El pelotazo de la finca de San Rafael, desmontado cuatro años después por la Justicia, es un ejemplo más del poco respeto por la legalidad y las buenas costumbres que reinó en el faycanato durante aquel aciago mandato municipal. Luego está el caso Faycán, como saben, donde hay medio centenar de imputados por las acciones más variadas relacionadas todas ellas con la corrupción. Es cierto que el juez instructor, Javier García García-Satoca, ha empezado a levantar las fianzas para eludir prisión que pesaban sobre los imputados más emblemáticos, lo que no significa necesariamente que haya disminuido un ápice su implicación en los hechos. Más cabría relacionar esa decisión con la necesidad de liberar un poco al funcionario que lleva casi en exclusiva todas estas gestiones de Faycán en el juzgado. Porque sospechamos que el magistrado asegurará la responsabilidad civil de cada uno de los imputados de una manera hasta ahora poco frecuente.