El Salto de Bierge: 214 bañistas al día en una zona protegida y restringida para evitar la masificación
El Salto de Bierge se convirtió hace varios años en un espacio de referencia para tomar un baño en verano y en plena naturaleza. Se trata de un espacio muy accesible, próximo a la localidad del mismo nombre y formado por la presa que controla el flujo del río Alcanadre y que da origen a un salto de unos 10 metros de altura. Lo que al comienzo fue un lugar casi secreto, frecuentado por los vecinos de la zona y algunos oscenses que buscaban una alternativa a las piscinas municipales, derivó en una zona masificada, con más de 1.500 personas al día y una incontrolable generación de residuos que llevó a las instituciones a adoptar medidas que han regulado su uso desde el año pasado.
Así, se controló el paso con una tasa de 2 euros, se limitó el aforo a 250 personas al mismo tiempo y está prohibido saltar desde la presa, de lo que advierten varias señales indicativas en todo el recinto. El número máximo de bañistas es de 220, el de barranquistas 30 y el Ayuntamiento de Bierge gestiona las instalaciones y los recursos humanos necesarios. Se cuenta con dos aparcamientos: el del Consistorio, con capacidad para 45 turismos, y el del albergue, en el que caben 30. Durante este verano se ha avanzado en la instalación de baños, botiquín y almacén de materiales de mantenimiento, un sistema de depuración o pasarelas de acceso.
Según datos facilitados por el Ayuntamiento este mes de agosto, más de 13.000 personas han accedido este verano a la zona de la badina superior mediante el pago de una tasa de 2 euros, lo que hace una media de 214 personas diarias. En los fines de semana de julio se han superado los 400 usuarios diarios, siempre respetando el límite impuesto de 250 personas al mismo tiempo. Durante este periodo, dos personas contratadas por el Ayuntamiento se han encargado de las labores de información, control y limpieza. Desde el Consistorio afirman que el balance es “positivo”, ya que “las situaciones de masificación que se generaban hasta el verano de 2016 ya no se producen”.
No obstante, se han sucedido episodios de actos vandálicos y de comportamientos incívicos de algunos usuarios que se van a intentar mitigar con más vigilancia. Así, un tercer trabajador se ha sumado para reforzar a los anteriores. Algunas de las normas que se han de cumplir pasan por la prohibición de saltar desde la presa y acceder a la badina inferior, aparcar en las zonas debidamente habilitadas y no en el arcén de la carretera, que los autobuses no paren en la zona de la central o por el deber de llevar los perros atados, entre otros.
El Salto de Bierge forma parte de un espacio protegido, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara. Por ello se establecen prohibiciones. Así, no está permitida la instalación de tiendas, toldos o parasoles, el uso de colchonetas, barcas, tablas, ni objetos similares. Las instituciones emprendieron una campaña de comunicación con la puesta en marcha de una página de Facebook y una cuenta de Twitter, se editó un vídeo promocional del paraje y se ha detallado en la página web de la comarca la normativa de uso.
También se estableció contacto con más de 2.200 agencias de viajes de Cataluña que fletaban autobuses en viajes de ida y vuelta que llegaron a superar las mil personas en una sola jornada. La Consellería de Turismo de la Generalitat de Catalunya facilitó un listado con estos contactos.
Dos asociaciones que desde un primer momento manifestaron reparos a todas estas medidas fueron la Asociación de Empresarios de la Sierra de Guara y la Federación Aragonesa de Montaña. Los primeros han mostrado su desacuerdo con el pago de los 2 euros para acceder y abogaban por eliminarlo o bien reducir esta tasa para los barranquistas, un colectivo que a ojos de los federativos es el principal damnificado por estas medidas. Reclaman que se respete el derecho de paso por los ríos que son públicos y cuya gestión se encuentra en las manos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Por otro lado, en las últimas semanas se ha detectado un incremento notable de visitantes en otras zonas con saltos de agua o pozas del Somontano que no se encuentran preparadas para este tipo de uso. El presidente de la Comarca, Jaime Facerías, advierte del “efecto negativo” que un exceso de promoción está teniendo en estos espacios.
