Calle Cultura: cuando 20.000 rosas toman el espacio que ocupan los coches

Menos coches y más cultura. O, al menos, intentar que la creación artística tome en algún momento el espacio que durante toda la semana ocupan los automóviles. Así podría resumirse el espíritu de Calle Cultura 2022, un programa de actividades organizado por el Ayuntamiento de Sevilla con el que se pretende conquistar el espacio público y promover una “una ciudad más habitable, sostenible y saludable” desde el arte.

Esta estrategia se ha materializado este domingo en el Paseo Colón de la capital hispalense, y se prolongará a lo largo del año con cinco jornadas en total, dos en primavera y tres en otoño. Según manifestó el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, esta iniciativa servirá además para relanzar la programación cultural de la ciudad en primavera y a contribuir a la dinamización económica y social, al impulso del turismo y al posicionamiento de la ciudad como capital de la cultura.

Esta primera cita, que se ha extendido a la plaza de toros y el Teatro de la Maestranza, ha propuesto una guerrilla floral del Festival Internacional de las Flores (Flora), transformando el espacio público a través de las intervenciones de dos colectivos de artistas reconocidos a nivel internacional: los daneses Tableau y los españoles Flor Motion, ganadores de las ediciones de 2021 y 2019 de Flora, respectivamente. Juntos, en una performance que ha llamado la atención sobre la naturaleza y el arte contemporáneo, han creado una instalación floral que solo ha podido contemplarse durante unas horas, ya que ha culminado con una llamada al público a llevarse las flores a casa.

El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, subrayaba que el “éxito” en la afluencia de público constituye “un acicate” para plantear esta iniciativa en otros enclaves. “Aunque esta iniciativa se ha desarrollado otros años en distintas calles de la ciudad, hoy ha marcado un antes y un después dado que la cultura ha tomado por unas horas una vía tan importante como el Paseo Colón, que la han podido disfrutar los ciudadanos y las ciudadanas que han acudido a contemplar y participar de las actividades programadas”, destacaba.

Oda a la primavera

De este modo, el festival Flora ha llegado por primera vez a Sevilla tras cinco años vistiendo el otoño cordobés del arte floral contemporáneo desplegando instalaciones de los artistas internacionales más reconocidos y generando experiencias emocionantes. Aquí, tal y como adelantó su directora, María Van den Eynde, han llevado a cabo la instalación Ultraefímera, “una gran instalación que podrá transitarse, en un claro guiño a los tradicionales laberintos de los jardines europeos”. Los artistas han utilizado un solo tipo de flor, la rosa: 20.000 rosas en tonos de amarillo, naranja, rosa y crema.

“Una gran guerrilla floral más o menos improvisada y en plena calle”, destacaba Aitana, una de las componentes de Flor Motion, “un colectivo que aglutina a doce floristas que en la vida diaria somos competencia directa, pero que a la hora de hacer instalaciones lo que importa es lo que hacemos, no quiénes somos”. “Ultraefímera es una fiesta u oda a la primavera en un tiempo complicado como este, en el que la pandemia y la guerra nos han puesto el ánimo para abajo. Queremos promover el cultivo de la flor pero también demostrar que la belleza genera sonrisas. Y lo hacemos a través de 20.000 flores, una barbaridad incluso para nosotros que estamos acostumbrados a mover grandes volúmenes una vez al mes en Madrid. Quien ve eso, te lo aseguro, sonríe”.

La intervención floral ha estado acompañada asimismo de ambientación sonora y musical, de otras propuestas artísticas y musicales de distintas disciplinas, entre las que han figurado el productor y músico cordobés Fernando Vacas y la Banda de Música de las Fuerzas Terrestres, así como los artistas del Paseo del Arte, tradicionalmente instalados en el Paseo de la O. Este domingo por primera vez se han trasladado al otro lado del río y han ocupado el espacio peatonal en una medida con la que el Ayuntamiento pretende apoyar también al sector artesanal de la ciudad.

Agente transformador

La segunda edición de Calle Cultura, que forma parte del proyecto Ciudad Cultura ideado por El Golpe. Cultura del Entorno y está programada para el próximo mes de mayo, se trasladará a la calle Ingeniero de la Cierva en Su Eminencia dentro de la estrategia de mejora progresiva de esta vía como eje comercial y de la vida social del barrio y de apuesta por la cultura como elemento de transformación social. Para después de las fiestas de la primavera están programadas instalaciones y acciones dedicadas al arte sonoro dirigidas por el reconocido músico sevillano Miguel Marín, Árbol, así como acciones de danzas individuales y colectivas coordinadas por la Asociación de Profesionales y compañías de la danza de Andalucía.

Según Árbol, “hacemos un recorrido o más bien un paréntesis en los sonidos de la ciudad, empezando por sonidos domésticos del día a día, para ir derivando hacia una música hecha por gente de la ciudad como Los Pies Torcidos o Montgomery. Dejamos en pausa el tiempo de modo que, sin el ruido del tráfico o las obras, recuperamos los sonidos de las casas, de un parque o de un callejón”.

“Con este programa queremos consolidar a la cultura como eje transformador de las ciudades y como línea transversal de las políticas públicas. Las intervenciones artísticas, la artesanía o la música servirán para avanzar hacia una ciudad más habitable y sostenible y también contribuirán a transformar la realidad social de determinados barrios de la ciudad. Por eso hemos optado por arrancar por una de las vías con más tráfico en durante los días laborables, siguiendo el modelo de otras grandes capitales europeas y estadounidenses, y continuar con una zona de transformación social respondiendo además a una petición de sus propios vecinos y vecinas”, explicó Antonio Muñoz en la presentación de la iniciativa.

Ésta es precisamente la idea que se recoge en un nuevo vídeo promocional que recoge decenas de imágenes que desvelan la manera en que la cultura se cuela en nuestro entorno de manera natural y cotidiana y protagoniza el día a día de toda la ciudadanía. “Lo que estamos haciendo es aprender de los sevillanos y las sevillanas”, concluía Muñoz. “Porque si en España hay alguien que sabe ocupar la calle, somos los sevillanos. Y qué mejor que si podemos hacerlo con la actividad más noble, que es la cultural”.