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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

''Dejadle que suba, así se le ve más el culo''

Rumbo a lo desconocido (Ed. MR, 2008) es el último libro de Graciano Palomo y, como es habitual en este periodista y escritor, la sorpresa está garantizada: “¡Dejadle que suba, que suba, así se le ve más el culo...!”, comenta Aznar en el libro acerca de las posibilidades de Alberto Ruiz Gallardón para dirigir el PP. Ni un solo dirigente canario del PP aparece entre “los que más pintan” en Génova 13, aunque a María San Gil la describe como “la niña bonita” del partido.

Palomo otorga al Clan de Valladolid, el núcleo de dirigentes de la capital castellana cercanos a Aznar, la paternidad de la operación que intenta “desinflar” a Gallardón como posible líder del partido. Y para ello, los “enredadores” de este lobby “esparcieron la especie de que el que estaba en cabeza era Alberto Ruiz-Gallardón; era una manera de provocar al partido y hacer que sus muchos y variados enemigos en el aparato del PP saltaran como panteras y pusieran en evidencia al rutilante alcalde capitalino”, cuenta Palomo, que añade: “Sabían perfectamente lo que Aznar pensaba de Gallardón y la confianza que éste le inspiraba. Nula. Gallardón venía de desafiar pública y solemnemente al elemento dominante en el PP, aunque, tras las elecciones generales de 2000, se percata de que, de continuar por esa línea, será mandado directamente y de una vez por todas al averno”.

No obstante, “la malicia del ”clan“ tuvo su efecto. Cuatro organizadores provinciales del PP hicieron llegar a Génova 13 y a Moncloa el siguiente mensaje: si Gallardón, el gran felón, se aproxima siquiera al puesto de mando, inmediatamente todos los militantes nos daríamos de baja en el partido. Encabezaba esta lista el PP de Madrid y era seguido por el de Ávila”.

Pero la llegada de Gallardón al liderazgo del PP tendría que pasar antes por la dimisión de Rajoy, algo que a Graciano Palomo no le extraña, pues narra varios intentos de abandonar el cargo tras las sucesivas derrotas electorales y los sinsabores de la política, a instancias de su propia esposa: “Mariano, ¿por qué no lo dejas?”, insiste todos los días Viri Balboa, pues Rajoy quiere alcanzar el poder “pero no a cualquier precio. Esto le diferencia sustancialmente de su antecesor José María Aznar. Éste era un killer con el turbo puesto en busca del podium, sin importarle métodos o inversiones” como ocurrió al usar el GAL “con el que siempre estuvo de acuerdo Manuel Fraga”. Porque Rajoy “ni siquiera está dispuesto a dedicar más de diez horas diarias a esto de la política. La vida es otra cosa... en su particular cuaderno de bitácora”.

En Rumbo a lo desconocido, también se abordan las relaciones políticas entre los principales dirigentes del PP, tanto nacionales como locales. Pero sorprende que entre los que pintan algo en Génova 13, no haya ningún canario, ni siquiera José Manuel Soria o Pepa Luzardo. Sí en cambio está María San Gil, a la que Soria enmendó sus ideas en la ponencia política del Congreso de Valencia, y eso tiene sus riesgos: “Nunca he visto ningún cónclave de gentes del PP en el que no se emocionen cada vez que María (que además ha tenido que superar un cáncer de mama recientemente) sube a la tribuna y hace profesión de fe de sus convicciones”, cuenta Palomo, que la describe como “la ”niña bonita“ del PP, además de por su simpatía, por el coraje extraordinario de la que fuera colaboradora directa de Gregorio Ordóñez, al que asesinaron ante sus propios ojos. ¡Quién le iba a decir a esta licenciada en Filología Bíblica Trilingüe por la Universidad de Salamanca que iba a tener una vida política tan dura!”.

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