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OPINIÓN | 'A paladas', por Antón Losada

La 'kale borroka' feminista

Nos llaman kale borroka porque nuestras protestas les dan miedo. Nos tienen miedo porque no pueden controlarnos. Y no pueden controlarnos porque saben que ya hemos visto las cadenas y las hemos cortado.

Para ellos somos violentas, aunque ni hayamos seguido el ejemplo de las sufragistas, o de las Gulabi, o de las RAF. Somos parias porque nos alejamos cada vez más de los roles que quieren marcarnos por ser mujeres. Somos peligrosas porque desafiamos sus creencias y sus mentes estrechas.

Las feministas somos, para ellos, seres aún más detestables que las mujeres en sí mismas, un poco menos humanas si cabe, aún menos sintientes.

Y, precisamente porque nos prohibirían a la mínima oportunidad, seguimos saliendo a la calle. Justamente porque no quieren a las mujeres y odian a la feministas vamos a seguir saliendo y combatiéndolos. Cuanto más se recrudezca su discurso, cuanto más trepen en el poder, a más de nosotras encontrarán en las calles y en las casas.

Y que no se lleven a engaño las antifeministas, porque siguen siendo mujeres, y a ellos no les temblará el pulso para arrebatarles los derechos que las feministas conquistaron también para ellas; y lo harán, además, arguyendo que las reprimen por su propio bien. Las antifeministas les gustan por ser inconscientemente enemigas de la liberación de la mujer, pero siguen siendo mujeres y, por lo tanto, siguen siendo objetos que poseer y que controlar. Que no supongan ningún tipo de conflicto o de desafío para ellos no significa que estén a la altura de los hombres.

La lucha feminista no va a parar, por nosotras y también por ellas. Porque lo que el feminismo consigue, lo disfrutamos todas, sin distinción de ideología.

No vamos a claudicar, ni lo hicimos en el pasado ni lo haremos ahora. Porque ya hemos despertado, y las despiertas ya sólo cierran los ojos cuando no están vivas. 

Vox sabe que esto es así, ya ven cómo ponemos las calles en toda España y varios puntos del extranjero incluso cuando aún ni se han sentado a gobernar en Andalucía. que el feminismo no tiene puerta de salida y que una vez ves la vida a través de sus cristales ya no es posible dar un paso atrás. Porque sabemos que llevamos la razón, porque el feminismo es justicia y porque somos profundamente conscientes de la legitimidad de nuestra lucha.

Que nos llamen como quieran, que pataleen lo que les venga en gana. Nosotras tenemos los motivos y las energías suficientes para no descansar hasta meterlos de nuevo en la cueva de la que salieron.

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Nos llaman kale borroka porque nuestras protestas les dan miedo. Nos tienen miedo porque no pueden controlarnos. Y no pueden controlarnos porque saben que ya hemos visto las cadenas y las hemos cortado.

Para ellos somos violentas, aunque ni hayamos seguido el ejemplo de las sufragistas, o de las Gulabi, o de las RAF. Somos parias porque nos alejamos cada vez más de los roles que quieren marcarnos por ser mujeres. Somos peligrosas porque desafiamos sus creencias y sus mentes estrechas.