Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Un partido, 82 millones; quince partidos, 30 millones

Larry Álvarez y Lucas Bravo de Laguna, en el Gran Canaria Arena.

Ha tenido que ser una noticia seria la que ha terminado por dar la razón a los que llevamos unos meses empeñados en desenmascarar ese caro capricho pueblerino de traer a Gran Canaria a la selección estadounidense de baloncesto. Nunca supimos de dónde sacaba el Niño Bravo, consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, la cifra de 82 millones de retorno económico que ese partido amistoso –desabrido, dicen los expertos que resultó- iba a suponer para la isla. Sí sabemos, pero esta vez con datos expuestos por gente seria, cuál va a ser la repercusión sobre el PIB de Bilbao de un acontecimiento que admite la comparación: la fase de grupo del Mundobasket que se celebrará en la capital vizcaína con la presencia de Team USA, que jugará no uno, sino cinco partidos, y no precisamente amistosos y a medio gas, sino de competición y frente a rivales como Ucrania. La noticia la tienen en eldiarionorte.es, y en ella pueden leer que ese impacto será de 30 millones de euros, desde el 30 de agosto al 9 de septiembre, y computando 20 como impacto directo, con hechos constatables, como las 14.000 plazas hoteleras reservadas para la ocasión por clientes extranjeros, los 300 periodistas acreditados o las 120.000 entradas puestas a la venta. Si el consejero Lucas Bravo de Laguna quiso engañarnos a todos con la milonga de que los 82 millones iban a ser de impacto publicitario, ahí tienen las cifras que por quince partidos en el BEC de Barakaldo, retransmitidos a más de 160 países, con una audiencia potencial de 400 millones de telespectadores, se calculan en Bilbao: nada más y nada menos que 4,9 millones de euros. El consejero Bravo no puede aportar ni un solo dato objetivo que avale sus aventuradas afirmaciones, lo que desgraciadamente confirma que hemos asistido a la chulada de la década: un millón de euros para la vanidad política personal. Ahí lo tienen, junto a Larry Álvarez, en plan Larry y Lucas, estrenando el parqué del Mundobasket. Porque por falta de fotos que no sea.

O miente Bento o miente Bendodo

Pues sí, la mentira se ha instalado de manera infame en determinadas capas de la clase política sin que haya indicios de que vaya a ser exterminada en breve. A las trolas de Lucas Bravo de Laguna unimos hoy las del subsecretario de Estado de Industria, Enrique Hernández Bento, o en su defecto, las del presidente de la Diputación de Málaga y del PP de esa provincia, Elías Bedodo. Este sostiene que Soria se ha comprometido a no autorizarle a Repsol las prospecciones en busca de gas en las costas malagueñas hasta que se alcance un acuerdo entre el Gobierno de España y las instituciones locales. Enrique Hernández Bento lo niega con rotundidad asegurando que se harán prospecciones si el operador obtiene la correspondiente autorización ambiental. Lo que nos conduce a una salida inequívoca: uno de estos dos individuos miente. El primero estaría mintiéndole a su partido en Málaga, a todo su electorado y a la ciudadanía a la que teóricamente representa desde la Diputación de Málaga. El segundo, canario de nacimiento (dudamos que de proceder) estaría mintiendo a sus paisanos en un nuevo intento (hasta ahora poco creíble) de disipar cualquier duda acerca del doble discurso que el PP y el Gobierno mantienen en este asunto. Porque las declaraciones del presidente de la Diputación de Málaga se parecen muchísimo a lo que en privado confiesan las autoridades baleares, que esperan una declaración negativa de impacto ambiental de modo que se aleje de su horizonte electoral inmediato el riesgo de quiebra en las urnas que promete el asunto petrolero. En Canarias el PP parece dar por perdido el respaldo mayoritario que antaño obtuvo. Soria no se presentará y ha elegido a Repsol antes que los intereses de su partido (y de sus desamparados herederos) en Canarias. Pero Andalucía y Baleares son otra cosa, y ahí ni Soria ni Bento pintan un carajo.

Dejan sola a Repsol

Ya lo decía con la boca chica el presidente de Repsol: el proyecto de Canarias no es estratégico para nosotros. Ni para sus otros dos socios, la petrolera australiana Woodside y la alemana RWE Dea, que se han retirado provisionalmente dejando a la compañía de Antonio Brufau que se siga jugando los bigotes en solitario. Y no los bigotes puramente materiales derivados del riesgo de 120 millones de euros a gastar en el primer sondeo (Sandía), sino los que pudieran derivarse del desgaste de imagen social o de alguna derrota judicial, de momento no descartable (les recomendamos la lectura de las alegaciones del Cabildo de Fuerteventura). Los dos socios de Repsol en Canarias se retiran por motivos diversos, pero en cualquier caso afirmando que no se trata de un proyecto prioritario para ellos. Los australianos dicen que prefieren centrarse en el gas licuado, y los alemanes, que están negociando con un magnate ruso su venta y que no es el momento de aventuras. Sostienen los expertos que podrán incorporarse más adelante, en pay per view, si la petrolera amiga de Soria encuentra hidrocarburos, posibilidad que milagrosamente ha pasado del 19% que asegura la compañía en su web al 33% que daba por hecho este miércoles El País citando fuentes de Repsol. Mientras estas cosas ocurren en las alturas, por estos lares se preparan acciones a partir del próximo martes. Ese día habrá una cumbre de colectivos sociales de toda Canarias que promete resultados llamativos en la sede de Presidencia del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria. El jueves, pleno del Parlamento, donde esperamos ver un PP ya a la desesperada… y luego, ya saben, consulta popular al mes siguiente.

Cardona ya mueve el hombro cuando miente

Ya metidos en números y en mentiras arriesgadas, bueno es repasar la última aparición televisiva de la que tenemos constancia del alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona. Fue esta misma semana, con motivo de la presencia en el Puerto de la Luz del Barco de la Paz. Una periodista de la Televisión Canaria aprovechó que el regidor estaba relajado y que desde la cubierta se podía ver el parque de Santa Catalina para preguntarle por algo fuera del guión, el festival Womad. No se entusiasmen porque Cardona no anunció que lo vayamos a tener en noviembre de este año, ni siquiera que por parte del Ayuntamiento se haya ejecutado la moción aprobada unánimemente en junio promoviendo su regreso. La noticia la hemos encontrado en su hombro derecho, que el hombre eleva compulsivamente en más de una decena de ocasiones en un gesto que debe habérsele contagiado de su líder carismático y que se produce, indefectiblemente, cuando el político en cuestión miente. Porque para justificar que el Ayuntamiento de la ciudad no haya hecho el menor gesto por recuperar el festival, Cardona llenó toda su intervención de mentiras y medias verdades, todas ellas enrocadas en torno a un coste imposible (y falso) de 700.000 euros, en cualquier caso mucho menor que el millón de euros que ha costado la majadería del partido amistoso de la selección americana de baloncesto. No habrá Womad tampoco este año en la capital grancanaria por dos motivos, el primero de ellos puramente ideológico: a Cardona y a su equipo le repugna la filosofía cultural de ese festival, por mucho que a todos ellos se les llene la boca con las palabras internacionalización y panafricanismo. Y segundo, porque el alcalde ya tiene avanzado un proyecto de concierto mega molón para esas fechas de noviembre, que le dará más protagonismo y eso tan necesario para los partidos políticos en vísperas electorales: el retorno publicitario. A ver si no se le desencaja el hombro de aquí a allá.

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