La aristocracia del rock grancanario celebra una macrotocada para homenajear al guitarrista Miguel Estupiñán
Un día del invierno de 2019, el coche de un tipo apodado El Platanito se empotró contra el automóvil de Miguel Estupiñán Díaz (Las Palmas, 1 de julio de 1964 –Pasito Blanco, 5 de febrero de 2019) mientras huía de un control de la Guardia Civil. Tenía 54 años cuando su corazón se paró y su partitura musical dejó de sonar de súbito. Acababa de salir de la Estación Espacial de Maspalomas, en la que trabajaba. Antes de ingresar en la plantilla de ingenieros del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), Miguel ya era músico, guitarrista y compositor. El próximo 4 de octubre, sus colegas de la aristocracia rockera de Las Palmas le tributarán un homenaje in memoriam en la sala Canarias en Vivo.
Juanma Rodríguez, el que fuera vocalista y compositor de la mítica banda de rock duro Krull y actual cantante de Ron Voodoo, ha llevado el peso, junto al también músico Antonio Miguel Pérez, de la organización del homenaje en el que participarán Altane, grupo del que fue guitarrista Miguel Estupiñán, el legendario Prana –la formación más longeva de la historia del rock canario-, Hackers, Lúa Lúa Band –grupo tributo de Miguel Ríos en el que también militó Estupiñán- y Ron Voodoo.
“Lo conocí”, nos cuenta Juanma Rodríguez, “cuando era guitarrista en Altane”, a mediados de los años 80 del siglo pasado. Al separarse el grupo, el primero en el que estuvo, Estupiñán “sigue componiendo temas y monta, con Ángel Corujeira, Doctor Burrus”. “Editaron el disco Hada helada y colaboré en algunas de las canciones”. La última vez que “actuamos en directo fue en Las Arenas, cuando presentamos una de las canciones de los piotemazos, con motivo del 60 aniversario de la UD Las Palmas, pero no dejamos de vernos y de colaborar”.
Miguel y Juanma eran buenos colegas. Los fines de años lo pasaban juntos “porque todos los amigos coincidíamos en la misma fiesta. Miguel era un espectáculo: cuando se ponía contento, hacía la onomatopeya del violín y lo tocaba en el aire como si tuviera un violín invisible. Asombroso. Era un chico sensacional: su calidad humana supera cualquier cosa que te pueda decir de Miguel”, relata Rodríguez, emocionado.
La organización del evento no ha sido fácil. Lo intentó en dos ocasiones, la segunda también con Antonio Miguel, pero se frustraron por diversas causas que no tienen protagonismo en esta reseña, pero a la tercera fue la vencida. Juanma cuenta los días que faltan para la cita del próximo 4 de octubre. Víctor Guardia, cantante de Hackers, es el diseñador del cartel. “Si hubiera un espejo de Miguel, sería Víctor”, sentencia el vocalista de Ron Voodoo. La foto del cartel es de César González, bajista de Hackers.
Miguel Estupiñán era uno de los técnicos de Cospas Sarsat, un programa internacional de salvamento por satélite. Estuvo en ese programa desde su génesis, en 1992; de hecho estuvo en el equipo de ingenieros que montó los equipos. Gracias a este sistema se han salvado mas de 70.000 vidas. Saliendo de su trabajo en la estación espacial de Maspalomas, perdió la suya. Paradojas del destino.
El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y el Centro de Control de Misión Español (SPMCC), con motivo del primer Día Mundial de Búsqueda y Salvamento, han otorgado al ingeniero y músico isleño el Diploma de Reconocimiento de esos organismos. La casualidad ha querido que este homenaje oficial se concediera pocas semanas antes de que sus amigos rockeros le tributen un concierto en memoria de un gran músico y mejor persona. Los viejos rockeros nunca mueren.
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