Canarias escondida, rutas para llegar al corazón de las Islas
La riqueza de las Islas Canarias es una de las más sorprendentes del océano Atlántico, ya que cuenta con el 45% de su territorio protegido gracias a sus 146 Espacios Naturales. Estos incluyen las Reservas de la Biosfera de la UNESCO de La Palma, Lanzarote, El Hierro, Fuerteventura y Gran Canaria (46% de la isla). Pero, además, cuentan con innumerables recorridos por paisajes, parques, reservas y sitios de interés científico de valor universal.
Tenerife
Más allá del Parque Nacional de El Teide, la cara oculta de Tenerife sorprende en los bosques de fayal-brezal de la cordillera de Anaga. A ella se llega por un sendero que atraviesa antiguos caseríos y cultivos en terrazas y, descendiendo por el Barranco de Masca, conduce directamente al mar.
A Laura Bethencourt, Guía Oficial de Turismo de Canarias, le encanta aprender y mostrar las huellas de los antiguos pobladores de Tenerife en senderos perdidos en las montañas “que eran la única vía de comunicación de las localidades hace dos o tres siglos, o más, por lo que tienen un alto valor etnográfico además de paisajístico”, explica. Uno de ellos es el Camino Real del Sur, entre Güímar y Fasnia. Se trata de un recorrido lineal de cuatro o cinco horas que une la Ladera de Güímar con la zona de Agaché y el Barranco de Herques, para terminar en la antigua ermita de Fasnia.
Gran Canaria
En Gran Canaria existen 33 espacios protegidos que se extienden por algo menos de la mitad de toda la superficie de la isla. Los parques naturales y espacios protegidos más conocidos de Gran Canaria son los parques naturales de Tamadaba, en el noroeste de la isla; Pilancones o las Dunas de Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana; Inagua, en el oeste de la isla, o los parques rurales de Nublo y Doramas, en el centro y norte de Gran Canaria respectivamente.
Sin embargo, existen rutas escondidas de senderismo de gran valor por lugares históricos como la que recorre el Paisaje Protegido de Fataga, San Fernando de Maspalomas y el Morro de la Palmita para llegar hasta Fataga, en San Bartolomé de Tirajana. El recorrido tiene el aliciente añadido de pasear por la aldea de Fataga. Su origen se remonta a los tiempos previos a la conquista de las islas en 1492, así que entre sus casas blancas y sus calles empedradas se pueden encontrar edificios históricos. Todo ello en un entorno natural de gran belleza sembrado de palmeras canarias.
Lanzarote
En Lanzarote se identifican 13 lugares que pertenecen a la Red canaria de espacios naturales protegidos. Además del Parque Nacional de Timanfaya, la isla posee una reserva natural integral, la de los Islotes; dos parques naturales: Archipiélago Chinijo y Los Volcanes, cinco monumentos naturales: La Corona, Los Ajaches, la Cueva de los Naturalistas, Islote de los Halcones y Montañas del Fuego, dos paisajes protegidos: Tenegüime y La Geria, y dos Sitios de Interés Científico: los Jameos del Agua y las Salinas del Janubio.
Uno de los senderos favoritos de los locales es la Ruta de Guinate, que sale del pueblo de Ye, en Haría. Es un recorrido circular de dificultad media que atraviesa el Volcán de La Corona, uno de los túneles que forman los Jameos del Agua, y regresa al punto de partida. Puede durar hasta ocho horas, aunque también es posible hacerla por tramos.
Fuerteventura
Fuerteventura posee 13 espacios naturales protegidos entre los que destacan los monumentos naturales de la Montaña de Tindaya, la Ladera de Vallebrón, la Montaña Cardón, el Malpaís de la Arena, el Saladar y la Caldera de Gairía. Junto a los parques naturales de las Dunas de Corralejo y Lobos, el Pozo Negro y Jandía, destaca el Parque Rural de Betancuria, el más extenso de la isla con alrededor de 17.000 hectáreas.
Uno de los recorridos menos conocidos es el del Monumento Natural de Los Cuchillos de Vigán, dentro de los municipios de Antigua y Tuineje. Se trata de una ruta circular por una superficie de 6.090 hectáreas que linda con el Paisaje Protegido del Malpaís Grande. Su valor radica en que es muy difícil encontrar otro lugar con tantos cuchillos o islotes rocosos como los que hay en el camino de la colada del Volcán de Jacomar hacia el mar.
La Gomera
La monumental isla de La Gomera guarda en su interior una de las reliquias de las islas: el Parque Nacional de Garajonay, misterioso bosque de laurisilva que también cuenta con el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En sus inmediaciones se encuentra El Valle de Gran Rey, que es menos conocido y atesora también un hermoso sendero que conduce hasta las mismas playas del océano Atlántico atravesando los pequeños pueblos de Agulo o Hermigua.
La Palma
La Palma, además del imponente Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, epicentro de todas las rutas de senderismo, también posee otros 18 espacios naturales protegidos, playas vírgenes de arena negra y espectaculares paisajes volcánicos. En la Reserva natural integral del pinar de Garafía, así como en la Reserva natural especial del Guelguën o Parque Natural de las Nieves se encuentran unas de las mejores muestras de laurisilva de Canarias.
Jonás Pérez, Guía Oficial de Turismo de Canarias, destaca la belleza de estas rutas por la naturaleza de la conocida como Isla Bonita, pero señala que “existen lugares dentro de núcleos poblacionales que no están en los recorridos habituales y que ofrecen un testimonio valioso sobre el pasado oculto de los palmeros”, asegura. “En la parte alta de Santa Cruz de La Palma, o en las callejuelas de detrás de la Iglesia de Tazacorte se ve la belleza de la vida de las personas menos acomodadas de los siglos XVI, XVII y XVIII, en la época del comercio con América y las plantaciones de caña de azúcar”.
El Hierro
El Hierro, por su parte, alberga una naturaleza propia diferenciada y en equilibrio que posee siete zonas reconocidas como de especial protección. Entre ellas, destaca la Reserva Natural Integral Roques de Salmor. Se trata de un paisaje característico de la línea costera los roques marinos, el Roque Grande, de 100 metros de altura, y el Roque Chico, como testigos mudos del paisaje volcánico que impregna a la isla de su singular misticismo. También el Sendero de la Llanía, dentro del Espacio Protegido Parque Rural de Frontera, uno de los bosques de fayal-brezal más mágicos de Canarias gracias a su recorrido de una hora a través de túneles vegetales de gran belleza.
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