Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Por el derecho a emigrar (y convivir) en paz

Alicia Justo

Las Palmas de Gran Canaria —

0

La historia de la humanidad está hecha de historias de migraciones. Los primeros homo sapiens se movieron, según muchos científicos, desde África hacia el este de Asia y Europa. Y desde Indonesia a Australia y así hasta hoy. Como se ha repetido en numerosas ocasiones nuestros antecedentes canarios lo hicieron a Venezuela y Cuba. Pero todavía hay personas en las Islas que no son conscientes de que si están aquí es gracias a los bolívares que sus antepasados enviaban a su tierra de origen. Y así podríamos enumerar múltiples historias de migraciones recientes sin salirnos de España: los gallegos, primero a Argentina y después, a Alemania o Suiza; asturianos, a Cuba, etc. También dentro de nuestro territorio hemos visto cómo las personas se trasladan, tanto del campo a la ciudad o entre comunidades autónomas. 

Si los movimientos migratorios son parte de la historia y naturales, ¿cuál es la reticencia hacia sus protagonistas? Aquí hay una verdad incuestionable: las migraciones van a seguir extiendo mientras el mundo no colapse. Entonces, debemos construir entre todos una red integradora, que no discrimine, que trate a la población extranjera en condiciones de igualdad, que destierre a todos aquellos partidos xenófobos, que condene públicamente a los que se oponen a este hecho tan natural y que mire al migrante como una persona más que forma parte de nuestra sociedad, en definitiva, naturalizar que el dependiente del puesto de verduras del mercado sea de Ghana, que la peluquera sea marroquí o la doctora, cubana. Debemos ampliar los márgenes para que esta sociedad que va hacia la diversidad sea capaz de vivir en armonía y orgullosa de contar con individuos iguales y diferentes a la vez. 

Pero, además, debemos despreciar con nuestras palabras las condenas públicas, vecinales y familiares a las que son sometidas estas personas por el hecho de ejercer su derecho a emigrar y por la forma en la que han podido venir. En muchas ocasiones estas críticas se concentran en aquellos a los que no les ha quedado más remedio que acudir a las vías inseguras. Pero lo que los despreciadores desconocen son los innumerables y costosos trámites que deben pasar los extranjeros de determinados países para poder venir con el “pasaporte en regla”, como vociferan muchos en este país. Trámites que en muchos casos son denegados por nuestros consulados en el exterior sin apenas una explicación.

No debería ser tan complicado desenfocar nuestra imagen prejuiciosa. Cuando éramos pequeños no distinguíamos colores de piel. Entonces, por qué no sacar de la oscuridad esa mirada inocente, regresar a ella y ponerla en lo alto de la escala de valores sociales, sin vergüenza y con orgullo. Y he querido apelar a los sentimientos, porque hay ocasiones en las que los datos (bastante aplastantes y que contradicen a los xenófobos: los inmigrantes aportan más de lo que gastan, la seguridad social necesita a los migrantes para sostener el sistema de pensiones, etc.) no sirven con las personas que se dejan arrastrar por las emociones. Emociones, por cierto, siempre basadas en la ignorancia, desconocimiento de la realidad,  falsas noticias y miedos (el mejor y mayor mecanismo de control de una población). Así que hoy acudo igual que ellos a los sentimientos y les digo: ¿Tú no lo harías? ¿No querrías vivir en paz en tu país de acogida?

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats