Luis Mateo Díez intenta comprender la muerte
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El escritor Luis Mateo Díez, académico de la RAE y premio Nacional de Literatura, evoca el recuerdo de sus familiares fallecidos en su último libro, 'Azul serenidad, o la muerte de los seres queridos' (Alfaguara), donde intenta comprender el desenlace de la vida.
En declaraciones a Europa Press, el autor ha asegurado que concibe su nueva obra como un relato de consolación ante la muerte, que, como la vida, “no se puede entender”, aunque “sí es posible acercarse a ella e intentar comprenderla como nuestro inevitable desenlace”.
“He intentado descubrir el sentido de la vida de mis seres queridos, esas 'figuras' que todos tenemos en común, cuando lo que queda en la lejanía de nuestros muertos es cierto sosiego que podría definirse como un rumor de la ausencia”, ha explicado el escritor.
En la obra, escrita con un lenguaje preciso y alejado del sentimentalismo, el autor evoca las muertes inesperadas de su sobrina Sonia y su cuñada Charo, que en poco tiempo sumen a la familia en la “orfandad”, en el “exilio de la vida” y la “ruptura de la costumbre”.
De entre sus familiares, el escritor se centra en la vida de Sonia y la convierte en la piedra angular del relato, haciendo un esfuerzo denodado para comprender la muerte temprana y voluntaria de la 'niña bonita' de la familia, consumida poco a poco por la enfermedad.
Para ilustrar las vicisitudes de Sonia, una mujer “especial” que vivía en “huida permanente”, el autor se basa en el cuento de 'La Princesa Ciega', con el que intenta hablar de “cómo es posible vivir en la oscuridad” y no tanto de su discapacidad, de la enfermedad.
Según el autor, la muerte inesperada de su sobrina Sonia, que cierra el relato con un anexo fotográfico y epistolar, “ha dejado un estrépito en el recuerdo”, un sonido estridente, que “va más allá de la muerte que viene” y esa “muerte que se espera” como inevitable.
EN BUSCA DEL CONSUELO
En este relato, el escritor leonés ha buscado “otro tipo de escritura”, “menos oscura” que la de otras publicaciones, entre las que figuran títulos como 'La fuente de la edad' (1986), 'Apócrifo del clavel y la espina' (1988) y 'Las horas completas' (1990).
“Me sentía dentro de una tradición arquetípica, que ampara mi trabajo y que tiene que ver con la tradición, con los viejos libros de consolación”, ha precisado el autor, quien ha reconocido las influencias de escritores como James Joyce, Edgar Lee y James Agee.
“Con tanto exceso televisivo, hemos trivializado los sentimientos, que tienen como base sustancial la discreción. Parece que ahora es más difícil hablar de estos temas con rigor, cuando en la televisión una serie de personajes vende su intimidad sin vergüenza”, ha dicho.