El malestar en Sevilla por el cierre de áreas de pediatría en centros públicos da alas a las clínicas privadas

Imagen de archivo de una protesta a las puertas del centro de salud de Mallén.

Sara Rojas

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Alba ha dado a luz a su hijo en un hospital público. Visita con frecuencia al pediatra, la rutina habitual de cualquier madre durante el primer año de vida de su bebé. Esta vecina de Nervión tiene el centro de salud - “el de siempre”- cerca de casa y está satisfecha con las profesionales que atienden a su hijo. Fue así hasta que, “de repente”, un día de junio de 2020, su pediatra le informa de que cierran la unidad de Mallén. “¿Cómo va a ser?”, pregunta indignada una de sus amigas del vecindario cuando se lo cuenta. Y así, de boca en boca, se fueron enterando el resto de familias de que la atención pediátrica de 2.515 menores había sido trasladada a El Greco, a más de un kilómetro de distancia de Mallén.

Fuentes del Servicio Andaluz de Salud (SAS) explican a elDiario.es Andalucía que la decisión responde a que en este centro no había posibilidad de garantizar el doble circuito para la atención de los pacientes de Covid-19. Pero las familias argumentan que cuando llegaron a El Greco, se encontraron con la “sorpresa” de que allí tampoco había circuito diferenciado: “Para acceder a pediatría hay que entrar por la misma puerta que entra todo el mundo”, critican. Por eso, Alba junto a decenas de madres (fueron ellas quienes encabezaron la protesta) se movilizaron para denunciar “un recorte sanitario encubierto por la pandemia”. 

Han pasado dos años desde que se tomó aquella medida que se decía “temporal” y el malestar, según denuncian, no ha hecho más que aumentar. Según cifras del SAS, El Greco contaba con dos pediatras y ahora cuenta con cinco pediatras para atender a 4.600 niños. “Está desbordado”, lamentan los usuarios. “Al concentrarlo todo en uno se ha generado una saturación tal que es imposible coger cita”, cuentan madres afectadas por el cambio. Mientras desde el SAS señalan que actualmente “se está estudiando cómo plantear la asistencia pediátrica en la zona”, los usuarios lanzan una crítica porque de manera indirecta “nos están obligando a hacernos seguros privados”.

De la pública a la privada

En este sentido, Juan José Limones, del Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Sevilla, achaca el traslado a la falta de personal. “La pediatría está bajo mínimos y la estrategia de distrito Sevilla ha sido la de congregar a los profesionales en determinados centros”, explica, “pero eso no mitiga la carga de estos trabajadores”.

Para este sindicalista, “lejos de buscar solución, están masacrando el sistema y dando salida a la privatización del servicio porque los usuarios prefieren estar en un pediatra con mejores condiciones”. De hecho, el 60% de las 22 madres consultadas por elDiario.es/Andalucía ha decidido llevar a sus hijos a un pediatra privado. “Yo tenía seguro y no lo usaba, pero desde que nos cambiaron a El Greco voy a la privada”, confiesa Raquel. “Como yo hay mucha gente y conozco otras madres que no se han ido porque no pueden permitírselo”, asevera esta madre.

A 230 metros del centro de Mallén se encuentra la clínica Santa Isabel. Precisamente en 2021, esta clínica del Grupo Hospitalario ASISA, llevó a cabo un “ambicioso proyecto para potenciar su Área de Pediatría”, tal y como reza en su página web. El director del área, el Dr. Pedro de León, así lo confirma y celebra que desde que se reforzó el servicio y se mejoraron las instalaciones, el número de consultas pediátricas se ha multiplicado.

