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Trabajo decente
Un año más, la clase trabajadora de todo el mundo alza su voz en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Para UGT y CCOO, esta fecha supone una movilización global que exige poner fin a la explotación, la precariedad y la desigualdad que aún persisten en el mundo laboral, un desafío especialmente acuciante en Andalucía.
El trabajo decente, tal como lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT), abarca cuatro pilares fundamentales: empleo productivo y justamente remunerado, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, y libertad para que las personas expresen sus preocupaciones y participen en las decisiones que afectan a sus vidas. En Andalucía, a pesar de los avances impulsados por la acción sindical, debemos ser claros: aún estamos lejos de alcanzar este objetivo para todas las personas trabajadoras.
Por eso, ambas organizaciones sindicales, queremos hacer un llamamiento por la paz y por la democracia, elementos esenciales para que los derechos laborales, la justicia social y la igualdad se extiendan.
En Andalucía los salarios son un 12 % inferiores a la media estatal
Los datos nos golpean con la realidad de un trabajo que, en demasiados casos, no podemos llamar “decente”. En primer lugar, Andalucía sigue siendo una de las comunidades con más paro: a pesar de las bajadas de los últimos meses, 600 mil personas desean trabajar y no pueden hacerlo.
Quienes sí tienen un empleo se enfrentan a desafíos estructurales que menoscaban su bienestar. Los salarios son un 12 % inferiores a la media estatal, una brecha que ahoga la capacidad de consumo de las familias, ralentiza la economía local y perpetúa la desigualdad.
A pesar de las mejoras que trajo el acuerdo de reforma laboral, la temporalidad en la contratación sigue siendo alta, en torno al 20 %, el uso fraudulento de los contratos a tiempo parcial y de los fijos discontinuos, que genera una inseguridad vital insostenible. Esta precariedad es especialmente grave entre la juventud y las mujeres.
La discriminación tiene rostro de mujer: dos de cada tres personas paradas en nuestra comunidad son mujeres, y ellas sufren la precariedad con mayor intensidad, además de una persistente brecha salarial y la infrarrepresentación en puestos de responsabilidad.
La falta de reconocimiento y protección en sectores feminizados, como el de las camareras de piso, o la dependencia, es un clamor. Un 70 % de estas trabajadoras en Andalucía necesita consumir fármacos para lidiar con su intensa jornada laboral, un dato que debería avergonzar a toda la sociedad y a nuestras instituciones.
El fomento del trabajo decente y el desarrollo económico es también un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 20-30
Frente a esta realidad, CCOO y UGT unimos fuerzas para exigir medidas valientes y decididas que pongan a las personas en el centro de las políticas públicas y empresariales. No nos conformaremos con un mundo laboral que solo garantice la supervivencia; queremos prosperidad y justicia.
1. Reducción de la Jornada Laboral a 37,5 horas
Luchamos por la reducción de la jornada a 37,5 horas, una medida que beneficiará directamente a más de millón y medio de personas trabajadoras en Andalucía. En un contexto de avances tecnológicos y aumento de la productividad, esta medida es de pura justicia social: no solo humaniza las relaciones laborales y mejora la conciliación de la vida personal y profesional, sino que, además, dinamizará la creación de empleo. Es hora de distribuir mejor la riqueza generada y el tiempo de trabajo.
2. Salarios dignos y egociación colectiva fuerte
Un trabajo decente es, por definición, un trabajo justamente remunerado. Exigimos aumentos salariales que recuperen el poder adquisitivo perdido por la inflación y que estén a la altura de las ganancias empresariales. La gegociación colectiva debe ser la herramienta esencial para garantizar salarios de justicia y la paz social en los centros de trabajo.
3. Tolerancia cero con la siniestralidad laboral
No hay trabajo decente si no se puede volver a casa vivo. Las tasas de siniestralidad laboral en Andalucía siguen siendo inaceptablemente altas. Reclamamos el refuerzo de la inspección de trabajo y la priorización de la prevención de riesgos laborales. Es imprescindible reconocer como enfermedad profesional los riesgos psicosociales en sectores como la sanidad y la docencia, que están generando graves problemas de salud física y mental en nuestras trabajadoras y trabajadores.
4. Paz y democracia: pilares del trabajo decente mundial
Nuestra movilización por el trabajo decente es también una lucha global. Levantamos la voz para rechazar el avance de la ultraderecha en el mundo, que utiliza la mentira y el populismo más violento para enfrentar a los que menos tienen, y fortalecer al poderoso.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) advierte en su informe Empresas que socavan la democracia 2025 sobre cómo cada vez un mayor número de empresas están en mano de empresarios que patrocinan la extrema derecha política y que hacen gala de prácticas antisindicales, promueven la guerra y la represión social, al tiempo que hacen llamamientos a rebajas salariales y a devaluar las condiciones laborales, aumentando de manera impúdica sus beneficios en detrimento de las personas y el planeta. No lo vamos a permitir.
No podemos olvidarnos este día de los compañeros y compañeras de Palestina y los trabajadores que representan
No olvidemos que el fomento del trabajo decente y el desarrollo económico es también el octavo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 20-30, aprobada por la ONU. La próxima Cumbre Social Mundial debe comprometerse con un nuevo contrato social en el que los trabajos, derechos laborales, libertad sindical, protección social, igualdad e inclusión y en la que se subraye que el trabajo decente es la base de toda democracia plena y esta, única garante de los primeros.
En el día del trabajo decente no podemos olvidarnos de los compañeros y compañeras de Palestina y los trabajadores que representan. El último informe del Director General de la OIT decía: “Gaza se encuentra en ruinas. Sus lugares de trabajo han sido destruidos. Miles de trabajadores han perdido la vida. La magnitud de la miseria no tiene precedentes”. En cualquier conflicto, son las y los trabajadores los que sufren la cara más amarga de la guerra, por ende, el genocidio que sufre el pueblo palestino. Nos solidarizamos también con los trabajadores y trabajadoras de Ucrania, Yemen y otros países en guerra.
En este 7 de octubre, UGT y CCOO en Andalucía llamamos a la unidad de toda la clase trabajadora. Con nuestra determinación conseguiremos cambiar las reglas para impulsar una distribución de la riqueza más justa y garantizar, de una vez por todas, que el trabajo decente sea una realidad para cada andaluza y andaluz. La lucha continúa.