Involcan registró señales precursoras de una erupción en Filipinas en 2020

El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) registró señales geoquímicas precursoras de la erupción del volcán Taal, en Filipinas, en enero de 2020, la cual forzó la evacuación de más de 16.700 personas.

Ello fue fruto de una colaboración científica con investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Geológicas de la Universidad de Filipinas y del Departamento de Ciencia y Tecnología del Instituto Filipino de Investigación Nuclear.

Los resultados de este trabajo han sido publicados recientemente en la revista Scientific Reports y reflejan la importancia de la monitorización de los gases para fortalecer los programas de vigilancia volcánica, destaca el Cabildo de Tenerife en un comunicado.

El volcán Taal se encuentra a unos 50 kilómetros de Manila, capital de Filipinas, y ha entrado en erupción violentamente varias veces causando la pérdida de vidas humanas.

Debido a su proximidad a áreas pobladas y a su historia eruptiva, este volcán, junto a otros 15 activos, entre los que se encuentra el Teide, fue designado como uno de los 16 Volcanes de la Década por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Asociación Internacional de Volcanología y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI) con la finalidad de promover estudios destinados la prevención de futuros desastres naturales relacionados con el fenómeno volcánico.

El Taal entró en fase eruptiva el 12 de enero de 2020, 43 años después de su erupción anterior en 1977.

Este proceso eruptivo estuvo precedido por señales precursoras de emisión difusa de dióxido de carbono (CO2), manifestaciones de desgasificación volcánica no visibles al ojo humano.

Se observaron variaciones temporales significativas en la emisión difusa de CO2 a la atmósfera a través de la laguna que existía en el interior del cráter del volcán Taal a lo largo de aproximadamente doce años, registrándose altas tasas de emisión en 2011 y 2017, las cuales llegaron a alcanzar valores típicos o equivalentes a la emisión de CO2 de sistemas volcánicos a través de sus penachos.

Además de estos estudios se implementó una monitorización en modo continuo del flujo difuso de CO2 en el flanco norte del volcán Taal desde 2016 y a través de esta estación geoquímica se observó una clara tendencia ascendente de la salida de CO2 del suelo a lo largo de 2017.

Estas observaciones geoquímicas se explican de manera más simple por la recarga de magma en el sistema volcánico en profundidad y representan las primeras señales precursoras de advertencia de la actividad eruptiva de enero de 2020, detalla el Cabildo en la nota.

Desde 2008 el grupo volcanológico del ITER, ahora formando parte del Involcan, realiza trabajos de cooperación científica con Filipinas.

La primera fase de este programa de cooperación se realizó con el Instituto Filipino de Volcanología y Sismología (PHIVOLCS) y la monitorización de la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera a través de la laguna cratérica del volcán Taal con una periodicidad trimestral.

Una colaboración que resultó “de una gran utilidad” para elevar el nivel de alerta volcánica del Taal en 2011 al registrarse un incremento muy significativo de la emisión difusa dióxido de carbono (CO2) de aproximadamente 500 a 4.700 toneladas diarias.

La segunda fase de este programa de cooperación fue con el Instituto Nacional de Ciencias Geológicas de la Universidad de Filipinas y del Departamento de Ciencia y Tecnología del Instituto Filipino de Investigación Nuclear con el objetivo de fortalecer el programa geoquímico para la vigilancia del volcán.