“La agenda cultural palmera está a la altura de cualquier ciudad europea”

El guitarrista palmero Pedro Díaz reside en Holanda desde hace diez años.

Pablo Díaz Cobiella

Santa Cruz de La Palma —

Pedro Díaz es de esos músicos que plasman muy bien la sencillez, la elegancia y la pasión en las composiciones que realiza. Amante incansable de su trabajo, siempre ha disfrutado de todo lo que ha hecho, y eso es lo más difícil de un artista. Ha sido la clave de su éxito, aunque él no lo asuma de ese modo; digamos la cuerda desde la que ha construido una forma de hacer música desde la más pura humildad, proyectando una verdad que traspasa la piel, hasta la sabiduría que irradia de su guitarra. Aunque lleva mucho tiempo fuera de nuestra isla, ha llevado siempre en sus manos la esencia palmera en todos los sentidos, mostrando sus acordes por todo el mundo. Siempre soñé con un momento así ante mi primo y amigo. Recuerdo que con 15 años fabulábamos con que él sería un músico famoso, y se enfadaba conmigo porque nunca le ha gustado ese alardeo. A mí tampoco, pero aquel guitarrista, niño aún, conseguía hipnotizarnos a todos.   

-De La Palma a Holanda pasando por Madrid… 

-En La Palma me empapé de una de las cosas más importantes que bajo mi punto de vista debe tener un músico, la pasión y el sentimiento por la música. Tuve la suerte de crecer en un entorno donde la música era y es una forma de vida. A nivel académico fui afortunado de que profesores como Juan Carlos Brito y Alfonso Ortiz me abrieran la puerta de un mundo maravilloso como el de la guitarra, dejándome llevar hasta Madrid con la inquietud de seguir aprendiendo y desarrollar mis primeros proyectos musicales en los cuales tengo la oportunidad de compartir escenario con músicos de la escena madrileña siendo esta una experiencia enriquecedora. Años más tarde y manteniendo intacta mi forma de entender la música, emprendo un nuevo viaje en el cual llevo inmerso 10 años. Holanda es un país en el que confluyen muchas culturas y en el que es posible palpar las esencias musicales y el fuerte arraigo al desarrollo cultural que hacen de los Países Bajos un lugar idóneo para forjarse como músico. En ellos, he conocido a grandes talentosos de este mundo y he tenido la suerte de trabajar en proyectos muy interesantes. Estoy agradecido por la manera en que este país me abrió la puerta y sigue aportándome nuevas experiencias cada día sin olvidar como buen Isleño la tierra en la que crecí y a la cual me gustaría volver en el futuro. 

-Una de esas semillas ha crecido, ‘Pedro Díaz Trío’. 

-Siempre he sido un apasionado de la música latinoamericana y con el paso de los años he intentado profundizar en la misma, sobre todo en la música popular brasileña y el folclore argentino. En ese recorrido tuve la suerte de encontrar dos grandes músicos: Emilio Parrilla (clarinete) y Alessio Bruno (contrabajo) ambos con la misma inquietud por esta música y con un amplio conocimiento del jazz y la improvisación. En nuestros conciertos siempre nos acompaña la voz de Nadia Basurto que me cautivó cuando la escuché hace ya 10 años por su sensibilidad y poderío. Así nace Pedro Díaz Trío que se ha convertido ya en una gran familia la cual no tiene otra aspiración que divertirse haciendo música y hacer pasar un buen rato al espectador. 

-La creatividad cultural holandesa y la lucha cultural palmera, así se diferencian dos lugares unidos por un mismo cometido… 

-Lo que me sorprende de Holanda es que siendo un país tan pequeño tenga un abanico cultural tan amplio. La creatividad es constante y la oferta cultural abrumadora. No recuerdo haber visto un festival o un teatro vacío en los últimos diez años. Sigo muy de cerca la agenda cultural palmera y me hace sentir muy orgulloso la lucha constante de la gente por seguir manteniendo una escena cultural a la altura de cualquier ciudad europea. El festival de música de La Palma cada año se supera con una programación espectacular a la altura de cualquier lugar del mundo, el festival de Jazz Heineken, Plazas con encanto, Teatro Circo de Marte, Teatro Chico, entre otros, hacen que la Isla tenga una oferta cultural envidiable. Por nuestra parte queda potenciar la educación musical desde abajo para lograr mantener y crear eventos de este tipo y que la afluencia de público incremente.

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