En defensa de la miel de palma

Desde que la UE –ese ente abstracto que nos marca las directrices- decidiera rechazar la 'miel de palma' como denominación per se, la cosa se ha puesto ciertamente complicada. Los implicados (guaraperos y productores) así como las Administraciones han visto cómo su futuro se oscurecía a pasos agigantados. No por el hecho del rechazo en sí, porque para nosotros su nombre será siempre el de 'miel de palma', digan lo que digan, sino porque el hecho de no poder etiquetar el producto so pena de sanción, es algo inaudito y duro de asimilar.

Que somos un punto que en Europa no saben dónde queda situado es algo que cada día parece más claro. De ser así, no rechazarían algo que ni conocen. No se entiende que, por ejemplo, la leche de almendra sea una excepción de la animal y la miel de palma no la sea de la de abeja.

Los apicultores –bueno, una asociación solamente- dieron la voz de alarma por sentir que les perjudica (que alguien me explique en qué puede mermar a los productores de La Guancha, en Tenerife, la miel de palma gomera). Pero los de aquí, los productores de miel de abeja insular, apoyan al sector. Ver para creer. Chapó por quienes sí entienden que nuestro producto es una tradición de siglos que en nada entorpece la comercialización de otras mieles.

A nivel político seguimos enquistados entre quienes reclaman y quienes, cual Poncio Pilato, se limpian las manos: Cabildo y Gobierno de Canarias por un lado, Estado y UE por el otro. Y en medio, la gente de a pie, los de la calle, usted, yo y los afectados, alzando la voz en defensa de la miel de palma. La última, una petición en change.org por parte del colectivo social 'La Gomera Se Mueve'. Bien. Toda presión será poca.