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Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

Rajoy, más cerca del esperar y ver que de la refundación profunda y rápida del PP

Mariano Rajoy

Arsenio Escolar

“Estás acabado, Rico. Sabes pegar, pero no sabes encajar”, le decía un gánster joven a uno más veterano, Cesar Enrico 'Rico' Bandello, éste interpretado por Edward G. Robinson, en Little Caesar -que aquí se estrenó como Hampa dorada-, una de las mejores películas de Mervyn LeRoy.

Tras la sentencia de Gürtel y la pérdida del Gobierno, Mariano Rajoy y el PP no están acabados -y es deseable que no lo estén, al menos el partido, que representa a una buena parte de la sociedad española y es clave en nuestro sistema político-, pero están saliendo del poder sin saber encajar la derrota y pegando como saben, pegando fuerte, pegando quizás demasiado. Llamarle a esto espiral de la crispación parece un eufemismo.

Pegaron fuerte a Pedro Sánchez ya en los días previos a la votación de la moción de censura. Primero, el número 3 del PP, Fernando Martínez Maillo, lo llamó “judas”. Después, la número 2, María Dolores de Cospedal, le tildó de “enemigo del Estado de derecho”. Más tarde, el número 1, Rajoy, lo acusó de “chantajear” a toda la oposición con su iniciativa.

Durante el pleno parlamentario, la escalada dialéctica del PP fue aún más: “Esta moción de censura es un fraude infame”, proclamaba desde la tribuna el viernes pasado el portavoz del Partido Popular en el Congreso, Rafael Hernando, ignorando adrede que lo que estaba ocurriendo, paso a paso, era simplemente la aplicación de un mecanismo constitucional por el que la Cámara “puede exigir la responsabilidad política del Gobierno”, en este caso por una sentencia durísima que golpeaba al PP y que ponía en duda la credibilidad del presidente.

“A Sánchez no lo han elegido presidente los ciudadanos con su voto”, claman tan pronto como ven un micrófono o una cámara otras voces del Partido Popular tras aprobarse la moción de censura, ignorando también adrede que, según nuestra Constitución, a ningún presidente lo eligen directamente los ciudadanos con su voto sino los miembros del Congreso de los Diputados. Como a Rajoy en octubre de 2016, investido presidente con el sí de 170 diputados. Como a Sánchez el 1 de junio pasado, investido presidente con el sí de 180 diputados, 10 más que su antecesor.

“Sánchez se ha convertido en presidente sin decir una palabra de su programa de Gobierno”, añaden otros dirigentes del PP y muchos de sus altavoces mediáticos, ignorando adrede que algunos detalles sí dio Sánchez sobre por dónde iría su gestión -asumir los Presupuestos aprobados, diálogo con el Govern catalán, ley mordaza, sanidad, becas, impuesto al sol, RTVE...- e ignorando sobre todo que mientras que el artículo 99 de la Constitución, el que regula la moción de investidura, sí le pide al candidato que exponga ante la Cámara “el programa político del Gobierno que pretenda formar”, el artículo 113, el que habla de la moción de censura, solo pide a los diputados que la presenten que incluyan a un candidato a la Presidencia del Gobierno, y no menciona que éste tenga que exponer un programa.

“Sánchez ha sido elegido con votos de comunistas, separatistas y filoetarras”, añaden otros, insinuando que algunos votos del Congreso no son tan legítimos y tan surgidos de la voluntad ciudadana como los suyos, los del PP o los de quienes apoyaron a Rajoy. Este último reproche es el más infundado de todos, pues si hubiera que cuestionar algunas representaciones parlamentarias éstas serían algunas recientes del PP, ya que según la sentencia de Gürtel surgieron tras campañas electorales en las que el Partido Popular compitió dopado, financiado con fondos procedentes de la irregular caja B del partido.

¿Durarán mucho la pegada dura y el mal perder del PP de estos primeros días fuera del poder? Por lo visto en el comienzo de la semana, con el PP dispuesto a modificar en el Senado sus propios Presupuestos para ponerle palos en las ruedas a Sánchez, parece que sí.

Más pistas saldrán este martes de la reunión de Rajoy con su Comité Ejecutivo y de las decisiones que tome o de las que aplace, especialmente aquellas relacionadas con la organización interna y el trauma que vive el partido tras salir de La Moncloa. ¿Seguirá Rajoy como diputado y será líder de la oposición, en pugna con Albert Rivera, o dejará el escaño y se quedará solamente como presidente del partido para que no se desaten luchas intestinas por su sucesión inmediata? ¿Se le dará la portavocía parlamentaria a Soraya Saenz de Santamaría, ahora diputada rasa, para que no quede desequilibrada orgánicamente respecto a su rival Cospedal? ¿Dónde se recolocará a los cientos de altos cargos y asesores de los exministros que han perdido su puesto de trabajo? ¿Cómo le disputará ahora el PP a Ciudadanos el lado derecho del escenario político, estando ambos ahora en la oposición? 

En privado, algunos dirigentes que no están en la primera línea abogan por celebrar cuanto antes un congreso extraordinario que refunde el partido, incluso con una nueva marca, y renueve la dirección lo suficiente como para que el impacto de los nuevos juicios y sentencias por corrupción que van a ir sucediéndose no desestabilicen de nuevo a la formación. Pero está por ver que alguien se atreva a plantearlo así donde tiene que hacerlo, en los órganos de dirección. 

“La estructura de nuestro partido es poco democrática. Son muy pocos los que quieren moverse, por miedo a los jefes, y quizás ninguno se mueva”, comenta resignado un ex alto cargo de Rajoy muy crítico con el funcionamiento interno de la formación.

“¿Dar paso Rajoy en breve a un sucesor y retirarse? No lo hará, necesita seguir al menos de diputado, por el aforamiento, no sea que un simple juez de instrucción le busque las vueltas”, comenta un exministro.

Todas las fuentes consultadas creen que Rajoy seguirá con su estrategia favorita: esperar y ver, no precipitarse, dejar que el tiempo arregle él solo algunas cosas... Claro que ese método le funcionaba a Mariano Rajoy cuando estaba en el poder, y ahora lo ha perdido... quizás por un exceso de confianza y dontancredismo.

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Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

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