La vida continúa, incluso para los que ya no están en el candelero. Les suponemos con memoria suficiente como para acordarse de aquel portento de presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas que en aquel entonces se movía al son que le marcaban José Manuel Soria y Josefa Luzardo. Sí, exactamente, José Manuel Arnaiz, hacedor de entuertos tan obscenos como aquella Gran Marina que tantos ríos de tinta, publicidad y pulseras generó, o aquel contrato con los Esquivel declarado por el Ministerio de Fomento como lesivo para el interés general por el que se pretendía otorgar a esos empresarios el beneficio de un campo de vientos en Arinaga que explotaría el organismo público. La desobediencia que practicó para con la superioridad, el referido ministerio a través de Puertos del Estado, le hará sentarse en el banquillo el próximo día 22. Le juzgará el juez del caso Faycán, Javier García García-Satoca en Penal 3 de Las Palmas de Gran Canaria.