Treinta años de una tragedia

Se cumplen treinta años del pavoroso incendio de la isla de La Gomera, donde murieron veinte personas, entre ellas, Francisco Afonso Carrillo, el inolvidable Paco, entonces gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife y antes alcalde del Puerto de la Cruz.

Fue una tragedia, claro que sí. Una fatalidad en forma de cambio de viento o de inversión térmica puso en evidencia, sobre todo, la inexperiencia y la necesidad de contar con recursos apropiados, incluidos los preventivos. Aún hoy, seguimos haciéndonos muchas preguntas en torno al terrible suceso.

El incendio que se cobró veinte vidas. Un precio muy alto. Desde entonces, nada fue igual en las islas. Todos contra el fuego, contra los pirómanos y contra los descuidos. Cada llama avivó el miedo, el temor a que se repitiera la historia.

Pero aquel fatídico 11 de septiembre, allí, al pie del roque de Agando, en una Gomera sacudida por el dolor que compartió después con todas las islas, murieron veinte personas, varios servidores públicos y unos cuantos excursionistas y voluntarios que se sumaron a la extinción.

Otros, por fortuna, vivieron para contarlo. Sus testimonios han servido, sobre todo, para comprender que hay que enseñar, reivindicar y que con el fuego no se juega. Parece que fue ayer y ya han transcurrido treinta años.