Adrián Barbón no acudirá por segundo año a la misa del Día de Asturias para evitar los sermones ultraderechistas

El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha confirmado este lunes que por segundo año no asistirá el 8 de septiembre, Día de Asturias, a la tradicional misa de Covadonga porque no quiere ser motivo de conflicto. “No quiero ser elemento de conflicto y no quiero que mi presencia distorsione lo que tiene que ser una celebración centrada única y exclusivamente en honrar a la Santina”, ha afirmado en la rueda de prensa posterior a la celebración del Consejo de Gobierno.

Tras señalar que todo el mundo conoce sus creencias religiosas, ha afirmado que la decisión que tomó el año pasado de no acudir al Real Sitio “vino muy bien para relajar la tensión” y que si su presencia genera distorsión, no va a molestar jamás. “Yo iré a misa como todos los 8 de septiembre, pero a otra parte”, ha añadido el jefe del Ejecutivo que, desde que tomó posesión del cargo en 2019 había acudido siempre a la misa de Covadonga hasta el pasado año cuando las tensioens con el arzobispado llevaron a una ruptura.

Barbón decidió en 2024 no asistir a esta celebración para evitar polémicas por las homilías del arzobispo, Jesús Sanz Montes, decisión adoptada también por el presidente del parlamento asturiano, Juan Cofiño, y la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, que puso en duda la conveniencia de tener que escuchar discursos de confrontación y tono ultraderechista. La presencia de los presidentes de Asturias en la homilía en la Basílica de Covadonga se remonta hasta el año 1980, hasta el año pasado.

En la homilía del año pasado el arzobispo de Oviedo aprovechó para criticar las ausencias, señalando que no necesita que nadie le enseñe cómo hacer una homilía ni que traten de censurarle acusándole de “ultraderechista de marras” porque sus palabras no esconden detrás siglas políticas, sino un juicio moral.

Aunque la relación del arzobispo de Oviedo y el presidente de Asturias comenzó con elogios mutuos las posiciones a la extrema derecha del prelado católico le han alejado definitivamente del Gobierno progresista del Principado. En la homilía del Día de Asturias del 2023 calificó el caso Rubiales como “sainete jaleado con estrategias calculadas” y aprovechó la presencia del presidente autonómico en la misa celebrada en Covadonga para cargar contra la Agenda 2030 y el derecho al aborto. Habló de “frivolidades teledirigidas en noticias amañadas para distraer la atención, eclipsar las vergüenzas y manejar bajo cuerda pretensiones y apaños a cualquier precio y con la habitual mentira como arma política”. Rubiales fue condenado por la Audiencia Nacional a una multa por el beso no consentido a Jenni Hermoso.

En otras entrevistas y homilías el arzobispo ha arremetido contra la regularización de inmigrantes: “Aquí no caben todos”, ha suavizado el posicionamiento de la Iglesia al abordar los casos de pederastia y ha mandado mensajes negacionistas sobre el cambio climático.

La última andadana del arzobispo Sanz Montes fue el pasado mes de junio, donde pidió adelanto electoral: “se dé la palabra al pueblo para que exprese con libertad lo que piensa y lo que quiere en unas elecciones democráticas en España”. Aseguró que las “prácticas corruptas” no son “anécdotas aisladas”. “Por el bien de la sociedad, de la convivencia y de una serena democracia”, incidió en que “urge pasar página cuanto antes y cortar la hemorragia de tantos sobresaltos en esta deriva fallida”.