El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).
En los últimos ocho años, la manifestación antiespecista ha convertido el centro de la ciudad de Madrid en un clamor contra la explotación animal. Durante casi una década, miles de personas han caminado juntas para visibilizar lo que habitualmente se mantiene oculto: la violencia sistemática que sufren los animales en granjas, mataderos, laboratorios, circos, plazas de toros o zoológicos.
En 2025, los colectivos y personas que organizan Noviembre Antiespecista, quieren volver a llenar Madrid de voces que reclaman justicia por los animales. Hacer que esta manifestación vuelva a ocupar el lugar que merece: el de un acto político y ético de resistencia contra toda opresión animal.
A lo largo de todo el año, asambleas u organizaciones veganas, antiespecistas, animalistas o como quiera que se autodenominen -siempre bajo el paraguas de la defensa animal- organizan su alianza con los otros animales para enfrentar explotaciones concretas como la caza, la tauromaquia, el uso de pelo animal o la experimentación.
Estratégicamente, resulta muy difícil que un colectivo dedicado a la acción a pie de calle pueda abarcar todas las formas de explotación a las que condenamos hoy a los animales. A no ser que se trate de un grupo centrado en la educación y que, de manera general, repase las distintas violencias, lo habitual es enfocarse en un ámbito concreto. Esa estrategia es válida y necesaria, pero también genera la urgencia de contar con un espacio común donde recordemos que estas luchas no son causas aisladas, sino expresiones de una misma raíz: la idea normalizada y sistematizada de que los animales son seres inferiores puestos al servicio humano. De ahí la importancia de centrar el especismo.
El especismo proviene de la palabra en inglés speciesism, un término acuñado en 1970 por el psicólogo británico Richard D. Ryder, que denuncia la discriminación a los animales no humanos por no pertenecer a la especie humana, en un intento de englobar toda la violencia sistematizada que reciben. Este término se popularizó por el libro Liberación Animal, del filósofo Peter Singer, quien ahondó en cómo el especismo legitima la explotación de los animales no humanos bajo la creencia de que los intereses de los humanos siempre son superiores. Mucho tiempo (y decepciones) después, sigue siendo un marco útil para señalar la violencia que ejercemos hacia los demás animales.
La marcha pone el foco en esa raíz común,y precisamente en eso radica su potencia. Porque ese día se recuerda que millones de animales son asesinados en los mataderos, que otros tantos son confinados en granjas, piscifactorías y jaulas, que miles siguen siendo usados como ropa, entretenimiento o instrumentos de laboratorio. Ese día se reclama que sus vidas importan y que merecen respeto y libertad.
Además, se hace en el marco del Día Mundial del Veganismo, reivindicando que el veganismo no es una moda, ni una dieta: es lucha antiespecista. Aunque haya personas que sigan pensando que se trata de una elección dietética libre de ingredientes que no sean de origen animal, el veganismo trasciende el contenido de nuestra nevera y es un posicionamiento ético y político que se opone al uso de los demás animales en cualquier ámbito de nuestras vidas. Si nombrar el especismo significa señalar la raíz del problema, el veganismo aparece como una solución y una postura ética frente a ese problema.
El veganismo no es un gesto personal ni aislado, ni una elección de consumo. Es un movimiento social y político que denuncia un sistema especista que convierte a los animales en recursos, invisibilizando su sufrimiento.
Sacar adelante esta convocatoria es el resultado del esfuerzo conjunto de colectivos y personas que actúan en la ciudad de Madrid y, que desde 2024, se reúnen para gestionar una agenda común, debatir sobre la situación del movimiento y formarse en teoría y estrategia activista.
Juntas han fijado un recorrido que comenzará a las 17:00 horas en la Plaza de Callao, recorrerá la Gran Vía hasta Cibeles, seguirá por el Paseo del Prado y concluirá en la Plaza Juan Goytisolo, junto al Museo Reina Sofía. Es un recorrido notificado a la Delegación de Gobierno.
Desde la organización se ha considerado que sea accesible para personas con movilidad reducida y que en el trayecto haya baños públicos y fuentes de agua. De igual forma, el manifiesto será signado en lengua de signos española. La organización también facilitará un punto de encuentro previo para que las personas que no tengan con quien ir, se conozcan y puedan ir acompañadas.
Este año se toman las calles por los animales bajo el lema: Liberación Animal es justicia social.
Este año 2025 se quiere incidir en lo fundamental, que es reconocer e incluir la lucha antiespecista dentro del resto de los movimientos sociales. La gente que es sensible a la injusticia y lucha activamente contra ella no puede seguir ignorando la opresión sistemática que se ejerce sobre los otros animales, una violencia estructural que atraviesa nuestra cultura, nuestra economía y nuestras costumbres.
Los movimientos sociales tienen pendiente mirar de frente al especismo, un sistema de jerarquía tan profundamente arraigado como injusto. El antropocentrismo, esa idea de que el ser humano es el centro y la medida de todo, no puede seguir formando parte de nuestras luchas emancipatorias.
Del mismo modo, el antiespecismo no puede construirse al margen de otras luchas. Si busca justicia, debe ser también anticapitalista, antirracista, anticapacitista y transfeminista, porque ninguna opresión se sostiene de manera aislada. Todas están conectadas, se refuerzan mutuamente y comparten la misma lógica de dominación.
Reconocer esta interdependencia es esencial. Porque toda justicia es interdependiente, y solo entendiendo esa red común podremos aspirar a un cambio real y profundo.
La Liberación Animal es justicia social. Es una invitación urgente a todas las personas del mundo que luchan y sostienen la esperanza por ampliar la mirada hacia esos lugares ocultos donde el sistema esconde deliberadamente el infierno de la explotación animal. Una invitación a abrir el corazón, reconocer el sufrimiento animal y hacer que la lucha antiespecista palpite dentro de todas las causas por la justicia. Porque sacar a los animales de ese infierno es responsabilidad de todas.