Los restos de Mari Trini Suardíaz, de 23 años, que desapareció en el año 1987 junto a su hija Beatriz, de 13 meses, tras presentar una denuncia por maltrato contra su marido Antonio da Silva 'El Portugués', no se encuentran en la balsa de la antigua mina de espato-flúor en el pueblo de Berbes, en el concejo asturiano de Ribadesella.
Esa es la principal conclusión a la que han llegado los efectivos del Grupo Operativo de Inspecciones Técnicas de la Policía Nacional y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) tras vaciar 15.000 metros cúbicos de agua de la balsa, que se encuentra junto a la bocamina de una antigua explotación minera, en unas labores complejas por el numeroso lodo existente.
Más de un centenar de personas han participado durante 48 horas en estos complicados trabajos para comprobar la pista aportada por los vecinos de Berbes que sostenían que 'el Portugués' habría arrojado dos vehículos de su propiedad desde un barranco hasta la balsa, hace 38 años, coincidiendo con la desaparición de las víctimas.
Una furgoneta blanca
Inicialmente parecía que se trataba de una pista fiable. Sin embargo, solo se localizó una furgoneta blanca que al parecer no tendría relación con este caso y de la que ya se tenía constancia el pasado verano.
Los buceadores del Grupo Especial de Operaciones (GEO) habían confirmado que había turismos en el fondo de la balsa, pero ante la falta de medios para poder acceder a los vehículos se requirió al juzgado para solicitar ayuda externa, por lo que se sumaron a estas tareas los miembros de las unidades especializadas tanto policiales como militares.
A continuación, reproducimos el vídeo grabado por la Jefatura Superior de Policía de Asturias sobre los trabajos desarrollados en estas 48 horas.
El resultado negativo en esta zona no supone, sin embargo, el fin de las actuaciones policiales ya que, según ha confirmado el portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, Ignacio Alonso de la Torre, se continuará investigando otras posibilidades.
La Policía Nacional tiene previsto informar este jueves del resultado de los trabajos realizados al Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón/Xixón que autorizó el seguimiento de esta línea de investigación.
Ignacio Alonso de la Torre ha ratificado este jueves que el drenaje y vaciado de la balsa permitió determinar que no existían restos humanos en el lugar, así como que la furgoneta blanca localizada ha sido descartada al no coincidir con los modelos relacionados con la investigación.
La coordinación
La operación, iniciada el pasado martes, supuso el despliegue de un amplio dispositivo de unidades especializadas de la Policía Nacional, entre los que figuraban el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) dependiente del área técnica de la División Económica y Técnica, el Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Dirección Adjunta Operativa, la Comisaría General de Policía Judicial y la Comisaría General de Policía Científica.
Por parte de la Jefatura Superior de Asturias han intervenido los miembros del Equipo de Desactivación Explosivos (TEDAX), el Área de Medios Aéreos (drones) y el servicio de Prensa, a la que se sumaron los miembros de la Comisaría Local de Gijón de la Unidad Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y la Unidad de Prevención y Reacción.
Asimismo, desde la Jefatura Superior de Policía de Asturias se ha resaltado el papel fundamental que ha desempeñado el Quinto Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM V), de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ubicado en la Base Conde de Gazola, San Andrés del Rabanedo, debido a la complejidad de los trabajos técnicos.
Lodo y sedimentos en la balsa
“Sus efectivos instalaron dos bombas hidráulicas de gran potencia y cinco auxiliares, lo que permitió evacuar prácticamente toda la balsa, pese a las enormes dificultades derivadas del lodo y sedimentos acumulados”, ha señalado el portavoz policial.
El dispositivo ha sido posible gracias a un intenso trabajo previo en el que, además de la Policía Nacional, participaron el Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Ribadesella, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, y el Regimiento de Infantería “Príncipe” Número 3 con sede en Noreña. Las reuniones y estudios técnicos fueron coordinadas por la Delegación del Gobierno en Asturias
La denuncia por maltrato
La última vez que fueron vistas con vida Mari Trini y su bebé fue el 15 de julio de 1987. Ese día, Mari Trini se desplazó junto a su marido y su bebé hasta la Audiencia Provincial de León para recoger personalmente la citación para su asistencia a un juicio programado para el 15 de septiembre -apenas dos meses después- por una denuncia que ella había interpuesto contra él por los delitos de detención ilegal y amenazas. Ninguno de los dos se presentó a la vista oral del juicio.
Carlos Suardíaz, hermano de Mari Trini, denunció su desaparición en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón/Xixón, pero tras llevar a cabo arduas investigaciones en los dos domicilios ubicados en las comunidades autónomas de Castilla y León y Asturias, donde la familia había residido, y no obtener resultados el caso se archivó hasta en dos ocasiones, en 2017 y 2018.
La petición de movilización de medios
La tenacidad de los integrantes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional por localizar a ambas mujeres hizo que no desistieran en su empeño por no cerrar esta causa y siguieron analizando todos los indicios que habían logrado reunir.
El testimonio de los vecinos de Berbes sobre las posibilidades de que los restos de Mari Trini y Beatriz pudieran estar en el interior de alguno de los dos vehículos llevó a la magistrada-jueza Ana López Pandiella, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón/Xixón, a dar su autorización para que se siguiera esta pista.
Ana López Pandiella ordenó que por parte de la Dirección Adjunta Operativa se dispusieran los medios necesarios para continuar con los trabajos, “en aras a realizar la búsqueda de restos humanos o cualesquiera otros que pudieran corresponder con las personas desaparecidas”, señala en el auto que ha motivado esta actuación conjunta de la UME y el Cuerpo Nacional de Policía.
La magistrada-jueza instaba así a recabar la colaboración de “cuantas entidades y organismos se estimen precisos, en aras a realizar la búsqueda de restos humanos o cualesquiera otros que pudieran corresponder con las personas desaparecidas, labores de cuya organización y supervisión estarían encargados los funcionarios de la UDEV de la Brigada de Policía Judicial de Gijón”.
Entre tanto, ajeno a toda esta compleja operación policial, se encuentra 'El Portugués', que actualmente tiene 81 años y vive en una residencia para mayores. En estos 38 años no ha cambiado ni un ápice su actitud de nula colaboración con la justicia y se mantiene en un hermético silencio sobre la desaparición de su mujer y su hija.