PP y PSOE purgan sus contradicciones sobre financiación y quita de deuda en el primer pulso electoral del curso andaluz

Daniel Cela

Sevilla —
7 de septiembre de 2025 06:00 h

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Esta semana se ha escuchado en el Parlamento andaluz a Juan Manuel Moreno reclamar y cuantificar la quita de deuda para Andalucía: “Queremos exactamente lo mismo [que para Cataluña]: 17.800 millones de euros, que es lo que le correspondería a Andalucía”. También, fuera del Parlamento andaluz, se le ha escuchado rechazar los 18.791 millones de euros que finalmente el Ministerio de Hacienda ha ofrecido a esta comunidad. Todo en el mismo día.

Las declaraciones del presidente de la Junta a favor de la condonación parcial de la deuda andaluza son de 2023, pero el portavoz de Vox en la Cámara autonómica, Manuel Gavira, se las llevó consigo el miércoles a su comparecencia ante los medios y reprodujo el audio en su tablet, a micrófono abierto. Logró cierto efectismo, porque se escuchó a Moreno a través de los altavoces de la sala de prensa del Parlamento defender lo contrario que, en ese momento, estaba diciendo en directo desde Cantabria.

“Montero le ha dado a Moreno lo que él le ha pedido. Lo que pasa es que el PP no puede decir esto, sobre todo, a puertas de unas elecciones. El PP no puede reconocer que se ha equivocado”, dijo Gavira, que también desempolvó las declaraciones de la consejera de Hacienda y portavoz de la Junta, Carolina España, y del secretario general del PP andaluz, Antonio Repullo, a favor de la quita de deuda para Andalucía que ahora desdeñan con el mismo fervor.

Así ha arrancado el curso político del último año de legislatura, con una ofensiva en bloque de toda la oposición contra el líder a batir, Juanma Moreno, explotando un asunto que los populares esperaban poder capitalizar en campaña para neutralizar a su gran rival, la vicepresidenta primera, ministra de Hacienda y secretaria general de los socialistas andaluces, María Jesús Montero.

Todos los grupos le han afeado al presidente de la Junta que rechace la quita de 19.000 millones de deuda que Montero ofrece a Andalucía, incluso Vox, que manifiesta estar en contra de la medida.

El debate sobre financiación autonómica entre PSOE y PP es un esquiador bajando la montaña, haciendo curvas y dibujando meandros para esquivar sus incoherencias. Los populares y los socialistas saben que éste va a ser uno de los grandes debates en las próximas elecciones andaluzas, previstas para la primavera de 2026, y han decidido purgar sus contradicciones en el primer choque dialéctico del Parlamento andaluz tras la reapertura del curso político.

Los de Moreno han registrado una moción del PSOE de Asturias, aprobada antes de verano con el apoyo del PP, que rechaza la “ruptura del régimen común de financiación” ante el pacto fiscal suscrito entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat de Catalunya. Los socialistas han respondido con otra proposición no de ley que defiende la quita de deuda para Andalucía, aprobada el martes pasado en el Consejo de Ministros.

La estrategia de ambos es la misma: “retratar” a su contrincante, haciendo un uso interesado de la hemeroteca, donde se entremezclan un sinfín de contradicciones en sus discursos. Los dos se arriesgan por igual a salir trasquilados del debate.

Quizá el movimiento más efectista de los dos sea el del PP andaluz, que ha plagiado la iniciativa de los socialistas asturianos para forzar a los de Montero a votar en contra de lo que sus compañeros han defendido en el Principado. Para importar la moción socialista a Andalucía, claro, los populares han tenido que purgar el texto que aprobó el Gobierno de Adrián Barbón, retirando los puntos sobre financiación que friccionan con las necesidades de Andalucía, y así no tropezar ellos mismos con las diferencias que les separan del PP asturiano en materia de financiación.

“Si el Presidente de Andalucía lo que quiere es apoyar la posición firme de Asturias en materia de financiación, lo tiene fácil: que firme la Declaración de Santiago de 2021. Y no lo hará, porque esa posición es totalmente contraria a la que ellos defienden”, había retado Barbón a su homólogo andaluz, cuando éste anunció que calcaría su iniciativa para poner en un brete a los de Montero.

Qué dice la moción asturiana

La moción asturiana tiene cinco puntos. El PP andaluz mantiene intactos tres -los que más pueden incomodar a los socialistas- y ha borrado los otros dos -los que friccionan con el planteamiento de Moreno-. Este reajuste, en apariencia pequeño, es en realidad una reescritura a la carta del modelo de financiación autonómica, caduco desde 2014, que enfrenta los intereses de todas las comunidades por encima del signo político de sus gobernantes.

