El Tenerife entrega los puntos y la imagen ante el Mirandés

Bermejo, durante el Tenerife-Mirandés

José Miguel Galarza

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El CD Tenerife agotó el crédito de la primera jornada y repitió errores y derrota (1-2) en la tercera cita del curso. Dos fallos de sus centrales habilitaron los goles de un Mirandés ordenado que casi no sufrió por la falta de tensión y de pegada del grupo de Fran Fernández, con diez tras la expulsión de Bermejo (m.59) y con nueve tras la roja directa a Javi Alonso (m.89).

Acaba septiembre para el representativo con mala pinta, pendiente de lo que sea capaz de pescar en la última semana de mercado. Acaba el mes sin los valores que exhibió en la pretemporada, sin la pegada de la jornada inaugural que le dio el triunfo ante el Málaga y, lo que es peor, con la impresión de que su urgencia actual es devolver la tensión de juego a un grupo a ratos sin alma y, hoy, casi siempre desnortado.

Porque la lectura de la visita del Mirandés se explica más en la indolencia que en el sistema, la ausencia de jugadores distintos sobre el campo y la elección de los cambios y su momento, que también. Que Sipcic y Ortolá se líen en un error de infantiles para convertir en el 0-1 una pelota sin peligro no es porque solo hayan jugado cuarenta partidos juntos, que Bruno Wilson vaya sobrado para que el rival le robe un pase improcedente siendo el último hombre no es cuestión de rodaje y que Bermejo solucione otra pérdida tirándose a atrapar el balón con las manos para ganarse la segunda amarilla no se debe a la inexperiencia después de treinta partidos como profesional.

Los tres errores, dos con valor de gol y el del catalán para dejar media hora en inferioridad a su equipo con 1-1, no tienen que ver con el proceso de construcción del equipo —que, por otra parte, no ha aprovechado las virtudes del legado de Baraja, ni la eclosión de jugadores como Elliot— y sí con la tensión que exigen esta liga y cualquier liga profesional.

Las ausencias (de tensión y de atención) se pagan caras y el Tenerife ya ha perdido los últimos seis puntos por esa vía. Sin ser peor, o mucho peor, que sendos rivales con la misma falta de pegada, hoy se vio obligado otra vez a remontar y su capacidad de reacción no pasó de un gran remate de Bermejo a pase, cómo no, de Moore para hacer el 1-1. Y nada más.

A los blanquiazules se les hizo hoy el campo enorme. Se escalaron mal para defender las vueltas —un minuto antes del 0-1, Iván Martín casi puso el primero tras una llegada de Víctor Gómez—, erraron la entrega corta, resolvieron mal la única oportunidad en la que Wilson y Sipcic debieron defender una caída por dentro de Schutte (m.50, arreglada por Moore recuperando a la carrera desde su banda) y redujeron el ataque a la búsqueda de Moore o a que llegara alguna conducción de Suso.

Y con Zarfino por delante de Aitor Sanz da la impresión de que solo gana jugar con otro Aitor por delante de Aitor, y con rivales que tapan la espalda de los laterales el desdoble de Pomares descubre que es un lateral adelantado. Todavía está por ver qué sacaría con Nono, Elliot o Shashoua en ese puesto y a partido completo.

Más allá de la sencillez con la que se fabricó el gol —un globo de Moore desde su flanco y un cabezazo espléndido de Bermejo—, virtudes tuvo pocas el equipo de Fran Fernández, que, como corresponde a una tarde futbolera de despropósitos, selló la cosa con dos cambios en el 89 (ya con nueve jugadores de campo) en una rotación de la que no participó Joselu, candidato a ser el nuevo José Naranjo del Tenerife.

Con todo, tuvieron dos apariciones los locales para encontrar el milagro. Un pase a boca de gol de Shasoua que no encontró acompañante y un tiro a pie cambiado de Jacobo con más fe que acierto. Tanto que ganó el Tenerife el partido en disparos y en ocasiones de gol, dos valores estadísticos sin otro efecto que el consuelo o la excusa de mal pagador. Lo mejor de lo mal que se está poniendo es que le quedan al equipo 39 partidos y ocho meses para completar la plantilla y encontrar el rumbo y el método. Lo peor, que el carácter de los grupos —que no depende solo de uno o dos Aitores— se puede trabajar también, aunque normalmente, se tiene o no se tiene. Es un reto inmediato, el primero.

(1) CD TENERIFE: Ortolá; Moore, Bruno Wilson, Sipcic, Álex Muñoz; Aitor Sanz (Javi Alonso, m.77), Zarfino (Shashoua, m.89); Suso (Jacobo, m.62), Bermejo, Pomares (Jorge Padilla, m.77); y Apeh (Alberto, m.89).

(2) CD MIRANDÉS: Limones; Víctor Gómez, Vivian, Berrocal, Letic; Javi Muñoz, Meseguer (Jiménez, m.90+5); Jirka (Carlos Julio, m.89), Iván Martín, Ezzarfani (Caballero, m.82); y Schutte.

ÁRBITRO: David Gálvez Rascón (Comité Madrileño). Amonestó a Letic (m.56) y Berrocal (m.58). Expulsó a Bermejo por doble tarjeta amarilla (m.21 y m.59) y a Javi Alonso (m.89).

GOLES: 0-1, Sipcic, en propia puerta (m.18). 1-1, Bermejo (m.32). 1-2, Jirka (m.76)

INCIDENCIAS: Partido de la 3ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio Heliodoro Rodríguez López.

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