La secretaria general del PSOE andaluz, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha empezado el curso político cuadrando a todos sus cargos electos e institucionales, en quienes deposita la mayor responsabilidad para defender el proyecto de Gobierno socialista en Andalucía frente al modelo actual de Juan Manuel Moreno.
Montero convocó este viernes en Montilla (Córdoba) a la Interparlamentaria del PSOE andaluz, un órgano regional del que forman parte todos los diputados, senadores, parlamentarios autonómicos y eurodiputados andaluces, para tensionar las filas y coordinar la estrategia electoral de una larga campaña hasta las urnas que ya ha empezado. “Cada uno de nosotros, en nuestro trabajo, en nuestro sitio, somos insustituibles. Y esto, o nos lo creemos, o el que no se lo crea tiene que dar un paso al lado”, ha enfatizado la candidata socialista, haciendo extensible el mensaje a los alcaldes y concejales del partido.
El PSOE andaluz ha arrancado el curso del último año de legislatura enchufado a la oferta de condonación parcial de la deuda autonómica, una arriesgada propuesta que la ministra llevó al Consejo de Ministros del martes, permitiéndole acaparar la iniciativa política y dominar el debate frente al Gobierno de Moreno.
Montero, autora intelectual de esta medida, le da una importancia vital a este asunto en la campaña electoral y ha zamarreado a los suyos para que lo expliquen y lo defiendan bien en “los barrios y las calles” de Andalucía, porque está convencida de que “rompe el discurso de oposición” de Moreno al Gobierno de Pedro Sánchez y, por extensión, el relato de “privilegios para Catalunya y agravio para Andalucía”. “Esto es mentira. ¿De verdad, alguien en su sano juicio piensa que, siendo yo ministra de Hacienda, iba a permitir nunca que hubiese un trato desfavorable para Andalucía?”, se ha preguntado la líder socialista.
La quita de deuda autonómica nace de un acuerdo político previo entre PSOE y ERC para Catalunya, pero el Gobierno ha aprobado esta semana un anteproyecto de ley que la hace extensible al resto de comunidades. Andalucía, con una condonación prevista de casi 19.000 millones de euros, aparece como la más beneficiada en términos absolutos y porcentuales (representa un 47% del total de su deuda actual, que roza los casi 40.000 millones de euros).
Moreno, que inicialmente reclamó para Andalucía una quita de deuda de 17.800 millones tras conocer que a Catalunya se le perdonaban unos 15.000, cambió drásticamente su discurso, en consonancia con la estrategia de rechazo en bloque del PP nacional, y esta semana ha confirmado que ya no pedirá esa condonación porque Andalucía ya tiene autonomía financiera y está en condiciones de acudir a los mercados y renunciar a los préstamos del Estado en 2026, año electoral.
A los socialistas andaluces las contradicciones de Moreno les sirven para denunciar que el presidente de la Junta antepone los intereses de su partido a los de los sus conciudadanos -“es más genovés que andalucista”- y Montero ha arengado a los suyos para no ceder ni un centímetro en ese mensaje.
En parte, de eso irá la campaña electoral. “Hacer campaña no es intentar arrancar los votos de los ciudadanos, campaña hay que hacerla todo el año, y este partido la hace, desde el gobierno y la oposición, intentando convencer, porque convencer es vencer”, ha dicho la dirigente socialista, marcando como objetivos el “contar el proyecto de gobierno” y “desenmascarar esa falsa manera estar en política que practiva Moreno, en la que cada uno se resuelve lo suyo”.
El Ejecutivo andaluz y el PP se están volcando estos días en explicar su rechazo a la quita con números, no sólo con la denuncia de que es “un traje a medida para los socios independentistas catalanes de Sánchez”. Para los cargos electos del PSOE andaluz, desde el alcalde hasta el parlamentario autonómico, que Andalucía sea la comunidad más beneficiada con la quita de deuda autonómica -nacida de las exigencias de ERC- les permite también relativizar el esceptismo y rechazo en sus filas que provoca la financiación singular para Catalunya. El reto es convencer a los suyos de que también Andalucía se beneficiará de una mejora en la financiación autonómica, y que el mayor garante de ello es que Montero sea la mano que diseñe el complejo sudoku del reparto de fondos.
La Interparlamentaria del PSOE andaluz suele ser un foro de debate donde se pone a prueba la disciplina interna y, a ratos, salen a relucir las discrepancias, temores y recelos de los principales representantes del partido con la dirección. La dirección de Montero es nueva, apenas tiene medio año de vida, y cuenta con el rocoso escudo de ser la vicepresidenta primera del Gobierno y número dos del PSOE federal. La gran prueba de fuego serán las elecciones andaluzas, que se convocarán como tarde en junio de 2026.
Desde que sustituyó a Juan Espadas, el anterior secretario general, Montero ha insistido a los suyos en la importancia de movilizar a un electorado apagado en las últimas citas con las urnas en Andalucía, pero que se reactivaba en las generales. También en que el partido “recupere la ilusión y la credibilidad” y, para ello, es fundamental estrechar vínculos con la sociedad civil y los agentes sociales. La líder socialista ha citado a las Mareas Blancas, que esta semana han registrado 57.000 firmas para llevar una ley al Parlamento que impugna, de alguna manera, la gestión sanitaria del Gobierno de Moreno.
Montero ha reiterado hoy todas las ideas fuerza que acompañarán su campaña: que la crisis de la sanidad pública es la principal grieta del Ejecutivo andaluz, que Moreno no tiene proyecto y en siete años no ha impulsado nada de peso, y que la buena situación de los andaluces se debe al efecto de las políticas de Sánchez en esta comunidad.
La ministra acusa al presidente de la Junta de “meter el Estatuto de Autonomía en un cajón” y denuncia que “el sistema sanitario público es inviable con un gobierno del PP”. Montero ha parafraseado a Moreno, que este verano advertía en una entrevista con La Vanguardia de que “con el actual ritmo de envejecimiento, llegará el momento en que será inviable tal y como la conocemos hoy. Antes de que llegue ese momento sería necesario un pacto de Estado. Los servicios sanitarios están diseñados para una población más joven”.
La ministra de Hacienda ha presentado al PSOE andaluz como el gran valedor del Estado de bienestar -“este partido no pertenece siquiera a la militancia, sino a Andalucía y tiene la obligación de ponerse a la vanguardia de todas las cuestiones que permiten mejorar la calidad de vida de las personas”- y ha reprochado a Moreno que esté dejando deteriorar esa calidad del sistema público para justificar más inversión y apuesta por el sector privado.
“¿Qué ha pasado para que los andaluces se pasen de la sanidad pública a la privada, de la universidad pública a la privada y de la FP pública a la privada?”, se ha preguntado, denunciando el avance en Andalucía de estos sectores que, asegura, ensanchan la brecha de desigualdad entre quien puede permitirse un seguro privado o unos estudios privados y los que no tienen recursos para ello.