Óscar Raluy: “El Gobierno de Canarias no me reconoció como deportista”
El colegiado de balonmano grancanario Óscar Raluy, que junto a su compañero Ángel Sabroso fue reconocido por noveno año por la Liga Asobal con el premio a la Mejor Labor Arbitral 2018-2019, cree que las instituciones públicas no se interesan por potenciar a su colectivo.
“Ahora lloverán infinidad de felicitaciones por el premio, pero mañana a nadie le importará qué es un árbitro. Arbitré en los Juegos Olímpicos y, a la vuelta, el Gobierno de Canarias concedió una ayuda a todos los deportistas, excepto a mí porque no me consideraron como tal”, recuerda en una entrevista concedida la agencia Efe.
“Los premios te motivan y te animan a seguir trabajando. Somos una pareja joven, pero con veteranía, y es un estímulo que te reconozcan lo que haces, aunque creo que este premio es extensivo a todos los árbitros del balonmano español”, indica Raluy, de 42 años y funcionario de instituciones penitenciarias, para quien las virtudes que debe tener un buen árbitro son trabajo, constancia y entender el juego.
“Hay que estudiar y pensar que el balonmano ha cambiado muchísimo, porque ahora es un deporte muy rápido. Hoy se nos pide el mínimo de interrupciones posibles para que haya mucho intercambio de goles y sea un juego más vistoso”, comenta. “Debes apoyarte en quien te diga la verdad en los momentos claves, para saber que no estás haciendo bien las cosas y que debes reaccionar, para volver a ofrecer una buena labor a los equipos”, señala.
Raluy cree que el gran nivel internacional alcanzado junto a Ángel Sabroso se debe a que ambos tienen una forma particular de dirigir, que le gusta a la gente. “Dejamos que los jugadores sean los protagonistas del encuentro e intentamos tener los menores errores y, si los cometemos, que no sean decisivos. La gente nos valora porque tenemos un currículo extenso y hemos pitado en todos los grandes eventos”, dice.
Y lamenta que, a su juicio, las instituciones públicas no se preocupen por potenciar la labor de su colectivo. “Deberíamos pedir ausencias en nuestros trabajos sin problemas, pero tenemos que estar pidiendo favores a diferencia de lo que ocurre en otros países”, dice antes de considerar que lo ideal sería “que quien quisiese dedicarse al arbitraje tuviese una carrera con todas las garantías y no solo hablo de dinero, sino de ayudas psicológicas, médicas... Si nos lesionamos debemos pagar los gastos de nuestros bolsillos y esas cosas te van quemando”.
Finalmente, ha revelado que Ángel Sabroso y él ya se han planteado qué harán después de los Juegos del próximo año en Tokio. “El ciclo olímpico marca la vida de los árbitros y nosotros ya llevamos unos doce años con un nivel infernal de viajes y de dirigir encuentros fuera de casa. Los dos tenemos críos pequeños y deberemos plantearnos si nos compensará seguir arbitrando” después de la cita de Japón, concluye.
0