El PSOE no levanta cabeza

El Partido Popular en Euskadi también se ha llevado otro batacazo, pero ha quedado difuminado por el triunfo de Nuñez Feijoó en la conservadora y abstencionista Galicia, en donde por cierto, surge Alternativa Galega de Izquierda comandada por el veteranísimo Xosé Manuel Beirás, una especie de Frente Amplio al estilo de Siryza de Grecia y que ha superado al Bloque Nacionalista, colocándose como tercera fuerza política en cuestión de un par de meses, con nueve diputados frente a los siete del BNGA. La abstención también ha jugado un papel crucial en tierras de las meigas, con un 45 por ciento de gallegos que no fueron a las urnas, nada menos que un millón doscientos mil indignados, pero también defraudados y decepcionados.

Con la victoria en Galicia del Partido Popular, me agarro bien los pantalones para los nuevos ajustes y recortes que vienen tras el rescate que va a pedir el muy gallego y ladino Mariano Rajoy tras las elecciones, le salió bien en lo que se refiere a Nuñez Feijoó, que le ha salvado los muebles y ahora se apunta hasta como delfín, y Rajoy entusiasmado ya piensa en cobrar hasta por conseguir un trabajo los parados, y José Juan Cardona se apresta a poner taquillas en las escalerillas de la playa de Las Canteras y para bajar a la arena y al mar para darse uno un baño, cobrará un euro a partir del verano próximo por día. Se lo comenté a un amigo hace un rato y me dijo que no estuviese dándole ideas al alcalde.

Volviendo al batacazo del PSOE vía Rubalcaba esto pasa por no hacer una catarsis en regla tras el harakiri de Zapatero ante el altar de Angela Merkel en mayo de 2010, cuando otra política era posible, que para eso está la diferencia entre la política y la economía, con su fría cuenta de resultados, el debe y el haber. Alfredo Pérez Rubalcaba se enrocó en el Congreso de Sevilla, y no hizo caso a propuestas atractivas como poner en marcha las listas abiertas, limitar los mandatos a dos legislaturas lo que reduciría la corrupción, ponerle freno a la propuesta de elección directa participativa, no a la representativa como hasta ahora que induce a decirle “si bwana” al jefe, dejar de estar al servicio del poder financiero y del gran capital, al igual que el Partido Popular, traicionando la ideología socialista, y en definitiva con una oposición “responsable” y casi sumisa que ha llevado la desilusión y el desinterés a los votantes de izquierda.

Clarificado el panorama en Galicia, dejo para dentro de unos días adentrarme más en los resultados de Euskadi, pendiente y atento a los pasos que va a dar el PNV y Iñigo Urkullu, que en principio para gran tranquilidad de Rajoy es un político de derechas muy moderado y nada partidario de darle más vida política a Herri Batasuna, la actual Bildu. Lo que si está claro es que el PSE-EE (PSOE) se ha quedado relegado a tercera fuerza política por primera vez en la historia de la democracia transicionista española.