor bienestar social en el futuro para Andalucía.

Es sin duda una dinámica global. Según las Naciones Unidas la población mundial cada vez se concentra en mayor proporción en las ciudades.

Esto supone una reducción de costes de transporte y de transacción ocasionada por las nuevas tecnologías de la información. Se esperaba que éstas impulsasen la deslocalización de los individuos, favoreciendo una especie de vuelta a lo rural, pero existen sinergias en el intercambio que apuntan a una mayor generación de ideas cuando los individuos interactúan casi a diario y con otros individuos diferentes a los que están acostumbrados.