Retrato de un “caos absoluto”

De acuerdo con este doctor, los usuarios que acuden a las consultas privadas lo hacen buscando una “atención más rápida porque los centros públicos están masificados”. En conversación con esta redacción, niega que el incremento esté relacionado con el cierre de Mallén porque considera que se ha “compensado” con otro centro, pero sí reconoce que en Andalucía existe un problema con los pediatras. Sin embargo, desde su apertura, el área de pediatría de Santa Isabel ha incrementado la plantilla de pediatras en un 35% hasta reunir a nueve pediatras en la actualidad, según cifras aportadas por el director de Pediatría. “Hemos tenido suerte”, concluye el doctor.

Como Santa Isabel, otras clínicas privadas de la zona han visto incrementada su demanda en los últimos años. La Dra. Bárbara Rojas, jefa de servicio del área de pediatría en la Clínica Millenium Buhaira también ha apreciado el repunte. “Es cierto que mucha gente lo combina [la atención pública con la privada], sobre todo el primer año de los niños, por la distancia y porque tardan mucho en darles cita”, manifiesta esta pediatra en relación con la reunificación del servicio en El Greco.

Por su parte, las madres coinciden en que la situación en este centro de salud es “insostenible”. “Se ha formado un caos total y absoluto”, critican algunas de ellas apelando a una carga “inadmisible” que ya venía arrastrando Mallén por el cierre de otro centro en el distrito, el de Huerta del Rey, tal y como señalan las usuarias. Esta opinión la comparte Inmaculada, que forma parte del 40% de madres que está evitando recurrir a la póliza privada. “Yo no me he planteado el seguro privado y me ha sorprendido que tantas vecinas lo hayan hecho”, confiesa. “Soy pro sanidad pública, pero me considero afectada porque tiene muchas incomodidades”, se aqueja Inmaculada.

Más allá del barrio

La decisión de concentrar consultas pediátricas en menos centros también alcanzó otras barriadas de la capital, como Pino Montano y San Jerónimo. La inquietud que generó en el ámbito de atención de estas áreas, junto a la de Nervión-San Bernardo, quedó recogida en un expediente que abrió el Defensor del Pueblo Andaluz (DPA) con objeto de investigar “la reorganización de la atención pediátrica” en la capital.

En el texto, con fecha de primeros de junio de 2020, se explicaba que “la insuficiencia de especialistas en pediatría” formaba parte del “elenco de las quejas tramitadas por esta Defensoría”. Y advertía: “la medida anunciada puede ir en detrimento de la calidad asistencial de los menores afectados”. Algo que confirman a día de hoy las madres afectadas.

Preguntados por la resolución de esta actuación, fuentes internas del DPA informan a elDiario.es Andalucía que aún están investigando el caso por la “complejidad” de la cuestión. Según apuntan desde esta institución, el problema que han evidenciado los centros en Distrito Sevilla entronca con uno genérico que se reproduce más allá de la capital, a lo largo de las ocho provincias de la comunidad: la reorganización de la atención pediátrica de toda Andalucía. En esta línea, informan que las quejas recabadas respecto a este servicio a nivel regional han crecido en un 172 % en un año, pasando de 29 en 2020 a 79 en el año anterior a la pandemia. De ahí que el caso de Mallén se haya incorporado a un expediente más amplio que analiza las “carencias” de la atención primaria, que también ha registrado una tendencia al alza en el número de reclamaciones. Todo ello refleja la “situación crítica” - en palabras de Mareas Blancas - que atraviesa la sanidad pública andaluza y que forma parte de las reivindicaciones de las organizaciones sindicales.

En definitiva, el problema concreto de un barrio de Sevilla ha puesto de manifiesto un malestar generalizado latente en todo el territorio andaluz. “Sientes mucha rabia porque era un servicio que funcionaba”, lamenta Alba al recordar la atención que brindaban en Mallén. “Cada uno es libre de elegir, pero a mí me gustaría llevar a mis hijos a la pública y ahora me he visto obligada a pagar un seguro cuando podría ir a mi pediatra de siempre”, se aqueja otra madre. La radiografía de un sistema agonizante que a pesar de su diagnóstico se resiste a desaparecer.

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