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Miguel Ángel Mejías: “El empleo que se va a generar no tiene nada que ver con el que se ha perdido”

La transformación digital ha venido para quedarse. No tiene vuelta atrás. Cada vez hay más expertos que lo atestiguan y más estudios que le ponen fecha. Es uno de los argumentos que se estudian en el curso Transformación digital: Blockchain y otras tecnologías disruptivas aplicadas a la actividad económica, que esta semana se ha celebrado en la Universidad Internacional de Andalucía.

En su sede de Santa María de La Rábida (Huelva), un grupo de expertos analiza la tecnología disruptiva, aquella que desplaza a una tecnología establecida y sacude la industria, o un producto innovador que crea una industria completamente nueva.

En este encuentro se pretende analizar estas tecnologías (la impresión 3D, la robótica, el IoT, el big data ,la realidad virtual avanzada, la inteligencia artificial o el Blockchain...), en cuánto afectan a la economía, cuánto impactan en ella, para ver cómo están influyendo y van a influir en los diferentes sectores y actividades económicas.

Todo ello, bajo la coordinación del exgerente de la agencia IDEA, Miguel Ángel Mejías, que tiene claro que, tal como la conocemos, la sociedad de dentro de unos años no tendrá comparación con la de nuestros hijos o nietos.

Cuando hablamos de blockchain siempre pensamos en cosas como el Bitcoin y la posibilidad de que el dinero físico desaparezca...

En realidad, blockchain no es sólo la tecnología detrás del bitcoin, es una tecnología para la moneda y otros muchos usos. Ahora mismo, puede tener usos tan diversos como lograr la completa trazabilidad para la seguridad alimentaria. Puede hacer que si recibes un producto en el supermercado, sepas qué tomate es, de dónde, si se han usado pesticidas para cultivarlo, por qué manos ha pasado… Eso que nos da seguridad y trazablidad se hace con tecnología Blockchain. Lo que tienen en común es que está basado en una tecnología inmutable y segura.

¿No cabe el fraude?

Hay que tener en cuenta que sólo en el tema del bitcoin hay 17.000 ordenadores que tienen esa cadena de bloques, es una base de datos distribuida por todo el mundo. No puedes cambiar algo que está ahí, porque habría que cambiar 17.000 ordenadores, que ya es complicado, pero si en la cadena de bloques se cambia una coma ya aparece como algo distinto. Se ha concebido como una aplicación para hacer una criptomoneda, pero hay una aplicación en muchos campos.

Por ejemplo, ¿en el transporte?

En usos como el transporte de contenedores, puede ayudar desde saber dónde están las rutas, u ordenar los muchos documentos que tiene una carga con todo el tema aduanero, e incluso se puede hacer algún tipo de certificación que agilice y dé garantías al mismo tiempo. Puede haber una empresa de cultivo de tomate que ofrezca a todos los actores desde que se cultiva hasta que se compra, para tener una información que es inmutable. Se puede aplicar en sanidad, aseguradoras, banca…, tiene multitud de aplicaciones. No es sólo la Blockchain, sino más tecnologías disruptivas, pero en este momento es la que da más fuerte y tiene la ventaja de ser muy transversal, y se puede usar en muchos sectores.

Por lo tanto, renovarse o morir.

Hay que tener en cuenta qué sectores ya lo están aplicando y las ventajas de aplicar esta tecnología. Pero es tan fácil que si en una empresa no te incorporas a la transformación digital, vas a morir. No es que lo vayas a hacer peor, sino que vas a desaparecer. Hay que sensibilizar a las empresas para que vean que esto es así. En Industria, hubo la segunda revolución industrial, la de Henry Ford y la cadena de montaje, que se trataba de producir lo mismo, pero ahora mismo el cliente lo que quiere es su producto. A nivel de industria se traduce en que el cliente recibe lo que necesita, y producir series cortas, series individualizadas. A nivel de personas, que es el otro reto, existe el posible riesgo de cuántos empleos se van a perder por la robotización e inteligencia artificial, pero en realidad se trata de que el empleo que se genera no tiene nada que ver con el que se ha perdido.

El reto no es ponerle vallas al campo y parar esa ola digital, sino recualificar a los trabajadores para que se reconviertan y puedan ocupar los puestos de trabajos que van a surgir nuevos.

¿Cuánto nos queda para tener una sociedad plenamente adaptada a esos cambios?

Hay datos de la OCDE o de La Caixa que dicen que en 2020 habrá 25.000 millones de cosas conectadas. El frigorífico le va a dar una orden al supermercado para traer las cosas que faltan como algo normal. En diez años se prevé que el 47 % de los trabajos sean realizados por máquinas. Pero hay un dato que me llama poderosamente la atención, y es que el 65 % de los empleos de la próxima década aún no existen. Cuando un niño entra en la etapa educativa, dos terceras partes de los trabajos que existían cuando empezó ya no existirán. Es un dato que nos resume y bien la situación actual y hacia dónde vamos.

La transformación digital ha venido para quedarse. No tiene vuelta atrás. Cada vez hay más expertos que lo atestiguan y más estudios que le ponen fecha. Es uno de los argumentos que se estudian en el curso Transformación digital: Blockchain y otras tecnologías disruptivas aplicadas a la actividad económica, que esta semana se ha celebrado en la Universidad Internacional de Andalucía.

En su sede de Santa María de La Rábida (Huelva), un grupo de expertos analiza la tecnología disruptiva, aquella que desplaza a una tecnología establecida y sacude la industria, o un producto innovador que crea una industria completamente nueva.