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Han pasado 20 años del señor “partido a partido”

Rafa Benítez.

ACAN

Santa Cruz de Tenerife —

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Rafael Benítez y Rubén Baraja son padre e hijo futbolísticos. El vallisoletano ya dejó una pista cuando hace seis meses era presentado como inquilino del banquillo blanquiazul. “Rafa Benítez siempre nos hablaba de su etapa aquí, cuando coincidimos en el Valencia CF”, dijo aquel día Baraja. Con el paso del tiempo se han ido descubriendo coincidencias.

A lo largo de la historia, en el Isla han triunfado técnicos de diferentes perfiles. Heriberto Herrera conocido como el ‘Sargento de Hierro’, el todo corazón de Benito Joanet, el verbo florido de Jorge Valdano, la sobriedad germana de Jupp Heynckes, el extrovertido José Luis Oltra o el introvertido Álvaro Cervera. Y el soso y aburrido Rafa Benítez, que hizo suya una frase que repetía como un mantra: “Partido a partido”.

Los tinerfeñistas con memoria lo recordarán. Los periodistas que coincidieron con él sin duda lo recuerdan por sus monótonas ruedas de prensa, incapaces de sacarle un titular.

El próximo 20 de julio, día en el que los insulares acabarán la liga en Soria ante el Numancia, se cumplen dos décadas su primer entrenamiento al frente del Tenerife.

Cuentan Luis Padilla y Juan Galarza en su libro “El CD Tenerife en 366 historias” situaciones que en parte se repiten ahora con Rubén Baraja. A Benítez se le dio un equipo roto. ¿Les suena?

“Iniciaba su pretemporada un equipo que una semana antes no tenía entrenador. Y que había cerrado el curso anterior con una racha de doce jornadas sin conocer la victoria: seis empates y seis derrotas. Por el camino, algo lógico con esos marcadores, había consumido dos técnicos: Fernando Castro Santos y Ángel Cappa. Al primero lo condenaron los malos resultados. Al segundo, sus discrepancias veraniegas con el presidente, Javier Pérez, por no dejarle intervenir directamente en la realización de los fichajes. Aunque si repasamos el capítulo de altas, parece que hay pocos motivos para las quejas: Aragoneses, Curro Torres, Charcos, Martí, Torrado, Hidalgo, Luis García...”, se puede leer en el mencionado libro.

El club se puso entonces a buscar nuevo entrenador cuando todas las 'primeras opciones' ya tenían banquillo asignado. Santiago Llorente eligió a Benítez, que no era precisamente una invitación al optimismo.

En su trayectoria profesional, Benítez sumaba dos destituciones (con Valladolid y Osasuna), un ascenso (con el Extremadura), un descenso (con el Extremadura) y toda una temporada en el paro. “Llevo un año sin entrenar, tengo muchas ganar de trabajar y sé que este equipo puede rendir mucho. No me preocupa cómo acabó la temporada pasada. Hay que hacer borrón y cuenta nueva”, dijo al hacerse cargo del Tenerife. Y si no dio instrucciones a Pérez, lo pareció. Porque el presidente, amigo de hablar al inicio de cada campeonato de ascenso, UEFA y títulos, aseguró que la única meta sería “salir a ganar cada domingo”. Antes de que la frase hiciera fortuna en la boca de Simeone y otros muchos, el propio Benítez lo dijo con sus propias palabras: “Hay que ir partido a partido”.

Y así, “partido a partido” fue el Tenerife todo el curso. Incluso, tras perder (1-0) el primero de manera inmerecida en Albacete. Y ganando luego algunos más. Pero sin aspirar jamás al ascenso, una meta imposible, pues las tres plazas estaban 'adjudicadas' a Atlético de Madrid, Sevilla y Betis. Casi sin querer, pero con muy buen fútbol, el Tenerife se puso líder. Y empezó a sacar una ventaja importante a los favoritos. Al 'Atleti', concretamente, que tardó una eternidad en adaptarse a la categoría. Pero ni cuando la distancia fue sideral, modificó Benítez su discurso. Fue entonces cuando su “partido a partido” empezó a desesperar a algunos dirigentes. Pero con la palabra ascenso vetada en el vestuario, el Tenerife llegó a la última jornada con opciones de subir a Primera División.

Si ganaba en Leganés, lo hacía. “Hay que ganar el próximo partido”, se limitó a decir entonces Rafa Benítez. Y ese domingo de junio de 2001, 11 meses después de fichar por el CD Tenerife, Benítez sacó a Hugo Morales en la segunda parte y el argentino marcaba el gol del ascenso en Butarque.

Seguramente cuando Rubén Baraja comentó en su presentación aquello de Benítez lo haría en buena medida por lo mucho que le marcó aquel entrenador, pues a sus órdenes ganó dos ligas y una UEFA.

Cosas de la vida, en mayo de 2010, Baraja se despedía del Valencia en el partido que significó el último del CD Tenerife en Primera hasta la fecha.

No sabemos si Baraja acabará su estancia en la Isla de la misma manera que su maestro Benítez. ¿Con un ascenso a Primera? ¿Fichando como entrenador del Valencia? No lo sabemos a día de hoy, pero es cuestión de días que sepamos las respuestas.  

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