Eduardo Ramos, el héroe olvidado por el tinerfeñismo que triunfó en Gran Canaria

Eduardo Ramos durante una charla.

Canarias Ahora Deportes

Santa Cruz de Tenerife —

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Eduardo Ramos Verde fue el protagonista de un hecho capital en la historia del CD Tenerife. Suyo fue el gol que dio la victoria en Riazor ante el Depor, el 10 de junio de 1990, lo que significaba la permanencia en Primera para los blanquiazules. Esto abrió la puerta a los años más gloriosos del club, que encadenó diez campañas en la élite y dos participaciones en la Copa de la UEFA.

Sin embargo, Eduardo fue olvidado por el tinerfeñismo. El lagunero acabó  saliendo del club dos años más tarde y lo hizo por la puerta de atrás, para nunca más volver. Y nunca se le hizo un reconocimiento por su gesta.

Conviene recordar que Eduardo fue canterano. Tras debutar en la 87-88 en Segunda con el CD Tenerife, a la temporada siguiente fue cedido al Marino para jugar en Segunda B. Volvió ya con el equipo en Primera. Desde la pretemporada llevada a cabo en el Puerto de la Cruz estaba claro que Eduardo quería hacerse un hueco en la plantilla profesional.

En dos años jugó más de 40 partidos y aportó un par goles, pero nunca se ganó la confianza de los entrenadores para ser titular. Jugar en la delantera o  en la media-punta se fue poniendo cada vez más caro. Había mucha competencia y en la 91-92 le tocó hacer la maleta para marchar a la UD Las Palmas, donde le tocó sufrir el descenso a Segunda B con los amarillos.

Luego sorprende a todos fichando por el Realejos, equipo de Tercera por entonces. Eduardo es la estrella de aquel proyecto, con el que logra ascender a Segunda B, categoría que contribuiría a mantener al curso siguiente.

Jugando para el Realejos tuvo ocasión de medirse al Tenerife de Valdano en una final del Trofeo Teide en Los Cuartos. Eduardo adelantó a los suyos, que no obstante acabarían siendo claramente derrotados.

Tras dos buenos años en Los Príncipes, Eduardo retorna a Las Palmas, que luchaba por salir de Segunda B. En enero de 1995 vuelve a cruzarse con el Tenerife, esta vez en una eliminatoria de Copa del Rey que los amarillos ganan en una agónica tanda de penaltis en el Heliodoro.

Contribuyó al retorno de los grancanarios a Segunda y luego continuó su carrera en el Gáldar y el Universidad, en ambos casos en Segunda B. Con este último equipo también logró un ascenso a la categoría de plata del fútbol nacional.

Eduardo es tío de las hermanas Ramos, Natalia y Noelia, jugadoras de la Primera División femenina.

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