Aroa Merino: “Si mi madre me hubiese visto vomitar, me retira de la carrera”

Aroa Merino tras entrar a la meta de la Gran Canaria Maratón.

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

La atleta lanzaroteña Aroa Merino logró este domingo su tercer triunfo en la Maratón de Gran Canaria en una carrera que se planteó abandonar en su ecuador tras padecer náuseas y vómitos, hasta el punto de que confiesa que le pidió a un cámara de televisión que no la enfocase, porque temía que si su madre la veía así, la retirara de la prueba.

La veterana corredora, de 37 años, residente en Famara y adscrita al Club Cajacanarias de Tenerife, afirma en una entrevista con Efe que disfruta de su afición por el atletismo con la tranquilidad que representa saber que no vive de la competición y que solo tiene que rendirse cuentas a sí misma, ya que profesionalmente es técnica deportiva en el Cabildo de Lanzarote.

Pregunta.- ¿Cuál es su 'secreto' para ganar un maratón?

Respuesta.- El secreto para vencer está aquí, en Canarias. Todos dicen que somos 'aplatanaos', pero tenemos una cabeza dura y lo que se nos mete dentro lo hacemos. Yo siempre intento mejorar mis expectativas y estar ahí arriba, y más cuando corro en mi tierra.

P.- ¿Cómo resultó la prueba de este año?

R.- Esta competición es sufrida cada año, porque se cambia el trazado del circuito y se hace después de Navidad. Las fechas nos pillan a todos entre el final de una temporada y el inicio de la siguiente, con fiestas, descanso, gripe y demás. Es un poco raro. Yo siempre paso el fin de año fuera, y esa semana me apetece conocer la ciudad y no entrenar. Partí el año en Hamburgo con mucho frío y salía a la calle con tres capas de ropa.

P.- ¿De qué manera prepara un maratón?

R.- Entreno de menos a más y luego vuelvo a bajar, y meto intensidad de velocidad y de ritmo. Empiezo con poco volumen, voy subiendo a los meses y luego bajo la cantidad de kilómetros, porque, si no, llego muy cansada. Siempre intento mantener la velocidad y el ritmo de 5.000 ó 10.000, que son más rápidos. El tope de kilómetros diarios oscila entre los 35 y 38, con lo que semanalmente puedo hacer casi 200 kilómetros. Suelo entrenar en mi isla, en Famara y Costa Teguise, donde hay muchos caminos de tierra, sin tocar mucho el asfalto.

Durante la semana varío los circuitos de entrenamiento, porque, si no, se hacen un poco pesados y, al entrenar sola, mucho más todavía. Mi entrenadora, Ada González, trabaja y no siempre puede estar conmigo.

P.- Ha ganado su tercer maratón en Gran Canaria a sus 37 años...

R.- Sí, y espero competir durante mucho más tiempo, y más viendo la cantidad de gente mayor que había en esta prueba. Creo que me queda un largo camino como atleta, con la misma ilusión que tengo ahora. Podré colgar las zapatillas a la hora de estar en el podio o de lograr grandes marcas, pero nunca las colgaré del todo. Ojalá llegue a los 50 y 60 años corriendo y sin lesiones, que es lo que más tememos los deportistas.

P.- Por curiosidad, ¿cuánto mide y pesa?

R.- Mido 158 centímetros y peso 39 kilos, y en un maratón puedo perder dos kilitos, aunque el cuerpo se recupera rápido, comiendo bien e hidratándote. Yo no he sido madre, pero la británica Paula Radcliffe sí lo fue y al año estableció el vigente récord del mundo femenino de maratón. Me lo voy a pensar (se ríe), porque a lo mejor las hormonas benefician en algo, aunque a veces nos perjudican. Cuando tienes el periodo piensas que te mueres ahí mismo.

P.- ¿Cómo transcurrió para usted la carrera?

R.- Pensé que iba a llover, pero sentí buena temperatura yendo hacia La Laja, aunque a la vuelta, al tener el viento en contra y estar sudada, me dio un pequeño bajón de temperatura y encontré el cuerpo un poquito raro. En el kilómetro 22 tenía náuseas y en el 25 ó 26 tuve que parar por los vómitos. Le dije al cámara televisivo que no me grabase, porque, si mi madre me veía así, venía a buscarme y me retiraba de la carrera. Me planteé dejarlo, pero seguí un poco más despacio, y los últimos kilómetros se hicieron interminables, porque volvieron las malas sensaciones.

P.- ¿Vomitó agua o fue aún peor?

R.- Yo lo eché todo, creo que hasta la cena del día anterior (se ríe), aunque normalmente vomitas líquido. El problema en Las Palmas es que hay calles por las que corres protegida entre edificios, pero luego hay otras con mucha corriente, y eso hace que el cuerpo no tenga la misma temperatura, y a mí me afectó bastante.

P.- ¿Qué le pareció el circuito de este año?

R.- Me gustó y fue agradable para correr. Al ser de una sola vuelta te beneficia un poco, pero hay zonas como Vegueta que se hacen largas y duras, por la superficie, al igual que Las Canteras, que es un lugar más pesado para correr, aunque eso es parte de la competición. El circuito es bueno y no hay que quitar la parte de Las Canteras, porque es una zona muy bonita de la ciudad. Personalmente, me sentí muy a gusto en Las Alcaravaneras y el Real Club Náutico, porque había mucha gente y animación, y eso te da un subidón y te ayuda a correr.

P.- ¿Qué opinión le merece la CajaSiete Gran Canaria Maratón?

R.- Es un gran maratón, como el de Sevilla, que tiene muy buen recorrido y donde la gente se echa a la calle. En Sevilla, los propios voluntarios te aplauden cuando vas al estadio a entregar tus pertenencias. Aquí también nos tratan bastante bien y no tenemos nada que envidiar a otros maratones de fuera.

P.- ¿Cuánta gente fue a recibirla al aeropuerto de Lanzarote tras vencer en Gran Canaria?

R.- Únicamente un amigo (se ríe con ganas), que me vino a buscar, aunque sí he recibido muchas felicitaciones por Whatsapp. Ha sido un punto a favor que la prueba se haya visto por televisión, porque eso hace que poquito a poco todos nos vayamos involucrando. A nadie le gusta que nos corten las calles un domingo que te apetece salir, pero ha sido muy bueno que la gente disfrutase también desde sus casas de esta competición.

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