La comisión parlamentaria que investiga el accidente minero de Zarréu, en el que murieron cinco trabajadores y otros cuatro resultaron heridos, continúa sus trabajos para tratar de delimitar las posibles responsabilidades del siniestro.
Este jueves ha comparecido ante los representantes de los grupos políticos el jefe de la Sección de Investigación y Desarrollo Minero del Servicio de Minas, David Valiño.
“Aquí todo el mundo vio todo pero nadie denunció nada y después resulta que cuando preguntas a cada uno de ellos: ¿tú estuviste allí? o ves lo que dice el acta, resulta que de lo que habla es de otra cosa, entonces a mí me sorprende mucho que todo el mundo sabía todo, pero nadie dijo nada”, ha destacado.
Las críticas
En su comparecencia, Valiño ha criticado también la conversión del Servicio de Seguridad Minera en una sección dependiente del actual Servicio de Minas, y la reducción de su plantilla.
“Si tú reduces una estructura, no solamente porque haya cambios, sino porque hay una reducción de personal, tanto técnico como administrativo, ¿lo puedes hacer? sí, pero si pretendes que se haga exactamente lo mismo que antes, es evidente que no (se puede)”, ha subrayado Valiño tras ser preguntado por el parlamentario popular Rafael Alonso sobre el impacto de la conversión en el servicio.
Suplir “ciertas carencias”
Según ha indicado, cuando se aprueban normativas en las que se introducen cambios “sin cargo al erario público”, lo que en realidad significa es “que se está detrayendo de otro sitio”, así como que si se “cambia” y se “reduce” una estructura “lo más probable” es que sea “en detrimento de las funciones”.
“Nosotros, como funcionarios, tenemos que aceptarlo e intentar hacerlo lo mejor posible, incluso supliendo ciertas carencias, y claro que lo hacemos. Intentamos cumplir con nuestro trabajo y hacerlo de la mejor manera, aunque a veces no sea lo óptimo, pero hacemos lo que podemos”, ha sostenido.
Se enteró por la prensa
El jefe de sección ha asegurado que la primera noticia sobre los supuestos indicios de explotación ilegal de carbón en inspecciones previas de agentes de medio ambiente a la mina le llegaron por la prensa tras el accidente.
Valiño, que no tuvo relación directa con la explotación de Cerredo, también ha aclarado que el “proyecto de investigación complementaria” que presentaron las empresa titular de la mina no es una figura recogida por la legislación, sino el nombre que decidió darle a su proyecto de investigación, que estaba enmarcado en una concesión de explotación.
No vio nada sospechoso
En la sesión de hoy también ha comparecido José Enrique Fidalgo, inspector de minas asignado desde 2022 a los trabajos de restauración minera que la empresa Tragsa está realizando en la antigua explotación a cielo abierto de Cerredo.
Fidalgo ha explicado que nunca en el desempeño de su trabajo vio nada que le hiciera sospechar que se estaba extrayendo carbón de la mina interior.
Las inspecciones
El funcionario, con alrededor de 30 inspecciones realizadas en la explotación, ha explicado que las oficinas de Tragsa en las que se cambiaba cuando realizaba sus visitas estaban justo delante de la bocamina del nivel tres, en el que tuvo lugar el siniestro en el que fallecieron los cinco mineros.
Según ha relatado nunca vio indicios que indicaran que se estaba extrayendo carbón, como tampoco los percibieron los dos trabajadores de asistencia técnica de la obra, que realizaban una media de dos visitas a la semana.
Sin indicios de carbón
“El carbón tienes que sacarlo, acopiarlo, cargarlo y transportarlo, en este caso cualquier entrada y salida de material tenía que pasar justo por delante de las oficinas de Tragsa y yo allí nunca vi nada que me hiciera sospechar para nada”, ha explicado.
Fidalgo fue también uno de los inspectores que entró con la brigada de Salvamento Minero a la mina de Cerredo el día del accidente, ya que según ha explicado estaba de guardia, pero ha declinado dar más información al respecto ya que la investigación está judicializada.