Fuertemúsica, el campus de excelencia y el septenio

Fuertemúsica, el mayor evento musical que haya conocido Fuerteventura, se había convertido en un referente de alcance nacional en el circuito de grandes festivales de verano, disponiendo para nuestra isla, con su celebración, al margen de sus evidentes connotaciones culturales, de un elemento más de atracción turística. Su sorprendente suspensión, del que aún no se ha dado una explicación oficial clara, pues el único argumento esgrimido por el Cabildo -el aparentemente elevado presupuesto que suponía- decae cuando se comprueba que el que se empleará para la nueva nomenclatura del evento es similar, ha dejado huérfana a nuestra Isla de un festival de gran referencia, pues su sustituto, Fuerteventura en Música, carece de la relevancia del anterior. Así, no se entiende el cambio operado para este festival musical que se lleva a cabo en las playas de El Cotillo, si no se atiende a razones espúreas de difícil explicación. Quizás, por ello, no se han dado ni se quieren ofrecer.

Por otro lado, el traslado este año a Gran Canaria del Campus de Excelencia, que reunió en nuestra Isla durante las últimas tres ediciones a lo más selecto de la investigación y de la intelectualidad mundial, supone otra pérdida cultural que, curiosamente, trata de disimularse no hablando de ella. Fuerteventura venía significándose, con esta cita de altura en el debate de los grandes asuntos de interés global, en destino ineludible para los paladines de la asesoría cultural, social y política internacional. En definitiva, con el Campus de Excelencia, Fuerteventura también había puesto una pica en el mapa de los grandes campus y se había revelado como destino de referencia para este importante sector, al margen de elevar el estatus como punto de interés turístico por esta misma razón. Por ello, sólo podemos lamentar el vacío que deja el Campus de Excelencia y la rebaja de calidad en los hitos socioculturales en nuestra Isla.

En contraposición con estas dos lamentables pérdidas culturales para Fuerteventura, y coincidiendo curiosamente en el tiempo con ellas, el Gobierno de Canarias anuncia el lanzamiento de un críptico plan cultural denominado Septenio Canario, cuyo contenido no ha sido del todo desvelado, pero que supuestamente vendría a “promocionar” el talento y la creatividad canarias, arrogándose, una vez más, trabajo y símbolos ajenos, práctica habitual del nacionalismo para tratar de sustituir su ausencia de ideología y objetivos políticos. Lo cierto es que el Septenio Canario está hoy bajo sospecha de esconder un dispendio (28 meuros) sin precedentes al servicio de los intereses políticos de CC, y no de ofrecer un verdadero servicio a la cultura que se realiza y se consume aquí, y prueba de ello es el absoluto desprecio a la atracción limpia por eventos culturales de gran calado y calidad, con el cómplice silencio de CC en Fuerteventura.

Por ello, resulta absolutamente incongruente e inexplicable como el Gobierno canario, en beneficio propio, pretende poner en valor el significado cultural de muchas personas originarias del Archipiélago -residentes o no aquí-, al tiempo que deja escapar para nuestra Isla tanto Fuertemúsica (desvirtuándolo) como el Campus de Excelencia (trasladándolo a otra isla), mientras los mismos partidos (CC y PP) que soportan ese gobierno, son incapaces en Fuerteventura de retener para nosotros estos eventos tan importantes. Ocurre que a Coalición Canaria y al Partido Popular les es absolutamente indiferente lo que pueda enriquecer, en el plano cultural, a Fuerteventura, no en otros ámbitos. En ese sentido, lo lógico y recomendable sería que el Gobierno de Canarias, a instancias del presidente del Cabildo, Mario Cabrera, como máximo responsable institucional en esta Isla, propiciara el mantenimiento del Campus de Excelencia y Fuertemúsica, y no se devalúe nuestro calendario, tal y como hoy ocurre. Es exigible que CC y el PP articulen decididamente las inyecciones presupuestarias que posibiliten que Fuerteventura sea destino cultural de primer orden.

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