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Pili Navarro: “Pintar es mi mejor medicina”

Santiago Jorge y Pili Navarro.

Santiago Jorge

San Andrés y Sauces —

Hace muchos años que suenan voces sobre la decadencia de las artes plásticas. Según los críticos, se debe a la gran profusión de las nuevas tecnologías y su utilización como medio de expresión en manos de los nuevos creativos. El arte conceptual, el vídeo-arte, y sumándole la brutal crisis global que paralizó la buena racha que estaban disfrutando las galerías de arte; todo esto, sin duda, habrá influido de forma poderosa para una supuesta caída del interés por la pintura en esta sociedad contemporánea. Mi humilde opinión es que la pintura está con nosotros desde siempre, se ha adaptado a los tiempos y acontecimientos históricos (guerras, cambios de siglo, etc.). Es posible que no esté en decadencia, ni en peligro de extinción, simplemente se está adaptando a los tiempos en que vivimos, estamos en la era de la inteligencia emocional, de la neurociencia, de las terapias alternativas. Según la neurociencia y desde de las neuroimágenes, los beneficios de la pintura sobre el terreno emocional son evidentes, se pueden activar las hormonas de la felicidad (dopamina, serotonina, etc.), pintar baja los niveles de cortisol, la hormona del estrés; la pintura es motivadora, relajante y muy buena para subir la autoestima.

Que la pintura tiene beneficios terapéuticos, no es una novedad, pero sí es muy importante que se valore la grandiosidad de esta disciplina artística, su aportación a la humanidad es ilimitada, simplemente tenemos que saber encausar y disfrutar sus beneficios. 

La historia de Pili Navarro es un claro ejemplo de las características sanadoras de la pintura. Hoy se sabe que si somos felices, nuestras células estarán más sanas y eso es una puerta al bienestar. Pili Navarro con 6 años aproximadamente, toma contacto con el mundo mágico del dibujo, le apasionan las sombras, hace degradados y disfruta dibujando en soledad. En la adolescencia es cuando recibe las primeras clases de dibujo a lápiz, material humilde pero de grandes posibilidades; insiste en su aprendizaje y parece que intuye, de alguna manera, que su relación con la pintura sería mucho más importante en el futuro de lo que se podía imaginar. Con los años llega a contactar con el óleo, lo cual le permite mucho mayor campo de acción para expresarse. Pili Navarro me da permiso para nombrar la enfermedad que le ha marcado su vida (Crohn) y es aquí donde la pintura aparece como un apoyo impagable. Me comenta con entusiasmo, que cuando pinta es realmente feliz. Siente en ese momento  “que no estoy enferma”; le aporta un manantial de sensaciones positivas que su mente, su cuerpo, y si quiere, también su alma, están en armonía. La pintura le ha aportado calidad de vida y le ha regalado momentos de ilusión y equilibrio, es su mejor amiga y su mejor medicina. El estudio es su zona de confort, se siente libre, sana e ilusionada con el presente, disfruta cada pincelada y se abstrae con las tonalidades y matices de los cuadros, la temática preferida es la naturaleza del entorno. Se evade del mundo cuando hace las mezclas de colores, pero también está pintando ese mundo que ya presentía con tan sólo seis años haciendo dibujos a lápiz, pintar es la mejor forma de decirle a sus seres queridos, “que estoy bien”, que simplemente quiere pintar y demostrar que la pintura es mágica y sanadora. 

Pili está visible en sus cuadros, las pinceladas realizadas con mimo, con cuidado para no distraerse y aprovechar cada segundo de la que es su actividad preferida. Cada hoja, cada nube que pinta es un regalo que se permite a sí misma.

Santiago Jorge es pintor y coach artístico.

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