Asprocan sostiene que el vertido ilegal de plátanos en La Palma es algo “aislado”, pero se ha hecho más veces

Montaña de plátanos preparados para ser enterrados en una sorriba, en La Palma

El Diario Agrícola

Las Palmas de Gran Canaria —

La Asociación de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) ha subrayado esta semana que los vertidos ilegales de plátanos en La Palma producidos estas últimas fechas es un caso “aislado” y que “lamentan profundamente” lo sucedido.

Así lo ha expresado en su cuenta de Twitter después de que el director de eldiario.es, Ignacio Escolar, compartiera la noticia de El Diario Agrícola en la que se destapaba que varias toneladas de esta fruta se han vertido y enterrado de forma ilegal en la isla de La Palma.

El tuit de Escolar fue retuiteado más de 5.000 veces, mientras que su post en el Facebook fue compartido por más de 1.000 personas, por lo que ante esta repercusión Asprocan optó por responder al periodista.

“Desde Plátano de Canarias lamentamos profundamente este caso aislado. Retirar es nuestra última opción, en las situaciones en las que debemos hacerlo y siempre se dona a Bancos de Alimentos el máximo que pueden recibir. A partir de ahí, los plátanos se destinan a alimento para ganado y compostaje”, sostiene Asprocan en sus mensajes.

Estos mensajes en Twitter se unen al comunicado lanzado el pasado 7 de diciembre en el que admitía que el sector estaba viviendo unas semanas “realmente complicadas” que han provocado que se vieran obligados a retirar el producto y a vender “el volumen comercializado muy por debajo de su valor”.

Sin embargo, lo que para los productores es un caso “aislado” realmente es una práctica habitual, tal y como denunció Ecologistas en Acción en junio de este año y como se constató en el verano de 2016, ambos casos en La Palma. En lo que va de año se han retirado o picados ya más de 15 millones de kilos de esta fruta, casi el doble de lo que se produce en un año en las islas de La Gomera y El Hierro juntas, que se sitúa en torno a ocho millones de kilos. Estos 15 millones de kilos retirados iguala ya la cifra de plátanos retirados en 2016.

Esta práctica ilegal de verter o enterrar plátanos se trata de una medida que adoptan los productores para ahorrar dinero. Así, prefieren tirar la fruta, de muy buena calidad, en casi cualquier sitio antes que pagar en torno a los 47 euros por tonelada que cuesta llevarla al complejo ambiental de La Palma, a un gestor autorizado de tipo privado (algo menos, si se consigue, que casi no hay en esa isla), o quizá destinarla a la alimentación del ganado local, que es poco y no puede asumir cantidades tan elevadas de inutilización de fruta y restos de las tareas de empaquetado.

La actividad agrícola más potente en esta comunidad autónoma (el plátano canario recibe 141 millones de euros al año en ayudas directas de la UE), la que está representada en su totalidad por Asprocan, no termina de aprender la lección sobre cómo se deben gestionar, siempre dentro de la legalidad, todos los residuos vegetales no peligrosos que genera la labor de empaquetado del plátano, algo que se ha puesto de manifiesto en el reportaje audiovisual Oro Parece, de Despiertos TV.

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