La investigación como fuente contra la desertificación y la sequía

La desertificación es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el medio ambiente. Con más de 250 millones de afectados directamente a nivel mundial, el clima, la erosión y la acción humana son algunas de las causas que provocan un fenómeno que además pone en riesgo los medios de vida de mil millones de habitantes.

Cada 17 de junio se celebra el Día Mundial Contra la Desertificación y la Sequía con el objetivo de sensibilizar a la población mundial por ser la causa principal de ambos fenómenos. Y lo es por estar detrás del cambio climático, por ejemplo. Pero también por la sobreexplotación agracia, por la deforestación o por los incendios.

España es el país con más alto índice de desertificación de Europa y, según el Instituto Geográfico Nacional, dos terceras partes están expuestas al fenómeno. Los pronósticos no son muy buenos tampoco si nos centramos en las sequías. Por eso es importante la prevención.

Francisco Domingo Poveda, director de la Estación Experimental de Zonas Áridas (CSIC), desarrolla una continua investigación sobre terrenos semiáridos para evitar su desertificación. Una importante labor con el objetivo de aportar herramientas a la sociedad para combatir el cambio climático en estas zonas que ocupan, ni más ni menos, que el 30 % de la superficie del planeta.

El trabajo de los investigadores también busca poner remedio a la sequía. Por ejemplo Guillermo Zaragoza trabaja en la desalación solar como solución. El crecimiento exponencial de la población conlleva la cada vez mayor escasez de agua. Vivimos en un mundo de agua, sí, pero salada. Por eso la desalación puede ser alternativa. Pero el proceso debe pasar por las renovables para que la solución a la sequía no se convierta en un problema de energía.

La innovación también juega un importante papel en la lucha contra los efectos de la desertificación y la sequía. Por ejemplo un grupo de investigadores desarrolla dos prototipos de invernadero para exportarlos a países de climas áridos y semiáridos. Investigación andaluza para climas extremos como los del Golfo Pérsico en los que hay gran dificultad para cultivar algunos tipos de hortalizas y verduras.

Contra la sequía y la desertificación lucha también el invento de un jubilado sevillano: una máquina capaz de fabricar agua potable en el desierto. El prototipo es capaz de producir hasta 3.000 litros de agua potable al día en las condiciones más extremas, por lo que ha captado la atención incluso del gobierno de Namibia, un país con grandes problemas ambientales.