De eso va el debate que se sustanciará en el Parlamento andaluz el próximo jueves, de echar a pelear a socialistas con socialistas y populares con populares, incapaces todos de redefinir el modelo territorial del país y consensuar un sistema equilibrado de reparto de fondos que garantice la misma calidad de los servicios públicos esenciales en todos los rincones de España.

La dependencia actual del Gobierno de Sánchez del independentismo catalán convulsiona cualquier atisbo de acuerdo en materia de financiación -con 11 gobiernos autonómicos del PP enfrente-, pero la reforma del modelo lleva pendiente 12 años, y ni siquiera el periodo de mayoría absoluta del Ejecutivo de Mariano Rajoy sirvió para poner de acuerdo a todos.

Del pacto bilateral a la negociación multilateral

La citada moción asturiana que llega al Parlamento andaluz no recoge un rechazo explícito al pacto fiscal para Catalunya ni valora el fondo de dicho acuerdo, como sí hacía la propuesta que presentó el PP asturiano, tumbada por el PSOE de Barbón. Pero sí fija una posición propia de Asturias en materia de financiación: “La Junta del Principado de Asturias, ante el acuerdo bilateral entre el Gobierno de España y la Generalitat, insta al Gobierno de Asturias a: 1. Solicitar al Gobierno de España la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera para, a través de una negociación multilateral, acordar las bases del nuevo modelo de financiación. 2. Rechazar, como ya ha hecho en otras ocasiones, la ruptura del régimen común de financiación y cualquier modelo que privilegie a unas comunidades en detrimento de otras. 3. Utilizar todos los instrumentos necesarios, si fuera preciso para defender los intereses de Asturias”.

El PP asturiano apoyó a regañadientes este texto, aunque acusó a Barbón de “descafeinar” su crítica al pacto fiscal catalán y de evitar una censura más explícita. 800 kilómetros al sur, el PP andaluz ha hecho una relectura del mismo texto, mucho más dura y acorde a sus intereses: “No cabe mayor rechazo [al pacto fiscal catalán] que este punto”, dijo el miércoles su portavoz parlamentario, Toni Martín.

Está por ver qué vota el PSOE andaluz ante la jugada de su rival, porque públicamente Montero ha defendido la literalidad de lo que dice el entrecomillado de la moción asturiana reproducida más arriba, y ha subrayado que “no es incompatible” con el acuerdo alcanzado con los independentistas catalanes, y suscrito con la Generalitat, para una “financiación singular” en Catalunya.

La quita de deuda en el diario de sesiones

Menos incógnitas proyecta el sentido del voto del PP respecto a la proposición no de ley socialista sobre la quita de deuda autonómica. Por mucho que Moreno y su consejera de Hacienda reclamaran la misma solución que PSOE y ERC habían pactado para Catalunya, incluso cifrando la cantidad de ahorro que “le correspondería a Andalucía”, el presidente de la Junta ha virado drásticamente en su planteamiento, con un rechazo político rotundo.

El presidente de los populares andaluces rechaza los casi 19.000 millones de condonación de deuda que le ofrece Montero, su rival en las próximas elecciones, y lo hace con argumentos políticos -“es una trampa” para disfrazar su pacto con los independentistas- y con argumentos económicos: Andalucía ya tiene autonomía económica, es autosuficiente, y dejará de pedir préstamos al Estado en 2026, año electoral, para volver a financiarse íntegramente en los mercados de capital.

El PSOE andaluz quiere que ese rechazo quede grabado en el diario de sesiones del Parlamento, está convencido de que será un estigma que perseguirá al PP como lo fue su no en el referéndum de autonomía de 1980. “Queremos retratar al PP de Moreno de por vida”, ha dicho la portavoz y vicesecretaria general, María Márquez.

Los socialistas andaluces argumentan que pedir la quita de deuda no es incompatible con exigir la convocatoria del Consejo de Política Fiscal para negociar, multilateralmente, un nuevo modelo de financación, como pide el PP y el PSOE de Asturias en su moción. Pero el texto de la proposición no de ley que han llevado al Parlamento no recoge ese añadido, tan sólo insta al Ejecutivo andaluz a solicitar la condonación de deuda al Ministerio de Hacienda.

Ambas iniciativas, la del PP y la del PSOE, están abiertas a enmiendas de otros grupos, lo cual permitirá poner a prueba la flexibilidad que ambas formaciones tienen en el artificioso debate sobre financiación autonómica. Es difícil imaginar un acercamiento entre ambas fuerzas en un contexto preelectoral tan polarizado.

En el mismo Parlamento que, hace sólo siete años, todos los grupos, excepto Ciudadanos, firmaron un gran acuerdo político con la primera propuesta de reforma del modelo de financiación autonómica que hicieron llegar al entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Hoy, Moreno y Montero se acusan mutuamente de haber traicionado aquel pacto.