La Fundación Franz Weber ha solicitado esta mañana la retirada de la promoción dirigida a niños y niñas menores de cuatro años para acceder a la novillada anunciada para el sábado 29 en la plaza de toros de Ricla, “por vulnerar hasta dos objeciones formuladas por el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas”. En el cartel anunciador de esta novillada, en la parte baja, se puede leer una nota informativa en la que se recoge que los niños menores de cuatro años no pagarán entrada y que estos “deberán sentarse encima de los adultos”.
Los naturalistas han advertido que el informe de evaluación a España de 2018 incluyó un texto muy claro al respecto de la participación o presencia de menores de 18 años en espectáculos taurinos, subrayando que había que alejarlos de los mismos. Denuncian también que el Ayuntamiento de Ricla “ha venido colaborando de forma regular con las convocatorias taurinas, avalando el acceso gratuito de niños y niñas. Todos ellos podrán ver la violencia real sobre animales, pudiendo impactar en su desarrollo social, moral, intelectual o psíquico”.
El alcalde de la localidad, Ignacio Gutiérrez (PSOE), explica que no les ha llegado dicha denuncia de esta ONG, que el año pasado llegó mediante un escrito del Justicia de Aragón que, posteriormente, fue archivado: “Nuestra respuesta es la misma, es un festejo organizado por una empresa privada que cumple la normativa. Los responsables son los padres, que no entren menores en festejos taurinos es una recomendación, pero no está prohibido”.
Exponen también que en la misma nota informativa se determinan las condiciones de acceso de carros o carritos de niños, lo que, según esta organización “evidencia un desprecio absoluto por la integridad moral e incluso física de estos grupos de población vulnerables en pleno desarrollo psicosocial”. La ONG internacional ha instado al consistorio a rectificar este tipo de apoyos, ya que no solo conculca el criterio general del Comité de Naciones Unidas, también el consenso científico al respecto de la presencia en actividades violentas por parte de menores de edad.
Los naturalistas consideran que la presencia de menores “va acompañada de comentarios que refuerzan de forma positiva todo lo que se produce en la plaza y que personas menores de edad pueden asumir como normal y positivo, contribuyendo a la banalización de la violencia contra animales”.