El pasado sábado 6 de septiembre, un hombre de avanzada edad sufrió unos golpes por una vaquilla durante un encierro en Gelsa (Zaragoza). A causa de las lesiones, falleció este martes 9 de septiembre en un centro hospitario de Zaragoza, donde permanecía ingresado. La Fundación Franz Weber ha llamado este viernes a una “profunda reflexión política y ciudadana” tras este fallecimiento y el modelo de fiestas que se plantea en diferentes localidades de la comunidad.
El hombre no sufrió ninguna cornada, pero fue embestido por una de las vacas que le propinó un fuerte golpe del que no pudo recuperarse. El encierro tuvo lugar en el marco de las fiestas en honor a la Virgen del Buen Suceso, que incuían varios actos taurinos en esta localidad de 900 habitantes con una fuerte tradición taurina.
Los naturalistas recuerdan que durante las sueltas, encierros, también en novilladas o corridas, la presencia de personas menores de edad es habitual, “con lo que pueden visualizar tanto la violencia ejercida sobre los animales como su respuesta ante las personas participantes”. Denuncian que los menores contemplan “escenas realmente dramáticas”.
FFW considera que el Gobierno de Aragón podría tomar una primera decisión: “vetar el acceso de menores a actos taurinos, precisamente cumpliendo con las objeciones de 2018 y 2023 realizadas por el Comité de los Derechos del Niño (CDN), que pide alejar a estos grupos vulnerables de la violencia ejercida sobre animales”.
Es Aragón, además, uno de los pocos territorios que posibilita la participación de menores de 14 años en estas convocatorias, de acuerdo con su reglamentación taurina propia, “exponiéndolos a los mismos riesgos que cualquier persona adulta, incluso el fallecimiento”.
“El hecho de Gelsa pone sobre la mesa una vez más un debate que no se puede eludir: actividades de supuesto ocio que cosechan en España muertes y decenas de personas lesionadas de diversa consideración”, concluyen los naturalistas.